Matt & Kim acompañados por His Majesty The King consiguieron poner patas arriba la Rock Kitchen el pasado viernes, en una gira organizada por el Primavera Sound.
Foto: Nieves Solano
La soleada tarde del viernes llegaba a su fin cuando se abrían las puertas de la madrileña Rock Kitchen sobre las 20h. Los encargados de calentar el escenario fueron los madrileños His Majesty The King. Un dúo para telonear a otro dúo. Pero esta vez dejando a un lado los teclados y agarrando con fuerza la guitarra para tomar el ruidoso camino de The Breeders o los Pixies.
Foto: Nieves Solano
Aunque la voz de Clara superase en contadas ocasiones el volumen de su propia guitarra, el efecto conseguido en conjunto no estuvo nada mal. Junto con el barbudo Nacho a la batería, HMtK dejaron claro que ante todo, disfrutaban sobre el escenario, e incluso se intercambiaron los papeles en una de las canciones. Y con la sala aun medio llena dieron los últimos toques de su rápida pero sorprendente actuación.
En contadas ocasiones hemos visto empañarse los espejos de la sala Rock Kitchen, y una de ellas fue el pasado viernes. Desde que a las 21:30h, como ciclones, aparecieran sobre el escenario los neoyorkinos Matt and Kim no hubo ni un instante de tregua. Animando con sus gestos a un público ya eufórico, pusieron patas arriba la sala en cuestión de segundos, y tras una primera intro, no se anduvieron con rodeos y atacaron con ‘Yeah Yeah’ y ‘Grand’, ambas de su primer álbum (Matt & Kim).
Foto: Nieves Solano
Sin quitarse en ningún momento la sonrisa de la cara, Matt y Kim se mostraron sorprendidos ante la acogida del público de la sala. Chapurreando un graciosísimo spanglish entre canción y canción (“Me encanta, me encanta tú”), el dúo hizo un frenético repaso a los temas más bailables de su discografía. Con la celebradísima ‘Good Ol’ Fashion Nightmare’ fue imposible no pasárselo bien, y casi consiguen el destape general con ‘Lessons Learned’ (recuerden su videoclip, en bolas por Time Square). Sin embargo, su último disco (Sidewalks) no gozó de gran protagonismo, ‘Block After Block’, ‘Cameras’ y poco más sacaron de dicho álbum.
Foto: Nieves Solano
Pero la palma se la lleva sin lugar a dudas Kim y su batería. No paró en ningún momento, incluso cuando no tenía que tocar. Subida en lo alto del bombo mientras Matt interpretaba ‘Turn This Boat Around’, gritaba la letra al público cual cantante de heavy metal, y así animó la más calmada de las canciones del setlist. Más tarde nos pidió permiso (en español) para bailar sobre el público, y así lo hizo.
No fueron sólo sus temas los que nos hicieron sudar, ya que Matt utilizaba clásicos como ‘Let Me Clear My Throat’ antes de arrancarse con ‘I Wanna’, e incluso usó el comienzo de ‘Runaway’ de Kanye West como introducción a ‘Cutdown’. Entre decenas de globos de colores (que el propio público infló), la temperatura de la Rock Kitchen subía exponencialmente con ‘It’s a Fact’ y ‘Cinders’ (“la canción más rápida que hemos escrito”). El público se volvió “loco loco caliente”, como pidió Matt.
Foto: Nieves Solano
Se mostraron gratamente sorprendidos por la calurosísima bienvenida que habían tenido en Madrid. Pero teniendo en cuenta que prácticamente el 75% del público que ocupaba las primeras filas era norteamericano, la actuación del viernes fue algo así como ver a Matt and Kim en una sala neoyorkina. Este detalle, y que se dejaran la fantástica ‘AM/FM Sound’ en el tintero, fueron los únicos peros de la actuación. Funcionó muy bien la versión de ‘Just a Friend’ de Biz Markie, y terminaron de enloquecer al público con ‘Daylight’. Despedida con ‘Empire State of Mind’ en los altavoces. Final excelente para una noche llena de buen rollo y energía.
Foto: Nieves Solano
