Noel Gallagher y su nueva banda post-Oasis volvió a España tres meses después tras su primer paso por Madrid. En esta segunda parte de su gira europea, antes de hacer las Américas, eligió la sala Razzmatazz 1 de Barcelona para el despliegue de sus nuevas canciones.
En esta recién estrenada etapa como lider de su propia banda, The High Flying Birds, no olvidó grandes clásicos de su repertorio oasis. Todo lo contrario al camino elegido por su hermano Liam para comenzar su también andadura en solitario con Beady Eyes, el otro producto de la fisión de Oasis, en la que no utiliza canciones de su anterior etapa para sus conciertos. El menor de los hermanos Gallagher se quedó con la banda y el mayor con las canciones.
Pero pasemos al concierto, el cual fué una auténtica muestra de la llamada puntualidad británica. Apertura de puertas a las 19:30, concierto de los teloneros de 20:00 a 20:30 y de 21:00 a 22:30 lo que todo el mundo estaba esperando, es decir, las más de 2000 personas que desde hacía semanas habían hecho colgar el cartel de no hay billetes.
El grupo Folks fue el encargado de entretener al respetable en 30 minutos en el que presentaron su disco 'I see cathedrals' y que luego, amablemente, se acercaron a la zona del merchandaising para dejar algunas firmas sobre discos y postales y charlar, porqué no, con alguno de sus nuevos fans.
A las 9.00, las luces de la Razzmatazz 1 se apagaron y el rugido del público fue instantaneo, las sombras de los 5 miembros del grupo se veian aparecer mientras comenzaba a sonar la melodía que serviría de enlace para su primera canción, 'It's good to be free'. La gente empezó a disfrutar con esta cara b de los primeros años de Oasis convertida en clásico con su inclusión en el recopilatorio 'The Masterplan'.
A esta canción de los primeros años le siguió una propia de la última etapa, 'Mucky Fingers'. Luego vendría el gran repertorio de canciones con su nueva banda, tanto de todos los temas, salvo el úlimo, del álbum homónimo, interpretados incluso en el mismo orden en el que aparecen, como una cara b, 'The good rebel', y un trabajo aún inédito, 'Freaky Teeth'.
Comenzó con 'Everybody on the Run', la cual fue acogida con gran entusiasmo por parte del público. A esta le siguió 'Dream on', con un estribillo muy pegadizo, fácil de seguir para el público, al que se le notaba que aún necesita un poco más de tiempo para asimilar las letras. Hasta esa fase del concierto Noel se mostró algo frio, limitándose a mostrar gratitud tras cada canción.
Poco a poco se fue calentando. Siguió el repertorio con 'If I Had a Gun', quizás uno de los temas más flojos del álbum, y con el primer single 'The Death of you and me' con un espléndido Mike Rowe a los teclados, el cual ya había trabajado en el pasado con Oasis.
Algunos paisanos de Noel se hicieron notar coreando consignas, lo que valió para que Noel les dedicara 'Supersonic', con su guitarra acústica, acompañado en exclusiva de bateria y piano. Un absoluto deleite para los oidos.
Tras este breve descanso de sus nuevos temas, continuó con 'My record machine', sin duda, un éxito esta canción, y 'Aka...what a life', dedicada "al mejor futbolista del mundo...Balotelli". Los aficionados del barça sólo les quedó otra que reirse y aceptar la devoción de Noel al Manchester City y sus jugadores.
Noel volvió a mostrar su amplio repertorio y demostró que su música va más allá de los LP que saca al mercado, y así incluyó nuevamente dos caras b de su periodo Oasis, 'Talk Tonight' y 'Half the world away'.
Tras esto continuaría con las tres últimas canciones del último álbum, 'The soldier boy and jesus freaks', la cual dejó bastante indiferente al respetable, quizás un tema de los de usar y tirar como acostumbra a decir Noel, 'Aka...Broken Arrow' y 'The wrong beach', temas que fueron acogidos con mucho entusiasmo. Probablemente este sea el mejor termómetro para comprobar si unas canciones funcionan o no, y aquí el termómetro marcó que estabamos cerca del punto de ebullición.
Este llegaría tras el breve descanso que hicieron para coger aire y volver con cuatro auténticas bombas, todas ellas clásicos entre los clásicos de Oasis. Primero 'Whatever', delirio colectivo y gargantas al 100%. Le siguió 'Little by Little', con un estribillo que exigía aún más al público que estaba totalmente encantando y entregado. Y faltaban dos, 'The importance of being idle', quizás el último de los llamados himnos de Oasis, y una auténtica declaración de principios. Y como éxtasis, la niña bonita del mayor de los Gallagher, 'Dont look back in anger', para rematar un final que dejó a todo el público con la pleura desecha.
En resumen, muy buen concierto de rock con un guión perfectamente orquestado por Noel Gallagher al frente de una genial banda. Nada de experimentos ni florituras, así suenan en los discos y así las hemos tocado. Quizas sea lo único que se le pueda echar en cara a un concierto del que algunos esperabamos una extensión más allá de lo que ya habíamos escuchado en discos.