Que pronto pasan tres días de festival, hasta el año que viene Primavera Sound, aunque antes quedaba un sábado por delante.
Este sábado quedó marcado hace unas semanas por la importantísima cancelación de Bjork, la islandesa a falta de tres semanas y debido a unos nódulos en la garganta cancelaba su esperada actuación. Siendo el clásico día de mayor afluencia, la entrada total para la jornada final ascendió a 38.000 asistentes, menor de lo habitual.
De nuevo el auditori iba a hacer de receptor, tras el abandono de J. Tillman de Fleet Foxes ha decidido probar fortuna con una nueva banda, “Father John Misty” y para sorpresa de todos, la banda es él, no le falta actitud, es gracioso, tiene un carisma que en Fleet Foxes era imposible apreciar pero para defender su “Fear Fun” tal vez quedó algo deslucido, echamos mucho de menos algo de percusión a pesar de la “sesión fotográfica” de Tillman y las constantes interacciones con un público que llenaba hasta la bandera el espacio.
Un Auditori que se fue vaciando para recibir a Michael Gira, vestido como un colonizador americano, acabando en sombrero vaquero, el líder de Swans ofreció un recital de guitarra y voz que la única manera de definirlo es auténtico. Serio y concentrado Michael Gira dio una exhibición de raíces profundas americanas transportando a los asistentes a lugares lejanos.
Desde Brooklyn, ya en los exteriores, Sharon Van Etten desplegaba su magia. Qué cantidad de recursos vocales tiene la americana, su puesta en escena es seria, hasta desagradable sobre el escenario, pero una vez que arrancan canciones como “Serpents” o “Warsaw” solo puedes volar. Mención especial para “Leonard” (el último de sus singles) que sembró el silencio sobre el escenario San Miguel poco habitual. En la antítesis de Sharon se encuentran Sleepy Sun, que repartieron rock y buenas formas con el público presentando su irregular “Spine Hits”, mientras Lisabo explicaba por qué son una de las mejores bandas nacionales en directo, con sus clásicas dos baterías atronaron el escenario Ray – Ban dando uno de los conciertos del festival.
Uno de los momentos más especiales fue ver a Grupo de expertos Solynieve sobre el escenario mini. Los granadinos encabezados por un J muy inspirado y solemne repasaron su “Alegato” y su “Eje de la Tierra”, ese rock sureño desenfadado de letras cálidas. A pesar que muchos “emigrantes” esperábamos poder lucir nuestros colores con “La nueva reconquista de Graná” el grupo optó por un set mucho más homogéneo con “¿por qué no te largas de Aquí?” o “dime”. Aunque los momentos más impactantes llegaron con un “sentio” homenaje a Pedro San Martín haciendo “Calles y Avenidas” de La Buena Vida poniendo un broche de oro con “Tú, misionero de Dios”. Granada siempre con un sitio en Barcelona, claro y meridiano como lo veo.
Tocó esperar en el mismo escenario a que Beach House volviera a dar uno de los conciertos del festival. Repasando sus tres discos bajo un manto de estrellas en el escenario se presentó un grupo que ya es una realidad. Un viaje astral a través de “Lazuli”, “Myth”, “Zebra” o “Norway”, íntimo a pesar de estar abarrotado, delicado a pesar de los desgarros vocales de Victoria, bárbaro.
Un sábado que encontraba en Saint Etienne a los sustitos de Bjork, Sara y los suyos, abrumados por tener que hacer cabezas de cartel obligatorios, sembraban la duda de si se había repuesto de la afonía de su cantante que le impidió tocar solo 4 días atrás. Pues duda resuelta, Saint Etienne optó por presentar su nuevo gran disco “World & Music” para cerrar con una concatenación de hits culminada con “He´s on the Phone”. Dance de los noventa hecho pop con dulzura, grandes una vez más.
Wild Beats fueron la apuesta frente a Yo La Tengo, que son apuesta segura, los ingleses trajeron su pop orquestal producido en su último disco “Smother” ante un público respetuoso que disfruto con las “Bed Of Nails” y sobretodo con “Loop the Loop”, buena ejecución con escenario cargado de instrumentos que nos hizo disfrutar del juego de voces de este grupo llamado a tocar en una franja mucho más temprana.
Para cerrar el festival, Justice llenaban el escenario de amplis rodeando a la cruz. Esa cruz “hiperbólica” que acaba fijándote al suelo mientras ese show garrafonero acaba por conquistarte. Adaptando sus temas a un sonido mucho más rockero, con punteos afilados durante toda la actuación acabó por dar la razón a los que dicen que Justice son la fiesta, no hay discusión, lo son.
Este Primavera Sound 2012, ha sabido sobreponerse a la crisis, a las cancelaciones, este año demasiadas para ofrecer un fin de semana pulido y bien organizado, ¿cuándo salen las entradas para el año que viene?
