Llegaba el Bilbao BBK Live, edición ecléctica donde las haya con grandes nombres que presentaban gira, otros que sustituían bajas de última hora y últimos pasos por escenarios para algunos, confirmando que ésta, sería en el global un éxito rotundo.
Foto: © Tom Hagen
Antes de poder comentar lo que allí presenciamos, pedimos a los lectores las disculpas que el tráfico aéreo no te da y que nos prohibió llegar a tiempo para dos propuestas como la de Russian Red y sobre todo, The Twilight Singers, accediendo al mismo cuando uno de los mitos del britpop pisaba el escenario principal con su “nueva” propuesta.
Desde que sacaron su debut, la banda de Londres (oficialmente) tenía que demostrar que sabría sacar partido de él, intentado convencer a quienes no creíamos plenamente de que su directo mejoraría lo facturado en el estudio. Pero visto lo visto, aunque sea injusto siempre, se afirma que la sombra de Oasis sigue siendo demasiado alargada. No es justo comparar, vale, pero ¿alguien duda de que si no fuera un Gallagher quien lidera Beady Eye, la banda no llegaría a ningún sitio? En un escenario enorme para ellos, casi anocheciendo, la desgana parecía embriagarles haciendo notar la falta de “punch” que sí tenían los temas de Oasis. Ninguna de las canciones donde Liam puede sacar su arrogancia como la inicial ‘Four Letter Word’, la dedicada a su hermanísimo ‘Bring the Light’, la presentada para promocionar su línea de ropa ‘Man of Misery’ o la pautada por el bajo de Einstwistle en la sombra como ‘Beatles and Stones’ sonaron toscas, apagadas y pareciendo que se había ido a ganar una batalla que, no como con su banda titular, tenían casi perdida de antemano. Liam debe darse cuenta de que las baladas no son lo suyo, que es de lo que peca este proyecto, aunque también a su favor, el sonido del Escenario 1 no terminaba de arrancar hasta que lo hizo con una inconmensurable ‘Morning Son’ o la versión de World of Twist ‘Sons of the Stage’. Aún así, Liam tiene el problema de que no sabe a quien desafiar cuando su hermano no está sobre el escenario y la chulería se ha transformado en poses vacías y firmas a los fans de la primera fila por el foso. Si esta es la propuesta, puedo sentenciar que Noel lo tendrá facilísimo para ganar con su debut.
Foto: © Musicsnapper
Pero en esta noche de reencuentros no fue la única mueca que hubo. Lo de Blondie es algo casi inexplicable a no ser que si mirásemos sus cuentas corrientes viéramos aparecer mariposas. Está claro que son míticos, que sus temas como ‘Heart of Glass’ o ‘Maria’ hicieron bailar cuando sonaron, traerían miles de emociones y recuerdos, pero la banda que acompaña a la voz de Debora Harry hacen que ésta se vea más y más pequeña con el paso de los años. Quien te ha visto y quién te ve. Vestida con traje azul fosforito con un esqueleto naranja dibujado bajo un rubio platino, su resquebrajada voz no entiende de modas, cierto, pero más que disfrutar de una puesta en escena, canciones como ‘Call Me’ o ‘The Tide is High’ parecen servir como excusa para arrastrar por el escenario una propuesta que debe quedar para los anales de la historia –porque lo son- pero en las estanterías de discos de cada uno. Y es que si hablamos de modas, por lo visto aquella noche, podíamos decir que Coldplay son una de ellas.
Foto: © Tom Hagen
Y no en el mal sentido, o no en todo el mal sentido que se podría decir, porque a pesar de los problemas del exterior sobre su retransmisión que nos llegaban, la banda de Chris Martin dio un recital digno de presenciar. Puede que saquen canciones bochornosas –‘Every Teardrop is a Waterfall’ pegó aún así de maravilla en ese ambiente de festival-, que los acusen de plagio –‘Viva la Vida’ fue, lamentablemente, la única que parecía conocer todo el mundo- o que sean la copia de U2, pero en el momento de facturar directos, no se les puede reprochar nada. El despliegue de audiovisuales, pirotecnia incluida, hicieron que canciones como ‘Yellow’, ‘Shiver’ o ‘The Scientist’ se engrandecieran aún más y confirmaran que Coldplay es una de las bandas a vencer en el campo de la música en directo. No permitieron más concesiones que presentar cuatro canciones nuevas, ya conocidas previamente en su gira europea, pero en lo que se refiere al repaso de su discografía dejaron caer como bombas emotivas ‘Everything’s not Lost’, y ‘Fix You’, una ‘Clocks’ que inundó el Kobetamendi o una inesperada ‘Politik’, haciendo de ‘Lost’ el único lunar de un repertorio que seguro se extenderá mucho más en la próxima y esperada gira de la banda. Un cabeza de cartel que estuvo a la altura de su papel llenando de colorido ante la posterior oscuridad con que Alice Glass teñiría en Escenario 2.
© Musicsnapper
Segundo enfrentamiento, uno viene escarmentado del pasado DCode Festival y teme que Crystal Castles no sepan dar lo que en disco regalan; pero esta vez no sería así, sería porque salieron más enchufados o con menos dosis de estimulantes químicos en el cuerpo, los canadienses supieron defender la escabechina de ideas que ofrecen de una manera más digna y sobre todo, mucho más potente, no haciendo falta ni siquiera estar cerca de la explanada para saber como se las estaban gastando como bien nos contaban por allí. Y quizás esa sea la manera de disfrutar de sus directos, entre los gritos y aullidos que la esquelética ¿vocalista? profiere que hacen engrandecer temas tan fulminantes como ‘Fainting Spells’ al mismo tiempo que dan el salto del ruido a cierto melodía en ese gran éxito llamado ‘Celestica’ o la grandilocuente ‘Baptism’. El escenario se llenaba de luces y sombras al compás de ese apabullante desorden que esta vez si convenció algo más y que dio paso a casi cinco horas de frenética electrónica facturada por Oink! Oink! Dj’s en una repleta Carpa Vodafone, mezclas con New Order o Depeche Mode hicieron que algunos entendiéramos porqué las máscaras con las que salieron, ya que acabamos como auténticos gorrinos en un baño de baile, salto y muchas ganas de fiesta sobre la tarima flotante de este tercer escenario en esta primera tibia jornada del festival vasco con un gran vencedor de antemano que confirmó las especulaciones.
