Ay! Suecia…nos han dado tanto y somos tan desagradecidos…Esas tardes de Ikea con un perrito caliente final, l@s suec@s de ojos cristalinos y sobretodo su música…El pop de Radio Dept. o exquisiteces de las que ponen el bello de punta como Jay-Jay Johanson.
Foto: Luciano Marucco
Hay quien intenta en vano adquirir cierta clase en todo aquello que hace, esfuerzos vacíos cuando quieren compararse con personalidades tan exquisitas como la del sueco. Alguien que toque lo que toque se convierte de forma inmediata en un ejercicio genial de sutileza. Alguien que juguetea como pocos con la ambigüedad de sus letras, su sexualidad y un timbre vocal que de por sí puede considerarse un instrumento más.
Porque Johanson es considerado uno de los crooners más representativos de la actualidad, estirpe elegante donde las haya, al lado de superclases de esto de la voz como Chris Isaak, Neil Hannon o Richard Hawley. Gente de todo menos normal.
Pero antes de que la arrebatadora elegancia llene nuestras mundanales vidas, sería el turno de Mireia Salazar o lo que es lo mismo The big head troubled boy. Sí, un nombre demasiado fácil de olvidar para un concierto tan completo, acompañada de su guitarra y un excelente músico de cajón forman un excelente aperitivo entre el folk americano y los ritmos flamencos de percusión. Y por qué no decirlo, la chica tenía una sonrisa preciosa y un desparpajo fuera de toda discusión.
Foto: Luciano Marucco
Y ahora sí, acompañado como es habitual, de su pianista Jay-Jay sale a escena. Tan sobrio que nunca dirías que es una estrella, tan perfecto que cuando te sonríe agradeciendo los aplausos te parece poco el precio de la entrada. Todo ello en una personalidad capaz de llenar un escenario inmóvil sobre un taburete cualquiera entre tinieblas. Una personalidad cautivadora que se atreve a bailar suavemente con el Trip hop y sus ritmos repetitivos y entrecortados.
Decidido a presentar su nuevo disco pero sobretodo a deleitar a un público entregado en un brutal silencio, algo tan sobrenatural que ni los camareros de la sala pudieron romper sirviendo copas. Yo todavía no doy crédito, sobretodo a esto último. Tiramos la primera piedra con dos temas de su esperado “Spellbound” que saldrá a la venta en los próximos días aunque poco tardó el sueco en sacar a la palestra su repertorio de exquisiteces conocidas por todos los que abarrotaban la sala. Far away fue una de ellas, una de esas canciones tan preciosas que es obligatorio compartirlas en asientos traseros de coches con personas especiales.
Poco a poco el sueco se iba sintiendo más y más cómodo y su público cada vez más deleitado por la lista de canciones reconocibles de esas que podía susurrar en la oscuridad como Keep it a secret o Alone Again. It hurts me so, tan cercano a la escena de Bristol y su Trip hop, hizo flotar a más de uno con la melancolía de su perdón en la letra, poesía desnuda, hermosa y sin hermenéutica oculta aplicable a la historia de cualquiera.
Only for you en directo es la prueba perfecta de porqué se trata de un crooner de pura cepa. Un solo vocal tan bello que si no consigue ponerte el bello de punta es porque estás muerto hace tiempo. Una pena que no interpretase más cortes de su pluscuamperfecto The long term physical effects are not yet known ya que auténticas maravillas como As good as it gets o Rocks in pockets se quedaron en el tintero inexplicablemente.
Algo más de hora y media de clase magistral sobre un escenario, de cómo ser antes que parecer, de melancolía, de elegancia, de letras preciosas de un trovador sin prejuicios, desnudo y delicado pero arrebatador. Jay-jay Johanson o como ser un verdadero artista, uno de esos que no necesitan letras de colores o cañones de fuego que distraigan. Sólo un vaso de vino blanco, un pianista excepcional y una sensibilidad irrepetible.
Foto: Luciano Marucco