Calexico
Algiers
[Anti Records; 2012]
7.7
Dejémoslo claro desde el principio: Calexico es una banda que, para los amantes del Country-Folk, es todo un referente y que, dada su calidad, debiere formar parte en el apartado de “imprescindibles”, de la biblioteca musical de muchos amantes de la música en general.
Desde 2008, con CARRIED TO DUST, y si exceptuamos la BSO del documental mexicano CIRCO, este grupo norteamericano no había lanzado al mercado un nuevo material discográfico. Afortunadamente, los de Tucson se han metido otra vez en los estudios. Quienes les admiramos, gracias a ello tenemos una nueva oportunidad para dejar que su música nos encandile trasladándonos al estado de Arizona o evocándonos la genuina aspereza de un viejo “western”. El disco se llama ALGIERS (barrio de Nueva Orleáns, donde ha tenido lugar la grabación).
Una primera toma de contacto con ALGIERS permite cerciorarse de que esta nueva entrega supone un retorno a sus raíces, esto es, a sus orígenes como grupo cultivador de “folk americano”, aunque influenciado con enriquecedora nitidez por la música mejicana norteña. Esta preferencia hace que su estilo se fundamente en una mezcla heterogénea y original, que los hace distintos, únicos.
ALGIERS se propone como un disco mucho más accesible a lo que la banda de Arizona nos tenía acostumbrados; un trabajo, por lo tanto, muy cercano a los LP´S que les dieron fama mundial –GARDEN RUIN o THE BLACK LIGHT-, aunque insistiendo en la novedad de su trabajo precedente de la inclusión de algún tema en castellano.
Pasando ya a un análisis pormenorizado de este notable trabajo, cabe decir que le da inicio “Epic”, un tema muy folk, vitaminado con la estimulante participación de unos coros y unos violines que, como sugiere la letra del mismo, parecen incitar a que empiece una celebración. “Splitter”, segundo tema de ALGIERS, uno de los mejores temas, es una impecable mezcolanza de ritmos alegres, acompañados de unas trompetas que remarcan el ritmo de la canción. En “Maybe on Monday” se mantiene este mismo estilo, aunque en esta ocasión los instrumentos de viento no aparecen y los riffs de guitarra son los que acentúan la regularidad.
“Sinner in the Sea” brinda el sonido que ha hecho de Caléxico un grupo de referencia. Se trata de una canción que bien podría haber sido escrita por el mismísimo Quentin Tarantino para ser incluida en una hipotética continuación de su inolvidable saga KILL BILL. En “Fortune Teller” se nos propone un tema acústico que ahonda en su particular investigación acerca de las raíces de la música norteamericana. Esta búsqueda caracteriza también a “Hush”, sin duda, uno de los temas más bonitos del álbum.
ALGIERS resulta ciertamente innovador en su intento de aportar un tono más europeísta a la indudable querencia por el sonido propio de Nueva Orleáns. Éste afán cuaja sus mejores frutos, por ejemplo, en “Para”, una canción que, en alguno de sus pasajes, evoca la reconocible intensidad del desgarro vocal característico de Glen Hansard.
El reto del cd lo compone una atractiva mezcla de composiciones: En “Algiers” -otro tema instrumental, que da título al trabajo entero- nos reencontramos con esos sonidos de cariz norteños-mexicano tan queridos por la banda de Tucson; “Puerto” insiste en los antes citados ritmos trompeteros y guitarreros, aportando una mezcla de líneas en castellano con frases en inglés, para así certificar esa sincera afirmación de su naturaleza abiertamente fronteriza y limítrofe; “No Te Vayas”, que recuerda a ese pilar de la música latina llamado Los Panchos; y, finalmente, “The Vainishing Mind” en el que reaparecen los Caléxico mas folkies volviendo a dejarse influenciar por un sonido proveniente de la lejana Europa.
La edición especial de este álbum trae un “live”, en el que Calexico deja bien claro cual es el lugar en donde realmente son grandes: éste no es otro más que el de situarse encima de un escenario. Ahí es donde su música se magnifica y donde ellos se encumbran sacando a relucir impulsiva y descaradamente sus profundas raíces musicales. El directo da un protagonismo brutal a los instrumentos de viento. La escucha de ese recital resulta un auténtico festín para los amigos de ese genuino caudal de sonidos fronterizos, todos ellos ejecutados desde la más implacable firmeza. Caléxico enamora en esa viva impresión de su música.
No debe extrañarnos, pues, que la banda no cese de ganar adeptos: quien los descubre no puede abandonarlos. Pese a su veteranía, siguen creciendo y estimulando nuevos horizontes a su cuajado recorrido. Caléxico son diferentes, son especiales. En tiempos en donde escuchar música parece sinónimo de devorarla, detenerse a saborear en su justa medida la autenticidad de su propuesta no deja de ser nada más y nada menos que una tarea muy disfrutable.