Magia electroviral...no hay mejor término para definir el ambiente que se vivió la noche del pasado viernes 15 de abril en la Sala Vivero.
De manos de la organización de Wild Weekend y con el sonido de calidad al que la mencionada sala nos tiene acostumbrados, un público malagueño entregado pudimos disfrutar de un directo auténtico, cercano y sobre todo, bueno, ofrecido por los malagueños D7 y los jiennenses Supersubmarina.
Eso sí, las más de 600 personas que allí nos congregamos superamos con creces las expectativas de cualquier banda, pasando a formar parte activa del espectáculo…y es que hay que decir que cuando Málaga se pone, se pone de verdad. La noche comenzó con fuerza, D7 en vivo presentando su último trabajo Tocado y hundido. Un grupo con ganas, con arranque que nos abrieron boca con su directo potente, aunque de poca duración. En menos de una hora nos abandonaron para seguir tocando en el festival Costapop Express 2011 en el que eran finalistas.
Después de un meticuloso cambio de instrumentos, el escenario se quedó a oscuras y sobre ese negro comenzaron a superponerse los colores de los acordes de “Magia electroviral” sirviendo de fondo para que los 4 de Baeza hicieran su aparición. Provocándonos un impulso eléctrico, Supersubmarina se apoderó de la sala dejándonos claro, desde el primer tema, qué iban a darnos y cómo: un concierto directo, al grano, con energía. Una demostración de su esfuerzo, que empezó con un medio lleno en salas más pequeñas, pero que con el éxito de un reciente acústico en FNAC y un casi lleno en Sala Vivero pone de manifiesto que este grupo ya está consagrado en Málaga y que su posicionamiento en el panorama independiente español ha sido merecido.
Aprovechando el subidón de “Eléctrico”, José Chino, Jaime, Pope y Juancha nos presentaron un tema, “Destrozar”, que saldrá a la luz con la publicación de su nuevo EP previsto para el próximo 17 de mayo. Siguieron con“Ana” y “LN Granada” con un guitarreo enérgico, cuidado, dando un toque emotivo pero con fuerza, que invadió el ambiente de la sala.
Después del arranque inicial, empezó a notarse de verdad la complicidad propia de colegas y la compenetración derivada de los lazos de amistad que unen a los componentes del grupo. Eso se siente y se contagia. Comenzaron a relajarse, a sonreír y a disfrutar. La comunicación con el público se hizo más cercana y José nos hizo reír en más de una ocasión comentándonos anécdotas entre tema y tema y amenazándonos con interpretar una versión de una canción de Ricky Martin, lo que provocó un momento de auténtica tensión.
Es destacable la calidad del sonido del grupo y la evolución que han experimentado, y lo puedo testificar porque no es la primera vez que los veo. La conjunción del equipamiento de la sala y el del grupo, además de la imprescindible mano del equipo técnico nos permitieron saborear todos los matices de las canciones, degustando la letra e identificando cada uno de los sonidos musicales. Chapó.
Pasaron por casi la totalidad de sus temas: “OCB”, y “Eres” interpretados de una forma más pausada. A continuación, la presentación de otro tema nuevo muy cañero, “Kevin McCallister”, seguido por “Centro de atención” con los que nos pusieron de nuevo las pilas. Pero la sorpresa llegó con “XXI” cuando José, Pope y Jaime se pusieron al borde del escenario para introducir el tema a base de golpes de bajo y guitarra. Un poco de coreografía y coordinación nunca vienen mal. Digno de mencionar es el momento de “Elástica Galactica” y “Ola de calor”; miraras donde miraras, todo el mundo cantaba, más de 600 personas coreábamos la letra con nuestra mejor intención. Incluso José nos dejó el protagonismo en algunas partes.
El fin del concierto se presagiaba y aunque desaparecieron del escenario, todos sabíamos que no nos podían dejar sin sus dos temas bandera. El bis comenzó con la canción “Supersubmarina” en la que todos entonamos “su su su su su” con tantas ganas que dejamos la voz de Chino en segundo plano. La canción se estiró durante varios minutos para que José pudiera agradecer a la ciudad de Málaga su acogida y presentar y agradecer al resto del grupo y del equipo técnico su esfuerzo y trabajo. Estos gestos se ven cada vez menos en los escenarios.
La noche tuvo su broche de oro, como no, con “Cientocero” una de las versiones más rockeras de su producción, que nos hizo cantar, saltar, bailar, levantar las manos…nos extrajo todas las posibles actitudes que un grupo espera de su público, y nosotros se las dimos sin miramientos.
Después de este ejemplo de “hacer música con pasión” que ha conseguido la difícil tarea de poner de acuerdo a la crítica (que ha sido en gran parte buena) con el público, Supersubmarina nos deja expectantes con la publicación de su nuevo EP…ya hemos oído algo que nos ha gustado, sólo esperamos que su música siga el camino que estos veinteañeros comenzaron allá por 2005…y que les va a llevar a ser grandes, seguro.
