Una hora innecesaria tardaron esta vez en salir los Napoleón Solo al escenario, desde la apertura de la sala Sol hasta el comienzo de su actuación en directo en la capital.
Foto: Marichispa
La larga espera (por falta de público al abrir) fue recompensada cuando con un “Hola qué tal” como no podía ser otro, los granadinos salieron al escenario ante un público bastante numeroso. Parece ser que, aunque ya no tengan al batería Eric entre sus filas, los fans planeteros siguen apreciando al grupo, y por el local se pudo ver alguna que otra camiseta de la extensa discografía de Los Planetas.
Bastante sorprendidos por el numeroso público que había venido a escucharles, Napoleón Solo parecían un poco nerviosos, disparando tema tras tema sin mucho más entretenimiento. Pero bueno, allí habíamos venido a escuchar su música, no a la cháchara, y es evidente que para eso sirven. Siguiendo con su tema “Napoleón Solo en la Ópera” los andaluces empezaron a sacar algunos coros entre el público, cada vez más animado. Siguiendo con "De noche" y "En el fondo de los sueños", el concierto todavía parecía poco caldeado, demasiado tranquilo. Llegó la hora de que Alonso se tirara al suelo mientras tocaba los riffs de la maravillosa "Todo está cerca". A mi parecer es en esos momentos cuando el cantante parece más cómodo, ya que cuando canta tiende a mirar constantemente hacia el micrófono, tal vez como forma de concentración. Sin embargo, cuando su guitarra arde Alonso salta, se agacha, se revuelca por el suelo de la manera más elegante posible, y eso da el aspecto de un verdadero show de música en vivo.
Tras seguir tocando otra cuarta parte del único disco que este grupo posee (un debut bastante impresionante, aunque ya habían trabajado en otros proyectos diferentes), Alonso dio gracias al público por su asistencia, dando paso a "El intercambio", tema con gancho y ritmo que terminó de animar a los espectadores.
Y por fin llegaba la recta final con lo que en mi opinión son sus tres mejores temas. Con el animado sampler del inicio, "Tiene que acabar" fue anunciando el final de la velada. Al terminarla, los Napoleón desaparecieron tras el escenario tras unos cortos tres cuartos de hora, con el previsible ánimo del público, que esperaba con ansia el hit.
Tras hacerse de rogar un poco, por fin llegó "Lolaila Carmona", con una breve y quizás demasiado rápida presentación del grupo (¡qué lentitud para empezar y qué prisas por irse!). No hay duda de que Lolaila es el tema más diferente de todo el disco, y el que podrían utilizar para guiarse en canciones nuevas. El falsete de Alonso tiene mucho gancho, debería de sacarle más partido. Todo el mundo empezó a bailarla, cantarla, vivirla, al fin y al cabo es su single y la canción que la gente conoce más.
Y para terminar, una acertada "Explota" que tal vez cojea un poco por la falta de los falsetes intermedios que le dan tanta vida en el disco (¡que le pida al resto del grupo que le hagan los coros de “explota” mientras Alonso sigue con su falseteee!)
Finalmente, es de admirar lo bien que se ha estudiado el batería las letras de las canciones, no he conseguido averiguar su nombre pero sin duda el grupo ha dado en el clavo fichándolo, lo vive como ninguno. En otra crónica leí que le faltaba un apriete de tuercas, pero en Madrid me dio la impresión de que encajaba perfectamente con la dinámica del grupo.
En definitiva, una ajustada pero correcta hora de rock’n’roll de sonido impecable. Esperemos que en su gira sus actuaciones sigan evolucionando y sorprendiéndonos cada vez más.
Fotos: Marichispa
