Frank Ocean
Channel ORANGE
[Def Jam; 2012]
8.2
No ha podido tener más impacto mediático el primer disco en solitario de Frank Ocean, vocalista de Odd Future. El disco se ha venido gestando con la salida al mercado de sus singles que fueron recibidos como aire fresco para la gran mayoría de la crítica además del público, previo paso de un polémico Ep por un tema de licencias.
Si a esta excelente estrategia de presentar una gran cantidad de canciones previas de un disco de diecisiete cortes le añadimos el shock que supuso la salida del armario del cantante semanas antes de presentar este “channel ORANGE” la cosa no podía estar más en la brecha. No es que nos importe mucho la sexualidad de Frank pero si Odd Future (su banda) ha sido acusada de homófoba, la polémica estaba servida por un lado y por otro, en el más interesante, algunas de las letras cobran mucho sentido. Por no hablar de la conmoción en el propio mundo del Hip Hop que ha sentido como se desplazaban sus rígidos cimientos.
Cuando la lumbre estaba a punto de arder nada mejor que un poco de acelerante en forma de reseña, con un 9.5 en la revista Pitchfork, nota más alta en lo que va de año para acabar de poner la guinda a una de las previas de un lanzamiento más completas de la década.
Pese a todo, para bien o mal, Frank Ocean ha sacado un disco diferente. Desde el comienzo a modo de intro de título “Start” con sonidos del comienzo de las partidas en Street Fighter, podemos comprobar que este disco no ha sido concebido a la ligera, es de una elaboración extraordinaria. Un disco que dedica y se gesta cuando Ocean conoce la pasión en el verano de los 19 años, ese verano, que lo marca profundamente, descubre un amor hasta entonces prohibido, todo esto queda marcado en el disco desde el principio hasta el final. Un trabajo dedicado casi íntegramente al más universal de los sentidos, que arranca con una declaración de amor en “Thinking bout You”, un desgarradora historia entre dos amores separados.
Un disco de letras amorosas y de ritmos cálidos y sensuales, como en “Crack Rock” o en la coral “Sierra Leona” donde apreciamos esa mezcla de Hip Hop e instrumentación electrónica a veces, con los ritmos marcados con un alma de Rhythm & Blues muy clásico, dos píldoras de gran clalibre.
Frank Ocean, a pesar de todo, tiene tiempo de criticar los paraísos ostentosos de los que tradicionalmente el Hip Hop hace gala, así en “Super Rich Kids” donde bebiendo vino de marcas imposibles de pronunciar busca de manera desesperada el amor rodeado de lujos, puyazo al clásico hip hop de coches, mujeres y oro. Esta es una de las muchas canciones que vienen precedidas por intros de menos de un minuto que adelantan a la canción.
Tal vez la parte más espectacular del disco llegué en el centro, “Pilot Jones” es una balada clásica sin apenas arreglos pero que sienta bien antes de los momentos más intensos. “Pyramids” es una canción de más de nueve minutos de duración donde Ocean hace un paralelismo entre una puta que trabaja en el casino “pirámide” con la mismísima Cleopatra, con un línea de bajo sublime y unos arreglos sorprendentes estas dos pirámides nos dejan una doble canción propia solo de los grandes.
Si a esa salvajada la continuamos con la canción más reconocible del disco como es “Lost”, dedicada a Miami, zona de influencia rapera clásica para la gente de New Orleans (como él), estás enganchado hasta el tuétano a este disco. Estribillo pegadizo sin descuidar en ningún momento la voz, que siempre suena afinada y nada estridente.
Para el final este disco debut nos deja la segunda colaboración junto a Andre 3000, tras la que hace con Earl Sweatshirt (Odd Future) en Super Rich Kids. El líder de Outkast acompaña en “Pink Matter” de arreglos orquestales, por momentos, que da paso al animoso cierre con “Forest Gump” previo vuelo por la confesión a tumba abierta que nos dedica el rapero en una hiriente “Bad Religion”. Y si el primer corte se llamó “Start” el último no podía ser otro que “End”.
Un disco que marca una nueva interpretación de ese Soul contemporáneo, un disco donde nada desentona, para muchos será un claro candidato a disco del año, no sabemos si para tanto es, lo que sí sabemos es que tras escuchar este “orange CHANNEL” sabrás que si alguien puede repetir aquel sublime “My beautiful dark twisted fantasy” ese es Frank Ocean.