Torrente 5 Imagen 6

 Título original: Torrente 5: Operación Eurovegas

Año: 2014

Duración: 105 min.

País: España

Director:Santiago Segura

Guión: Santiago Segura

Fotografía: Teo Delgado

Reparto:Santiago Segura, Julián López, Jesulín de Ubrique, Alec Baldwin, Fernando Esteso, Carlos Areces, Angy Fernández, Anna Simon, Neus Asensi, Chus Lampreave, Florentino Fernández

Productora: Amiguetes Entertainment

Nota: 5.5

Más allá de la suma de sus reiterados defectos y de sus inesperadas virtudes, TORRENTE 5: OPERACIÓN EUROVEGAS resulta muy interesante de analizar, situando en el centro de la mirada analítica el hecho de que esta nueva aparición del exitoso personaje se halle inscrita coincidiendo con este convulso, decepcionado tiempo concreto en el que le ha tocado ser exhibida ante el público de nuestro país. La contemplación de esta quinta entrega no se libra en ningún momento de que el espectador atienda a las peripecias ahora enunciadas estableciendo una comparación extracinematográfica bien distinta de la que ha podido ser dirimida hasta ahora.

La realidad contemporánea, fuera de la sala, del país que Santiago Segura describe, visualiza, utiliza como telón de astroso fondo irrumpe abrumadoramente durante la proyección. Se la sabe y la padece hasta la butaca de quien acude a la cita. Torrente lucha en todo momento por mantener sus señas de identidad sin ser consciente de que las señas de realidad de quien lo contempla se han degradado hasta casi confundirse e, incluso, superar a las que le rodean a él en su ficción. La picaresca de la función ha devenido en putridez visionaria. Al darle la razón, el tiempo le ha jugado una mala pasada a Torrente: la repugnancia ética con la que gasea sus flatulencias por doquier es mucho más agradable que la sociedad contra la que van dirigidos sus dardos.

Sabedor de esta circunstancia, sorprendentemente nos hallamos frente a la, quizás, más elaborada propuesta escrita de todala saga. Segura somete, amarra, encamina, obliga a su venerado picoleto putero a acatar un imperativo narrativo que se esfuerza antes por la fluidez  y la coherencia del relato en sí que por la genuflexión inmoderada a las ocurrencias, adornos y villanías clásicos del personaje. TORRENTE 5: OPERACIÓN EUROVEGAS, de esta forma, le debe menos al historial cinematográfico configurado por sus cuatro anteriores entregas que al subgénero de las películas de atracos de baja estopa, comandadas por eximios precedentes del tipo RUFUFÚ, de Mario Monicelli, o ATRACO A LAS TRES, de Jose María Forqué.

El resultado final de semejante esfuerzo es una obra que, sin duda, va a desagradar a los  fervorosos defensores de la sin par criatura y no va a repeler a quienes no han comulgado con la sarta de comodidades abyectas mediante las que el director ha ido tirando, cual pustulento rédito, tras el éxito de la película que dio inicio a las andanzas del guarrísimo comisario. torrente-5-imagen-8 copyPuede que esa sana domesticación del personaje le quite el beneplácito de quienes acuden a disfrutar del desparrame grotesco, desmedido, cerdil y cochambroso ya sabido y eyaculado hasta la sequedad.

La quinta entrega de la saga ofrece estímulos imprevistos tales como un arranque desternillante y muy revelador,  en el que, a un magnífico ritmo, al personaje central, recién salido de condena, se le da de bruces con una realidad del todo inasumible para él (las humillaciones personales ante la tumba de El Fary, su coche y el estadio Vicente Calderón) y frente a la que reaccionará declarándose definitivamente un necesario, convencido e implacable servidor de los márgenes de la ley.

El autor saca partido máximo a la presentación de la jauría de lerdos convocada para la organización del robo al casino, que se constituirá en el meollo central de todo el entramado narrativo. Pese a que el protagonismo de Torrente es absoluto, consciente, como ha quedado dicho, de que éste va a ser obligado a obedecer una estructura interna mucho más férrea que en ninguna otra –la que impone los protocolos de los films con atraco central-, Segura opta por una orientación convenientemente coral gracias a la cual el personaje señero, primero, ve salvaguardado el previsible riesgo de agotamiento, y, segundo,es obligado a no cesar de reaccionar frente a la supina negligencia de esa corte de vasallos absolutamente desquiciante.torrente-5-imagen-9

En este sentido, cabe decir que el film se resiente de la enorme disparidad de calidades interpretativas con las que los intérpretes encargados de sobrellevar el peso de la estupidez ejecutan su asignación. Así tenemos como insolvencias tan evidentes como las demostradas por Jesulín de Ubrique, Angy o Anna Simón son incapaces de hacer frente a la profesionalidad de Fernando Esteso,Mari Carmen, Chus Lampreave, Neus Asensi y, sobre todo, a la que aportan Julián López, Florentino Fernández y un extraordinario Carlos Areces. Estos tres últimos se apoderan de la función cada vez que entran en plano eclipsando inesperadamente a la pedorrera estrella del partido, ese Ronaldo a la grasienta inversa que es el ínclito pope del spanish mamading.

El film propone algunos jugosos apuntes ornamentativos como los que propicia el hecho de que la acción se sitúe en el año 2018 y asistamos a un país con revueltas sociales exigiendo entrar en la cárcel, con Mariano Rajoy aún de presidente pactando con un trajeado Pablo Iglesias una infame legislación laboral, con una Cataluña independiente (genial el apunte de la final del Campeonato Mundial de Fútbol) torrente-5-imagen-36y con una población hundida en la más absoluta y explotada miseria. Resulta altamente satisfactoria la vindicación del inicio de la serie que abandera la aparición de los personajes de Chus lampreave y Neus Asensi (no resulta baladí: el tiempo la ha hecho erigirse como la mejor de toda la saga, dado que el personaje no era aún consciente de su poderosa abyección), así como el entrañable saludo escénico al inolvidable Tony Leblanc.

Sin embargo, Segura, como no podía ser de otra forma, vuelve a echar mano de los defectos que han caracterizado exitosamente al serial: el imperativo del cameo torna a suponer desperdigamiento, atención innecesaria y banalización superficial de los episodios escenificados. Las obligaciones clásicas que reclama el personaje central también solicitan su preponderancia y, por tanto, su reiteración incrustrada de forma obligatoria. El último tercio del film pierde mucho fuste y, además, el director tolera una media hora final absolutamente incoherente, facilona y decepcionante (excepción hecha de la sorpresa del botín), en la que la emulación del episodio aéreo final de la última entrega de la serie FAST & FURIOUS da al traste con un desenlace que no exigía esa aparatosidad. Segura mea fuera de tiesto por querer mear con la polla de Vin Diesel cuando la suya la tiene más cerca y sabe cogerla mejor.

Lo dicho, imperfecta, pero bastante mejor que la media lograda hasta el momento. Veremos a partir de ahora la pajilla hacia donde hace explosiona el goteo.

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