LLegó el turno para las crónicas de uno de los festivales más diferentes de toda país, el fantasbuloso Faraday.
Con un cartel que a priori, no parecía llamar demasiado la atención por su ausencia de grandes cabezas de cartel, el festival Faraday volvió a acercarnos a este pueblo a la vora del mar, que presume de recinto y de un entorno envidiable, la verdad es que merece la pena pasar un fin de semana en tan magnífico lugar, disfrutando de conciertos que transcurren en tan sólo dos escenarios, sin prisas, sin agobios en las barras, sin solapes y con la tremenda vista de la playa desde las alturas.
El viernes, primer día del festival, quizás era el día más flojito. Los grupos españoles que fueron alternando los dos escenarios fueron: Litoral, el grupo catalán, que durante años ha disfrutado como público del festival, tocaban por primera vez y muy agradecidas repasaron su album debut "A la piscina" sencillez acústica que sonaba dulce y melódico, perfecto para amenizar la agradable velada que se presentaba por delante, le siguieron otros como Espanto, Aias y Klaus & Kinski, los cuales después de unos cuantos ajustes de sonidos comenzaban a levantar los ánimos tras tocar temas como "El Rey del Mambo y la Reina de Saba", "Mamá no quiero ir al colegio" y "Flashback al revés".
Llegó el momento de The High llamas, grupo londinense veterano que demostraba su larga trayectoria de experiencia con un concierto de gran calidad y elegancia. Sus melodías con influencias psicodélicas, jazz y bossa nova recordaba al suave pop de los sesenta. El concierto va a servir para presentar Talahomi way (2011) el último y exquisito disco del grupo. A pesar de que la formación no incluye en directo sección de cuerdas, los violines y las violas no se echaron de menos. Las diversas guitarras, marimba, teclados y batería van a ser más que suficientes para trasladar la elaborada propuesta que venían a presentar.
Pasada la media noche llegaban las estrellas del viernes, The Bluetones, de los pocos supervivientes del Britpop, que ante su inminente separación, nos hicieron ser conscientes de que áquel era un momento único y quizás irrepetible, “This will be the last time in your country” para acto seguido tocar sus grandes hits del álbum "Expecting tu Fly". Una regresión a los 90 que quedó algo deslucida por momentos por la opaca voz de Mark Morriss que no estuvo del todo a la altura, pero que aún así, hizo las delicias con temas como " “Slight Return”, “If...” o “Solomon bite the worm”.
Aunque lo mejor de la noche, por lo menos para servidora, fue el tremendo directo de Za! intenso, atronador, contundentes y con carácter, dejaron al público totalmente descolocado. La propuesta de post rock, tribal, free jazz, pasado por batidora, creó sin lugar a dudas una atmósfera abstracta y física capaz de evocar el uso ancestral y mágico de la música. A la brisa del mar, de noche y en tan espectacular entorno, fue la guinda de la noche.
