Capitan America El Soldado De Invierno Imagen 14

Título original: Captain America: The Winter Soldier (Captain America2)

Año: 2014

Duración: 128 min.

País: Estados Unidos

Director: Anthony Russo, Joe Russo

Guión: Christopher Markus, Stephen McFeely (Cómic: Joe Simon, Jack Kirby)

Música: Henry Jackman

Fotografía: Trent Opaloch

Reparto: Chris Evans, Scarlett Johansson, Samuel L. Jackson, Robert Redford, Toby Jones, Cobie Smulders, Emily VanCamp, Anthony Mackie, Sebastian Stan, Frank Grillo, Hayley Atwell, Georges St-Pierre, Maximiliano Hernández, Pat Healy, Stan Lee, Callan Mulvey

Productora: Marvel Studios / Marvel Entertainment / Sony Pictures Imageworks (SPI)

Nota: 5

Difícil lo tenían la pareja de realizadores elegidos para llevar a cabo la continuación de la saga del CAPITÁN AMÉRICA. La película dirigida hace un par de años por Joe Johnston vino a poner una pizca de cordura en todo el galimatías Marvel previo a la magnífica LOS VENGADORES. En el primer episodio la intención de adaptar la producción a las características tan singulares del personaje quedaba saldado con un film pertrechado de un guión admirable, una puesta en escena artesanal y ajustada, y una validísima indagación en los orígenes del personaje principal.

A CAPITÁN AMÉRICA: EL SOLDADO DE INVIERNO, lo primero que cabe reprocharle es que, de alguna forma, tarda muy poco en olvidar estos preceptos tan atractivos para arrimarse con celeridad a los presupuestos más sabidos, trillados y acomodaticios que merman las posibilidades de las segundas partes. Es decir, se tiene la impresión de que, una vez planteadas las características esenciales del héroe en la película inicial, la segunda se limita a idear una trama que no ahonda en aquellas, sino que se limita a explotarlas sin más interés que el de adaptarlas a la naturaleza episódica privilegiada.

Todo esto se cumple milimétricamente en el producto encargado a Anthony y Joe Russo. El personaje principal es llamado a una misión y toda la película fundamenta su desarrollo argumental en la hipotética complejidad dela misma. De esta forma, la continuación no puede por menos que ser inferior a la primera, por cuanto la interesantísima forja del héroe descrita en aquella aquí no está suplantada por ningún conflicto personal acuciante o condicionador alguno. De hecho, la posible línea dramática del personaje enfrentado a una vida nueva apenas sí está apuntada en la secuencia de arranque, pero queda rápidamente obviada tras irrumpir el meollo conspirador en el que el Capitán América va a verse envuelto.capitan-america-el-soldado-de-invierno-imagen-15

Sin embargo, pese a la significativa apuesta nada incomodante con la que los realizadores tratan de resolver el dilema de este segundo episodio, sí que vale la pena resaltar que el producto no es del todo despreciable, puesto que hay una opción escénica elegida que, de alguna forma, trata de salvaguardar la idiosincrasia no ultraespectacular que caracteriza a el Capitán América si establecemos una comparación con sus compañeros de editorial. Nos referimos a la abolición durante buena parte del film de una desaforada presencia de acción emprendida mediante efectos especiales de primer orden.

Las múltiples escenas de acción están resueltas privilegiando el combate cuerpo a cuerpo y están rodadas atendiendo a un interesante criterio de clímax corpóreo, creíble, urbano, un poco al modo de las ya clásicas escenas dela magnífica HEAT, de Michael Mann. Esta opción se antoja muy acertada, porque se adecua perfectamente a la naturaleza combativa de Steve Rogers. Los hermanos Russo denotan un buen pulso para resolver este empeño, de tal forma que los dos primeros tercios del film adquieren una entretenida dignidad narrativa, en la que el interés de la acción lo suponen los diversión giros del guión y no la apabullamiento grandilocuente de medios.

Desgraciadamente, el último tercio del film, su resolución, se vuelve en contra de estos preceptos, se adhiere de forma errada a esa fatal imperativo de conclusión al “no va más” y echa a perder las sencillas virtudes salvaguardadas hasta ese momento. La espectacularidad le sienta fatal a un producto que había hecho de su opuesto su mayor baza. Despreciado por completo el interés por abordar la figura central de un modo más inquietante y condenado por tanto a la aplastante planicie con la que además lo incorpora Chris Evans, el film queda a merced de las tibias aportaciones de los personajes secundarios. Escaso bagaje para un film que debía estar a la altura de los atributos de su predecesor. No es despreciable, no se llega jamás a los insultantes extremos de THOR, pero se sale con la impresión de que el Capitán América ha sido engullido hacia una inmerecida sosería.

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