Seis años han pasado desde que la artista que empezó conquistando seguidores en el East Village neoyorquino visitara nuestro país por primera vez.
Esta primera cita tuvo lugar en la madrileña sala Moby Dick, y que en 2012, con su sexto álbum de estudio, What We Saw From The Cheap Seats, nos regala por fin su segundo y esperado paso por España dentro de la programación de los Veranos de la Villa.
Jack Dishel dió comienzo a la velada con su proyecto Only Son. El ex-Moldy Peaches salió a escena acompañado únicamente de su guitarra acústica y pregrabados, y si bien ciertas canciones de su corta trayectoria son disfrutables, el formato sólo ayudó a destacar su faceta de maestro de ceremonias. La interacción constante con el público que iba llenando el teatro consiguió resultar un rato de lo más ameno.
Fue entonces cuando el escenario Veranos Price recibía finalmente a Regina Spektor, que tras saludar sonriente a los presentes, se dispuso a coger el micro para hacernos el primer regalo de la noche, Ain't No Cover. Puro blues a capella. Regina inundó el silencio con su voz para desencadenar vítores y aplausos que no cesarían, ya que su piano le esperaba, y sonó The Calculation, que junto a On The Radio desató definitvamente la celebración del personal.
Así se fueron sucediendo canciones de su ecléctico y camaleónico repertorio en un set en el que tuvo protagonismo su último trabajo, el cual tocó prácticamente en su totalidad, separado por pequeños segmentos. Temas como All The Rowboats o su versión de The Prayer of François Villon sonaron apabullantes. La por momentos casi circense The Party, o la revisitada e hiper-pegadiza Ne Me Quitte Pas con el cello haciendo las veces de vientos y dándole un aire distinto repartieron felicidad a diestro y siniestro, sumadas a un sonido y a una banda que potenciaron considerablemente e hicieron ganar muchos puntos a este reciente material.
Sin embargo, si algo quedó realmente patente es la muy destacable calidad interpretativa de una Regina Spektor que con su aparente timidez cautivadora fue capaz de absorber, conmover, hacer reir y dejar una noche impregnada de grandes momentos.
Presentada como una canción más antigua sonaban las primeras notas de Ode To Divorce. Piano,
cello y una fuerte carga emotiva, el contrapunto perfecto para la cara más alegre que vendría más adelante con Dance Anthem of the 80's y Sailor Song. También hubo espacio para las colaboraciones hacia la mitad del concierto, cuando Jack Dishel volvía a presentarse frente a la audiencia y cantó junto a su mujer la preciosa Call Them Brothers, memorable.
El broche final se hizo de rogar, y era recibido como se merecen los hits indiscutibles que son ese cuarteto de ases formado por Us, Fidelity, Hotel Song y Samson, en ese orden.
Regina, tras haber pasado un día libre por Madrid (y de experimentar la tortilla de atún), se mostró muy agradecida con los asistentes al despedirse. Queremos creer que ese "see you soon" se cumplirá y podamos disfrutar de su irresistible talento más a menudo. Única en su especie.
