Título original Bad Teacher
Año 2011
Duración 92 min.
País USA
Director Jake Kasdan
Guión Gene Stupnitsky, Lee Eisenberg
Música Michael Andrews
Fotografía Alar Kivilo
Reparto Cameron Diaz, Justin Timberlake, Jason Segel, Lucy Punch, Eric Stonestreet, Alanna Ubach
Productora The Weinstein Company / Mosaic Media Group
Valoración 4
Por desgracia para quienes veneramos los logros del séptimo arte, sacar a relucir, hoy en día, un término fundamental como es el de “género clásico” se ha convertido en toda una declaración de añorados y maltrechos principios. Sería tema de dimensión mucho más amplia de la que puede prestar este pequeño prólogo, pero, a poco que uno sea mínimamente amador del arte cinematográfico y en su carné de identidad figure una edad superior a la de los que ya habían tomado la comunión cuando en televisión se había producido el primer “palme” de Chanquete, se puede certificar la progresiva defunción de géneros como el “western” o el musical. Insisto, la cosa requiere un detenimiento mayor, pero soy de los que mantiene que la misma suerte ha corrido la comedia.
A la alta comedia hollywoodiense sólo le queda el pálpito psicoanalítico de Woody Allen. Únicamente mentar a Lubistch, a Billy Wilder, a George Cukor, a Leo McCarey, a Frank Tashlin, a Jerry Lewis, o a Blake Edwards sirve para avalar tan triste aseveración.En los últimos años, hemos asistido a una especie de relectura trasgresora y gamberra del género capitaneada por Judd Apatow. Sí, ha cuajado algún que otro acierto mayúsculo, pero, evidentemente, se halla a años luz de los portentos citados. No obstante, como suele ocurrir siempre que se verifica alguna aportación que es bien valorada crítica y taquilleramente, muy pronto, semejantes vítores se tornan principios de modorra y hartazgo, puesto que suelen ir a confluir a ese callejón con salida alcantarillosa que es la degradación a “troche, moche y derroche en el desabroche”.
A esta degenerada normalización de lo trasgresor y lo ordinario pertenece Bad Teacher, enésima apología del comportamiento perjudicado, pero que viene adornada con un embalaje algo distinto: No la protagoniza un cuarentón traumatizado en bragueta, ni un jovezno obsesionado con bajársela para estrenarse en lo que no es micción. Aquí el elemento portador del consabido ánimo desestabilizante es una mujer. Para más morbo desestructurativo, una mujer dedicada en bello cuerpo y en aviesa alma a la docencia.
Bad Teacher es bien poco más: el descansado aprovechamiento de una idea de partida que se sabe disímil, pero que evidencia su propio desahucio al despilfarrar progresivamente la potencialidad de esa presunta incorporación original. La desganada ilación de acontecimientos da al traste con lo que podría haber dado de sí un personaje tan insólito –no mal planteado y muy bien defendido por Cameron Díaz- como el de una profesora que odia su empleo y que lo único que ansía es pescar un novio rico que le solucione el problema del jornal de por vida. Una maestra cañón mucho más preocupada por sus pechos que por sus alumnos.
El film cuaja sus mejores momentos cuando incide en la retorcida mentalidad trepadora y antipedagógica de la docente. Sin embargo, una vez ésta ha quedado definida lo que sobreviene es ese ya cansino tributo a lo políticamente incorrecto, con el que están encantados de gandulear los cerebros guionistas de la industria actual. Y es que la incorrección, cuando es norma, lugar común y coartada, acaba por convertirse en la más corderita de las malas costumbres.
