El día más tranquilo del festival tras la apoteosis del día anterior y se agradeció puesto que se pudo llegar a tiempo para ver a los Corizonas.
Fueron encargados de dar el pistoletazo de salida a esta última jornada, venían con ganas Javier Vielba y los suyos y lo demostraron desde el principio con su puesta en escena, sus canciones, su interactuación con el público y las proyecciones que traían y que combinaban muy bien con el concierto y el tipo de música que hacen, algo que no es fácil. Una buena forma de animarse cuando ya las fuerzas están muy gastadas. El siguiente concierto es una de las grandes promesas/realidad de la música actual, un blanquito haciendo música de negros con muy buen gusto Eli Paperboy Reed continuó haciéndonos vibrar y bailar con su sonido con gran influencia de los años 60 y la Motown.
Y como no podía ser de otra forma, la única manera de continuar con fuerzas era la música que se ofrecía en el escenario 3 hasta el concierto estrella de la noche. Por él pasaron bandas como Pure Love, The Big Pink y Enter Shikari cada uno demostrando que el rock alternativo recobra vida en sus diferentes formas. Pure Love ofrecieron una actuación muy al estilo de lo que se puede escuchar en MTV Rocks. The Big Pink puso una de las notas emotivas del festival cuando el cantante ofreció una de sus canciones a un amigo fallecido el día anterior y dijo que el mejor homenaje que le podía hacer es que disfrutásemos con todas nuestras fuerzas del show. Enter Shikari fue una de las grandes sorpresas de este festival con un concierto de rock potente y un frontman que literalmente se subió a cualquier cosa que estuviese en alto y que no paró de moverse por todo el escenario y alrededores, se agradece que a veces a alguien se crucen los cables y ofrezca algo de show.
Garbage era el grupo estrella de la última jornada y se nota que ya no llaman a tanta gente como hace quince años, aunque su actuación demostró una gran profesionalidad con una Shirley Mason que, aunque ya no es esa jovencita que nos encandiló cuando éramos adolescentes, que no paró de moverse y darlo todo durante su espectáculo como si tuviera de nuevo esos veinte años. La nota extraña del concierto fue cuando el sonido se fue y la banda seguía tocando puesto que ellos se oían por monitores y que hizo que durante un par de minutos nos quedamos con cara de no saber qué pasaba. Un carrusel por nuestra banda sonora vital que acabó por cerrar el trio de clásicos noventeros que encabezaban el festival.
El último grupo en tocar en el escenario 3 fue Black Belles que trajeron su indie con toques inspirados en ritmos africanos y que encajarían perfectamente en un festival tipo Día de la Música. Fin a los 3 días de música, encuentro con amigos de toda España y gente de todo el mundo en un ambiente festivo y de buen rollo, buen comer y grandes recuerdos. La nota más negativa, los colapsos en logística que nos brinda la nota positiva, el fuerte crecimiento del festival, esperemos que encontremos el ancauzamiento de este desarrollo, hasta el año que viene.