Con el cartel más flojo o quizás con menos atractivo para gran público de los últimos años, se presentaba la sexta edición del festival de electrónica más importante de la capital: Klubbers Day.
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Como artistas de renombre como Derrick May, Carl Craig, Eric Pryd y Sven Vath entre los más destacados. A nivel general y antes de empezar la crónica musical, me gustaría repasar algunos aspectos, tanto positivos como negativos que me han llamado la atención este año.
Introducción
Como puntos negativos, en primer lugar destacaría la exhaustiva presencia policial en las afueras del reciento, donde registraban absolutamente a todos los coches de arriba abajo (incluida prensa) en busca de fundamentalmente de ¡botellas de alcohol!, las cuales confiscaban pasándose por el forro la ley y sin mediar palabra, ver para creer.
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En segundo lugar que la ausencia en el cartel de este año de musica experimental (recordemos artistas del sello Warp como Autechre o el mismísimo Dj Krush en ediciones pasadas), de hiphop (De La Soul, Busta Rhymes , QBert…) y de drum’n’bass (Noisia, Pendulum…) que dotaban al festival de un ambiente singular y muy variado, han hecho que el ambiente en esta última edición (a excepción del Jueves) haya estado bastante enrarecido, por llamarlo de alguna forma.
Muchas quejas del público asistente con relación a los porteros, que según pude comprobar con mis propios ojos, a veces actuaba con ‘demasiada contundencia’ para controlar las continuas peleas tanto en el interior como en el exterior del recinto.
Por último, los precios me han parecido poco apropiados, por eso no era de extrañar ver las barras semi-vacías a lo largo de la noche. No es demasiado lógico que un tubo de cerveza en vaso de plástico en un festival cueste 5 euros tal y como está la cosa hoy en día. Aspecto muy delicado pero que entendemos no benefició al gran público.
La desinformación en los cambios de horarios o algunos servicios inundados casi se pueden pasar por alto teniendo en cuenta que es algo común en muchos festivales. No obstante son detalles a mejorar para próximas ediciones.
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Como puntos positivos cabría destacar el recinto de Madrid Arena, como siempre un auténtico lujo poder contar con un sitio tan amplio y bonito, con 5 salas diferentes. Mención aparte para toda la sobresaliente producción y animación del evento y el excelente sonido. Punto este último que cuando es malo todos reparamos en criticar y cuando es bueno o muy bueno (como el caso) solemos pasar por alto.
Otro punto muy positivo fueron las múltiples zonas de descanso, zonas vip y las grandes facilidades que la organización otorgó a la prensa para el desarrollo de su trabajo.
Jueves
Llegamos el jueves bastante temprano, ya que habíamos planeado ese día como toma de contacto, comprobar un el ambiente, echar un vistazo general al recinto (con la sala Satelite aún cerrada), la calidad del sonido, las barras, los precios, y la organización…y además con la intención de volver temprano a casa ya que al día siguiente como la mayoría de los mortales, había que trabajar. Del cartel de ese día nos llamaba la atención especialmente la Sala Arena Club (muy oscura por cierto) centrada en el sello VIVA perteneciente a Steve Lawler. Sin duda fué la sala más interesante de la noche, y por momentos la más llena también, con djs de la talla de Seth Troxler, Tiefschwarz o el propio Steve Lawler. Desafortunadamente no pudimos ver a ninguno de los tres, al primero por un cambio imprevisto en el horario y a los otros porque ya estábamos de camino a casa. En lugar de Seth Troxler estaba a los platos LEON, un veterano dj italiano del sello VIVA, bastante desconocido para el público pero con más de 10 años de experiencia a sus espaldas.Una sesión muy housera y bailable, que animó bastante al poco público allí presente y que nos sirvió a nosotros como primera toma de contacto con el festival.
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De la Sala Bassment y del Arena Bar apenas nos dio tiempo a ver nada, a excepción de Kino Internacional, que con un techno melódico muy bailable mantuvo el tipo en una de las salas secundarias.
El escenario principal, con un sonido mucho más trancero esa noche, se encontraba prácticamente vacío a primera hora pero se fue animando a lo largo de la noche hasta llegar a tomar un aspecto bastante aceptable. Allí pudimos ver a Brian Cross, un clásico de los noches Ibicencas y que se desenvolvía perfectamente en el ambiente Klubbers. Trance al estilo de Armin Van Buuren, para una sesión que fue de menos a más y que consiguió poner en danza a toda la sala principal del festival en la tranquila noche del Jueves.
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