Un año más, el Hipnotik Festival se acontecía en Barcelona, convertido en el referente de la cultura hip hop por estos pagos.
Foto: Brazo de Hierro
Por un día, el MACBA-CCCB de Barcelona se convertían en el mayor expositor del a cultura hip hop, estando representados los cuatro elementos por igual. A pesar del temporal de lluvia y viento que azotaba la costa mediterránea, el tiempo dio una tregua a partir del mediodía y permitió que el Hipnotik se desarrollara sin ningún tipo de incidencia.
Así, en lo estrictamente musical, podemos hablar de unas primeras horas donde tuvo lugar la batalla de MC’s provinientes de diferentes puntos de la geografía española (Madrid, Barcelona, Bilbao, Alicante, Las Palmas) que se habían clasificado previamente. Sin muchas sorpresas, el canario Kapo se proclamó vencedor en esta batalla de freestyles. Un auténtico genio de la rima improvisada, podéis encontrar infinidad de freestyles suyos por internet.
Foto: Brazo de Hierro
A media tarde, con algunos problemas técnicos, aparecieron los veteranos Skratch Comando. La formación catalana ofreció un show a ocho platos en algunos momentos, aunque se iban turnando para ofrecer cada uno su particular técnica turntablista. A continuación, tuvo lugar una batalla de turntablism virtual, ya que participaron otros dos dj’s desde Olot y Reus, junto con Tito Juanpe de Skratch Comando desde el Hipnotik. Una curiosa forma de adaptar las nuevas tecnologías a los festivales.
Con Chacho Brodas llegaban ya los platos fuertes del día. El combo liderado por el genial Griffi ofreció una orgía musical en todos los sentidos. Con sus producciones funk, disco, dubstep y demás géneros que Griffi utiliza y recrea a su manera, dejó que sus colaboradores tomaran las riendas del concierto y con un Lil’ Trappy ejerciendo de maestro de ceremonias, Tremendo y Aqeel se iban turnando para soltar trallazos de marcado tono sexual (al fin y al cabo, su sonido) y con la posterior aparición de la impresionante Angy, que destacaba con su sensualidad y una fantástica voz que añadió el toque soul definitivo para convertir la actuación de la gente Del Palo en un tributo a la música negra en el que no faltó ninguno de los pepinos que hay en “Los Impresentables” y “Date Cuenta” como Gipsy Woman, Rockéandolo Duro…
Foto: Brazo de Hierro
Le tocaba a la venezolana Gabylonia, llegada directamente desde Venezuela, se ganó al público gracias a unas rimas reivindicativas, sobre todo cuando las escupía sin ningún tipo de base apoyándola y dejando bien claro todo lo que pensaba. Para servidor, resultaba una desconocida total, como a muchos de los allí presentes. Al final de su corta pero intensa actuación, muchos alabamos sus rimas y su entrega. Se había ganado al público.
Y con el sol poniéndose, llegaba la hora de Morodo. Espectacular recibimiento para el madrileño, inmerso en la gira de su nuevo trabajo “Rebel-Action”. Con su banda de directo, los barceloneses Rankin’ Soldiers, empezaron con una intro sin su presencia en la que tocaron varias partes de temas suyos. Cuando se escuchó la voz de Morodo por primera vez, el delirio se apoderó de los presentes, y transcurrido un minuto, seguía sin aparecer. Tal y como aparece, el griterío, la locura se desata y se hace casi imposible escuchar la música. Pasado el delirio inicial, Morodo se dedicó a presentar nuevos temas como Obama’Osama o Así no se puede, que contó con la presencia de Donpa. Entre medio, también hubo tiempo para clásicos, aunque se reservó lo mejor para el final, con la Yerba del Rey y a la hora de cerrar y debido a los problemas técnicos que se iban acumulando de cada concierto, tuvo que recortar un poco el concierto y dio a elegir al público entre tres clásicos, del que salió vencedora Babilonia. Y así terminó un sensacional concierto, lleno de energía y buen rollo que dejó a todos con ganas de más.
Foto: Brazo de Hierro
Y el momento más esperado para servidor, llegó. DJ Qbert (en la foto) hacía acto de presencia y durante una hora despachó una magistral lección de cómo jugar con los platos. Si es el rey del turntablism es por méritos propios y ganado a pulso en cada sesión. Lejos de regodearse en su éxito – desde que ganara sus primeros DMC hasta sus últimos premios -, el norteamericano de origen filipino se dedicó a ofrecer todos los scratches que uno pueda imaginar y otros que crees imposibles. Ya fuera sobrea beats duros y secos, pasando por el funk y el soul de vieja escuela hasta rampazos de electro ochentero, sin olvidarse de la época dorada del rap noventero, Qbert sorprendió a extraños y conocidos y hasta regaló los vinilos con los que iba jugando. Sin palabras.
Para cerrar el festival, SFDK. Tengo que reconocer que mi admiración por el dúo sevillano desapareció tras su magnífico “2001: Odisea en el lodo”. Aún así, las cosas como son: Zatu es un magnífico mc tanto en el estudio como en directo, pero se ha perdido entre tanto patrocinio, tanto compromiso comercial y tantas historias de las que él renegaba en sus inicios. Bueno, para el recuerdo, sus mejores momentos, de modo que el concierto fue de altibajos, podéis imaginaros el porqué.
Foto: Brazo de Hierro
Con ellos terminaba una nueva edición de un Hipnotik Festival, que a pesar de la amenaza del mal tiempo, tuvo una buena asistencia que fue creciendo gradualmente a medida que pasaban las horas. Parada obligatoria para todos aquellos fans de la cultura hip hop o para aquellos curiosos de dicha cultura deseosos de ver algo más que los videoclips tendenciosos.
Foto: Brazo de Hierro
