Vino, música, buen ambiente, Enofestival en una palabra.
Segunda edición del festival que tiene como misión conjuntar el vino y la música de la escena independiente, esta vez en un escenario más coqueto y céntrico que la edición anterior como es la Sala de Columnas del Circulo de Bellas Artes. La mecánica de este festival es muy sencilla y práctica; concierto seguido de cata animada por Djs y otra vez concierto. Con lo cual te permite disfrutar de dos de los grandes placeres de la vida como son el vino y la música.
Dentro de los conciertos empezaron Templeton alumnos aventajados de la nueva hornada de bandas que esperemos pronto estén en los horarios de honor de los festivales. En éste han demostrado que son capaces de animar a los asistentes más tempraneros que ya empezaban a disfrutar de los caldos, el rebujito o cocktails inventados para la ocasión como el vin-tonic.
Siento haberme perdido a Luis Ramiro pero el año pasado aprendí que es necesario comer y que te dé un poco el aire si quieres permanecer todo el festival en condiciones más o menos decentes y era su concierto el que coincidía con mi hora de llenar el buche.
Llegue a tiempo para ver todo el concierto de Alondra Bentley una de las exponentes de ese movimiento que hubo hace aproximadamente unos 4 años de “chicas con guitarras” la diferencia con el resto es que ella no necesita adornos ni accesorios para demostrar su calidad. Con una guitarra y acompañada de un piano (Nacho Ruiz) y trompeta (Pepe Andréu) demostró todo lo que vale encima de un escenario y es que sus canciones son de gran calidad como Of All Living Creatures Why a Human Being, 25th of January o The Garden Room que da nombre a su último disco.
Justo después de este concierto hice mi primera cata del día con los vinos que ofrecía Solaz tanto en verdejo, rosado y tinto. Tengo que decir que aunque disfruté con la cata, todavía me queda un mundo para ser algo parecido a alguien que sepa de vinos. Una pena que mi generación tengamos ese déficit de conocimiento en algo tan de nuestra cultura como el vino.
Turno para McEnroe un grupo que tiene un gran tirón entre el sector femenino festivalero y que a más de una se le pudo ver durante su actuación con la boca abierta. Una sorpresa fue la aparición de Miren Itza que acompañó a los getxotarras en unas cuantas canciones.
Más catas, más vino, más amigos y más felicidad con esos ingredientes ya estábamos preparados para el concierto de Hidrogenesse y es que había muchas ganas por ver a Carlos y Genís y bailar al son de Disfraz de Tigre o No Hay Nada Más Triste Que Lo Tuyo en un concierto en el que también pudimos escuchar canciones de su último disco Un Dígito Binario Dudoso dedicado a la memoria de Alan Turing considerado en el Reino Unido un héroe por su ayuda para descifrar los códigos secretos de los nazis y un villano por su homosexualidad por la que fue condenado. Recuérdenlo la próxima vez que pongan a Gran Bretaña como ejemplo de modernidad, adelanto y faro de la civilización.
La última cata fue de Alma de Magno y fue interesante aprender algo más del brandy y de su utilización en cocktails de fácil preparación y gran sabor, a tener en cuenta para cuando quieras innovar. Para acabar era el turno de Layabouts y nada mejor para terminar que rock con fuerza y movimiento, tanto en el escenario como en un sector del público para acabar un festival por todo lo alto.
Por último agradecer a la organización en general y a Cristina V. Miranda en particular su atención y desvelo para que esta edición del festival fuera del agrado de todos los asistentos y no me quiero olvidar tampoco de The Mockers y Escándalo DJs que nos amenizaron las catas y descansos entre conciertos con un Jorge Rojo que se llevo el premio del público a sesión más divertida del evento.
Brindemos por la tercera edición del Enofestival.
Fotos y Texto: Toni Delong
