Las jornadas centrales del San Miguel Primavera Sound empezaban con un jueves de los que daba miedo, un carrusel musical de primera categoría.
Con una asistencia total de 37.000 espectadores, según nos informaba la propia organización, arrancaba un jueves que concentraba más talento que muchos festivales del mundo en toda su programación, la decisión de ver a unos u a otros se hizo en algunos casos dramática.
Hablando de organización, tenemos que decir que poco han cambiado las cosas con respecto a años anteriores, pero que la menor afluencia de público con respecto a las dos pasadas ediciones ha hecho lucir mucho más servicios como el de baños o las barras, mucho menos masificadas aunque la lentitud en algunas presagiaba lo peor. Mención especial para la oferta gastronómica que ofrecía muchas zonas y muy bien situadas para el avituallamiento, variedad y cantidad. En el plano logístico, la ubicación de los escenarios puede que empiece a tener tintes óptimos, el punto más negro, para la poca potencia del escenario Mini a distancias prudenciales, es un escenario demasiado abierto que dispersa demasiado el sonido y hace difícil escuchar de manera potente un directo a una distancia razonable.
Pegasvs fueron los elegidos para abrir la jornada, el escenario Pitchfork recibía a media asta al dúo, que estuvo sobrio en una actuación de 35 minutos que dio para, repasar su único trabajo, comprobar que a Luciana Della Villa le cuesta llegar con la voz y que cerrar tu concierto con “la canción del Afilador” y “El final de la noche” es éxito asegurado, cumplidores.
Baxter Dury tenía la difícil papeleta de defender su “sopa feliz” en el mayor de los escenarios con un sol de justicia y con unas expectativas muy altas en el público. Este gentleman salió muy bien acompañado por su banda y aunque sembró las dudas entre el público a medida que fue enseñando esas perlas que son, “Isabel”, Claire” y sobretodo “Trellic” se disiparon, canciones que sonaron muy bien y que hizo que la parte central de su directo rayara a un gran nivel aunque el concierto cayó en el tedio, hasta que preparó una demostración de fuerza con el piano para su parte final, sonando extrañamente rockero que acabó de cerrar una actuación de gran altura para el que era una de las apuestas de casi todos los medios, aunque si hablamos de apuesta general, Grimes se llevan la palma.
Muchos medios hablaban que Grimes era una de las perlas de este cartel, su disco “Vision” ha recibido unas generosas críticas y no es para menos. Un soplo de aire, carne fresca o Hype de temporada o como quieran llamarlo. Pero 24 años son muy pocos para verse en un escenario repleto con gente deseando escuchar tu música y así lo notó ella cuando dijo “este es el show más grande en el que he estado”, tal vez fue eso lo que sacó a la canadiense del concierto, idas y venidas a la mesa de mezclas, corriendo, nerviosa y deseando gustar, tanto fue así que acabó por subir a un puñado de personas a su escenario durante todo el concierto para bailar, algo que no entendimos y que deslució mucho lo que allí habíamos ido a ver. Su actuación estuvo repleta de los hits de su nuevo disco, incluida “Genesis” que la guardó casi al final manteniendo el interés de muchos que ya literalmente pasaban del concierto, otros marchamos a ver a Death Cab For Cutie.
Sin concesiones salieron Ben Gibbard y los suyos, casi nueve minutos de “I Will Posserss your Heart” para abrir la caja de los truenos y demostrar la estrellas que son, todo actitud sobre las tablas. Un Set list corto (una hora de duración) paro que no sirvió para presentar su nuevo disco sino que fue un repaso por todos sus discos. Las nuevas canciones como “You Are The Tourist” y “Doors Unlocked and Open” funcionaron muy bien, pero las más aplaudidas fueron las que catapultaron a la banda a la gloria, “The New Year” y sobretodo “We Looked Like Giants” con Ben Gibbard en una segunda batería para acabar de tocar el cielo con ellos.
Cierre para otro de sus imponentes Hits, “The Sound of Settling”, ¿faltaron muchas? como en todos los conciertos de bandas con estas discografías, pero el repertorio estuvo bien seleccionado para el festival y en las primeras filas el sonido fue notable a pesar del “apagón”. Vuelvan cuando quieran, pero a una sala.
Wilco son una de esas bandas que mezclan en nuestro país conciertos de salas y festivales y estamos encantados, como ellos, a Tweedy y los suyos les dedicaremos una crónica aparte pero lo que sí podemos adelantar es que la banda fue de menos a más y nos dejó una particular versión de sí mismos en “Spiders”, tras Wilco el carrusel de grupos iba y venía.
The XX volvían a demostrar que esto de conciertos al aire libre a altas horas de la madrugada no es lo suyo, su propuesta de electrónica de salón no acaba de cuajar, a pesar que las nuevas canciones tienen mucho más acento de Jamie XX. The XX es un grupo que no acaba de funcionar en estos festivales generando más decepciones que alegrías, Dominant Legs en cambio, sonaron atrevidos y muy recogidos en el escenario Vice, el grupo de Ryan Lynch (guitarrista de Girls) estuvo sobrio con su propuesta de pop que no tardará en despegar a lo grande.
Pero para momentos grandes, la vuelta de Refused, los suecos invocaron al mal en su concierto en lo que fue (visto desde la distancia) una orgía de saltos y una locura del público con un grupo entregado y en plena forma, el comeback del año tiene acento nórdico, salvajes.
Para cerrar la noche los escoceses Franz Ferdinad abarrotaban el esceario San Miguel para ofrecer uno de los pocos conciertos previstos para este año por Europa. Esta batidora de Hits continúa por la senda de la diversión con sus “Take Me Out”, “The Dark Of The Matinée” o la gran “Ulysses”, aunque sus nuevas canciones parecen antiguas, gran concierto de Kapranos y los suyos pero ojito que el nuevo disco viene por la idéntica senda de los anteriores y corren el riesgo de gastarse demasiado, un show que funciona pero que parece que con una vez vistos ya has tenido bastante. Si bien es cierto que "Do You Want To" va a funcionar toda la vida.
El cierre de la noche para uno de los triunfadores en lo que va de año, John Talabot presentaba su Live en un show mucho más intenso que su “Fin”, mucha clase y valor para esrta propuesta tan exquisita a esa hora, con Talabot marchamos a casa tras un jueves espectacular.
