Iniciamos el año, buscando una película que saliese algo de la típica cartelera de estas fechas y pensamos en ver “El Erizo (Le Hérisson)”, película francesa, de Mona Achache, adaptando una novela de Muriel Barbery, (“La Elegancia del Erizo”), y con la reticencia del conocimiento de la típica ambigüedad del cine Galo.
Toda la película gira en torno a un edificio y la interactuación entre sus inquilinos. Concretamente la protagonista, una niña de once años, Paloma (Garance Le Guillermic), superdotada, afincada en una familia acomodada y totalmente desubicada, por la incomprensión de toda su familia. Obsesionada por la muerte, está rodeada de una gran soledad en compañía de su madre, su hermana y su padre, que aún pasando poco tiempo con ella, llega a darse cuenta la madurez que es capaz de desarrollar una chiquilla, que comienza su adolescencia en un entorno bastante complejo.
Entre tanto nos sorprende el papel que desempeña la portera del edificio, Reneé (Josiane Balasko), asustada por su incapacidad para relacionarse con personas como las que habitan en su edificio, y escudada en su secreto, que consigue evadirla de la realidad a diario y que le aporta la felicidad necesaria como para poder olvidar el resto de necesidades que a todos nos rodean.
De repente aparece un nuevo personaje en la película, el nuevo inquilino japonés, el Señor Ozu (Yogo Igawa), que se encarga de sacar a cada una de las dos anteriores de su rutina y aflorar la parte más natural y humana de ambas.
Lo más interesante de la película, a mi entender y dejando a un lado el interesante sentido que Paloma da a la muerte y como evoluciona su perspectiva de la misma a lo largo del largometraje, está en las pinceladas de varios elementos artísticos que rodean a cada uno de los protagonistas, tales como la literatura (Reneé), el cine (Sr. Ozu) y sobre todo la pintura (Paloma), que llega incluso a plasmar cada uno de sus días en una pequeña pincelada de sentimientos.
Por suerte acertamos de lleno, reconozco que hemos iniciado el año con un film que será difícil de superar a lo largo de este año, ya que fue capaz de aflorar muchos sentimientos, no se si ayudado por los excesos de estas fechas. No obstante espero que sea un buen augurio de gran cine en el 2010.
