Vuelve la voz profunda, las texturas sonoras, los colores cálidos, el grupo perfecto para hacer el amor. Vuelven The National, la oscuridad también puede ser hermosa.
High Violet o uno de los discos más esperados del año y ya van tantos que no los puedo ni contar. Los chicos de Brooklyn estrenan disco después de tres años desde su aclamado Boxer que les puso en órbita para el gran público independiente y no decepcionan. No hay sorpresas en el horizonte, la voz de Berninger sigue luciendo excelente dentro de un conjunto instrumental que te abraza de arriba a abajo y te introduce de lleno en su universo paralelo. Un universo rico en matices y colores, diez canciones que primero te gustarán y que después no podrás dejar de amar.
Quizás exagere pero The National no son unos más, se trata de uno de esos grupos con los que compartes experiencias en el asiento trasero del coche, uno de esos hilos musicales que usas con nocturnidad y alevosía para impresionar sabiendo que darás en el clavo. Uno de esos grupos que generan sensaciones de piel de gallina y que te transportan con las escuchas a aquel día en el que te estremeciste por primera vez con "All the wine" o "Cardinal song". Tras su celebrado "Boxer" (2007) los de Brooklyn vuelven con su quinto disco de estudio con el que no conceden ni un milímetro de su enorme calidad.
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Y podría haber sido mejor si en el estudio hubiesen valorado mejor esa batería de Terrible Love que establece su primer corte. El tema, presentado magistralmente en el show de Jimmy Fallon lució bastante mejor en directo gracias a esa batería tan característica de la banda y que les dota de una potencia genialmente ajustada en sus canciones. Igual desde la discográfica también se han sonrojado pensando lo mismo porque ya es imposible localizar el video en youtube. Un primer tema que nos avanza intenciones de la potencia progresiva del grupo pero que nos deja sabor agridulce por esa producción que nos deja entrever lo que pudo ser y no fue. Una espectacular Sorrow despeja todas las dudas que pudieran caber tras el descafeinado comienzo y a golpe de batería y la profunda voz del frontman nos llevan a una de esas canciones reposadas que hacen grandes a estos chicos. Coros y arreglos, ahora sí excelentes, terminan por conformar una de esas canciones delicadas pero rebosantes de fuerza que tan bien delatan las intenciones del grupo.
Anyone's ghost vuelve a subir otro peldaño de la calidad del disco hasta convertirse en una de las tres mejores canciones del conjunto. En esta ocasión vuelven a hablarnos de la cara amarga del amor y de esas letras tristes que casan a la perfección con su sonido, "I had a hole in the middle where the lightning went through it/ Told my friends not to worry/ I had a hole in the middle someone's sideshow wouldn't do it/ I told my friends not to worry". Con Little Faith suman dramatismo con un piano que acompaña a las mil maravillas la base de un tema que, como acostumbran a hacer, aprovecha esa tensión progresiva que termina en apoteósis instrumental en su punto más álgido. Afraid of everyone sigue en la línea de apostar por crear atmósferas marca de la casa y sobretodo con ese final "Your voice has stolen my soul" que pone los pelos de gallina a cualquiera.
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Y atentos porque con Bloodbuzz Ohio llega otro de los puntos culminantes de este High Violet que nos ocupa. Calando hasta tus huesos con ese escandaloso ritmo de batería (que bueno es este tío), comienza uno de los temas más adictivos, de esos que hacen que te contorsiones con su dramatismo en cada escucha.
Lemon world y Runaway mantienen el tipo sin salirse de los cánones marcados hasta el momento y cumplen su cometido hasta que llegamos a Convesation 16. El tercer y culminante gran tema del disco nos espera en esa novena plaza, intimista y sobrecogedor vuelve a ofrecernos una de esas letras personales que asustan como un abismo "I was afraid, I'd eat your brains/ Cause I'm evil". Ya sin tiempo para más encontramos England y Vanderlyle Crybaby Geeks, que sin ser dos temazos vuelven a cumplir con el cierre dentro de un disco bastante redondo. Y es que si algo puede reprocharse de este notable trabajo es su marcada linealidad dominante en las canciones, no confundir con repetitivo. Si bien cada tema evoca una historia compleja en su singularidad, si que es cierto que peca el conjunto quizás de tener un sonido muy regular como telón de fondo. En líneas generales una ligera sensación de bucle a la larga que no se percibía en sus anteriores Boxer(2007) y Alligator (2005).
Disco de notable alto que vuelve a ofrecernos el amigo Berninger, esperamos impacientemente poder disfrutarlo por estas tierras de dios, mientras tanto degustenlo, saboreenlo poco a poco y déjense abrigar por una de las mejores bandas del panorama actual, eso sí, si puede ser acompañados mejor que mejor.
