Os dejamos nuestras impresiones sobre los premios y sobre la gala.
Estaba cantado, era la favorita, era, por supuesto, la que nosotros queríamos que ganara, pero, a pesar de todo, no podemos dejar de congratularnos con la valentía que la Academia de Cine Español ha demostrado al convertir a BLANCANIEVES, de Pablo Berger, en la gran vencedora de la 27ª gala de la entrega de premios de los Premios Goya. La osada, fértil, bellísima propuesta del realizador vasco, consideramos, es el mejor ejercicio cinematográfico que la industria española ha brindado en los últimos años, de ahí que no nos quede más remedio que elogiar su éxito anoche, en el pabellón Príncipe Felipe de Madrid.
A continuación os dejamos la lista de galardonados, en la que incluimos alguna opinión sobre el resultado final de la votación final de los académicos:
Mejor película: BLANCANIEVES, de Pablo Berger. (Irrefutable, era por muchos motivos la mejor. Nos apena que GRUPO 7, de Alberto Rodríguez, nuestra segunda favorita, no viera recompensada su magnífica propuesta, sin embargo, su coincidencia en el tiempo con la de Berger no debe menguar un ápice la merecida consideración que merece el notable film del sevillano.)
Mejor director: Juan Antonio Bayona, por LO IMPOSIBLE. (Muy discutible e injusto. Pensamos que es bastante incoherente que el director de la Mejor Película no se alce con el galardón de esta categoría. La Academia trata de destacar el gran esfuerzo acreditado por Bayona, pero arrebatarle a Berger este premio no resulta de recibo, por cuanto ante todo BLANCANIEVES es un film orquestado magistralmente. Pese a que la labor de dirección sea el aspecto más destacable de LO IMPOSIBLE –la primera hora es memorable-, encontramos que un premiado a la Mejor Dirección no puede ser un profesional que haya tolerado las gravísimas deficiencias de guión que malogran la película. Justo todo lo contrario de Pablo Berger en BLANCANIEVES o Alberto Rodríguez en GRUPO 7.
Mejor actor protagonista: José Sacristán, por EL MUERTO Y SER FELIZ. (Maravilloso. Nos parece que, más allá de su indispensable trayectoria dentro de la historia de nuestro cine, la labor de Sacristán es, de lejos, la mejor de este año. Su apropiación del personaje de la película de Javier Rebollo es arrolladora, arriesgadísima y personalísima. Además resultó especialmente entrañable que la noche en la que la Academia rendía honores a Concha Velasco, José Sacristán, perteneciente a esa generación de históricos que jamás pudieron optar al Goya porque la Academia no existía, lograra por fin un reconocimiento.)
Mejor actriz protagonista: Maribel Verdú, por BLANCANIEVES. (Estaba cantado, pero no hubiera sido mala decisión habérselo dado a Naomie Watts o a Aida Folch. La Verdú dirime una interpretación absolutamente visual, desenfadada, borde e irónica, aunque haya algún que otro desliz de incontención gestual. No hay que olvidar que en San Sebastián contra pronóstico, fue Macarena Gómez quien se alzó con la Concha de Plata. Finalmente, no nos queda más remedio que insistir en el disparate de la nominación de Penélope Cruz, en detrimento de Verónica Echegui (SIETE PUNTOS SOBRE EMMA) o Michelle Jenner (EXTRATERRESTRE).
Mejor actor de reparto: Julián Villagrán, por GRUPO 7. (Incontestable. Villagrán es uno de los elementos más esenciales en la soberbia verosimilitud que rezuma el film de Alberto Rodríguez. Villagrán y no Antonio de la Torre debería ser el actor que ayer optara a dos categorías, pues su labor en EXTRATERRESTRE, de Nacho Vigalondo, debería haber sido reconocida con una nominación.)
Mejor actriz de reparto: Candela Peña, por UNA PISTOLA EN CADA MANO. (Irreprochable. Está soberbia en su interpretación, arrollando en una película en la que los personajes masculinos son el objeto de análisis principal. Su aparición se queda pegada a la retina instantáneamente. Sin embargo, extracinematográficamente, nos parece que, justo la noche en la que tanto José Sacristán como Concha Velasco han sido reconocidos con un premio, Ángela Molina debería haber subido al escenario a recoger su primer Goya.)
Mejor actor revelación: Joaquín Núñez, por GRUPO 7. (Perfecto. En esta categoría los cuatro nominados eran excelentes. El intérprete andaluz da una magnífica lección de lo que es un gratificante naturalismo dramático. Las categorías de actor/actriz revelación aunaban un nivel magnífico, en el que cualquier nombre hubiera podido ser el vencedor.)
Mejor actriz revelación: Macarena García, por BLANCANIEVES. (Acertadísimo, por cuanto nuestro corazón estaba partido entre ella y Carmina Barrios. Macarena García irrumpe luminosamente en el osado artefacto escénico pergeñado por Berger. Su trabajo sólo admite un calificativo: el de salvajemente magnético.)
Mejor director novel: Enrique Gato, por LAS AVENTURAS DE TADEO JONES. (Bochornoso. La película de Gato, más allá del grandioso éxito de público acumulado, es muy deficiente. Su inclusión en los nominados, además condenó a aportaciones tan modestas como conseguidas como las de EL MUNDO ES NUESTRO, de Alfonso Sánchez o, fundamentalmente, DIAMOND FLAS, de Carlos Vermut. Al no estar ninguno de los dos, ayer era Paco León quien debería haberse alzado con el galardón.)
Mejor guion adaptado: Gorka Magallón, Javier Barreira, Ignacio del Moral, Jordi Gasull y Neil Landau, por LAS AVENTURAS DE TADEO JONES. (Seguramente, ésta era la lista de nominados más lamentable de la historia de los Goya. El menos malo, no obstante, no era el vencedor.)
Mejor guion original: Pablo Berger, por BLANCANIEVES.
Mejor película documental: HIJOS DE LAS NUBES: LA ÚLTIMA COLONIA, de Álvaro Longoria.
Mejor película de animación: LAS AVENTURAS DE TADEO JONES, de Enrique Gato.
Mejor película iberoamericana: JUAN DE LOS MUERTOS, de Alejandro Brugués.
Mejor película europea: INTOCABLE, de Eric Toledano y Olivier Nakache. (Vergonzoso. Parece mentira que la Academia confunda el éxito público con la calidad de un film. INTOCABLE no puede ni compararse con DE ÓXIDO Y HIERRO, ni con SHAME, ni con, por supuesto, EN LA CASA. Ese ramalazo populista es el que, sin duda, ha contribuido a premiar la labor de J. A. Bayona en la categoría de Mejor Director y a obsequiar desmesuradamente a LAS AVENTURAS DE TADEO JONES.)
Mejor dirección de fotografía: Kiko de la Rica, por BLANCANIEVES.
Mejor música original: Alfonso de Vilallonga, por BLANCANIEVES.
Mejor canción original: “No te puedo encontrar”, de BLANCANIEVES.
PREMIOS ACUMULADOS POR LAS FAVORITAS:
BLANCANIEVES, de Pablo Berger: 10 Goyas (Mejor película, Mejor maquillaje y peluquería, Mejor dirección de fotografía, Mejor actriz protagonista, Mejor guion original, Mejor actriz revelación, Mejor música original, Mejor canción original, Mejor diseño de vestuario y Mejor dirección artística.)
LO IMPOSIBLE, de Enrique Gato: 5 Goyas: Mejor director, Mejores efectos especiales, Mejor dirección de producción, Mejor sonido y Mejor montaje.
LAS AVENTURAS DE TADEO JONES, de Enrique Gato: 3 Goyas (Mejor película de animación, Mejor director novel y Mejor guion adaptado.)
GRUPO7: 2 Goyas (Mejor actor de reparto y Mejor actor revelación.)
EL ARTISTA Y LA MODELO, de Fernando Trueba: 0 Goyas.
En cuanto a la gala, comentar que se desarrolló de forma lánguida, previsible y monótona, por lo que la esperada lluvia de comentarios críticos dirigidos al ministro de Educación y Cultura allí presente se convirtió en el único momento de suspense. Entre los muchos que hubo, el estremecedor parlamento de Candela Peña sobre los recortes sanitarios que estamos sufriendo, haciendo alusión a su experiencia personal con su padre, fue el que más emocionados vítores logró.
Destacar el bochornoso incidente por Adriana Ugarte y Carlos Santos en la lectura del premiado con el Goya a “Mejor Canción Original”, cuando fue nombrado erróneamente el tema de ELS NENS SALVATGES, en lugar del perteneciente a BLANCANIEVES. La actriz, además, estuvo penosa en su intentona de arreglar la pifia. La Academia de Cine ya está tardando en explicar lo ocurrido, puesto que la expresión “dos sobres” se escuchó con nitidez.
Eva Hache hizo definitivos merecimientos para que no vuelva a ser contratada para conducir el acto. Pese a que tuvo algunos efectivos golpes de humor ácido, durante muchos momentos de la gala la presentadora parecía confundir su cometido con un bolo personal suyo monologuista. Por el contrario, supo a poco el descacharrante momento de humor auténtico y creado “ad hoc” para la gala que brindaron los Muchachada Nui, con mucho el mejor momento de la noche.
Lástima que Concha Velasco decidiera repetir parte del espectáculo teatral con el que estuvo la temporada teatral en el teatro de La Latina de Madrid. El Goya más merecido de la noche era el suyo, pero esa respuesta tan teatralizada no fue, de ninguna forma, la forma más idónea de de estar a la altura del gran acto de justicia con la Historia del cine español que suponía la concesión de su Goya de Honor. Para más infortunio se rubricó su performance con un número musical solo apto para improvisado fin de curso de colegio de escolapias.
La histórica intérprete debió haber hecho algo parecido a lo que deparó el caballero que protagonizó el momento más emotivo y aplaudido de la gala: la entrega del Goya al Mejor Actor Protagonista a el legendario José Sacristán: voz, dicción, tablas, saber estar, emotividad, justeza, profesionalismo, reflexión, historia y modernidad convocados en torno a un rostro capaz de obsequiarlos sin inmutarse. Los Goya deben apresurarse a que la reivindicación de los históricos no se remita a un premio honorífico, de ahí que, como ha quedado dicho, nos doliera especialmente que Ángela Molina se fuera de vacío.
Una gala anodina en la que sus organizadores deben reformular muchas cosas de cara al futuro. El número de Muchachada Nui, quizás, tenga la clave.
