Soledad Vélez
Wild Fishing
[Absloute Begginers; 2012]
7.6
Una de las múltiples virtudes que podemos extraer de la inmigración es la posibilidad de acceder a grandes artistas que decidieron marchar de su tierra de origen, a la búsqueda de un lugar donde encontrar su estabilidad personal. Soledad Vélez es una de los muchos chilenos que han tentado a la suerte de venir a nuestro país con el fin de intentar ganarse la vida de la mejor forma posible.
Caer en las estereotipias y la crítica fácil antes de asumir una propuesta cultural nueva es por desgracia algo muy habitual. Ocurre, por ejemplo, dentro de ese grupo de gente que, dada la privilegiada posición mediática que ocupan, creen que su opinión sienta cátedra. Todos tenemos conocidos que alardean de un gran conocimiento, y, luego, a la hora de la verdad, son unos grandes ignorantes siempre envanecidos en su propia experiencia.
La primera imagen que nos encontramos de Soledad Vélez es la de una chica joven, aspecto físico débil, pelo rubio desaliñado y unos sensuales ojos azules. Si a eso le añadimos una guitarra o un ukelele, ese cúmulo de “a prioris” que hemos citado comienza a actuar: ya tenemos creado el prototipo de una artista que haría giras de versiones de los Beatles o compondría canciones para el último anuncio de Hägen Dazs.
Sin embargo, la de Concepción, en contra de todas estas previsiones, tan solo con tocar unos primeros acordes, y sobre todo, empezando a cantar, nos convence de que su DNI músical para nada es una copia de los anteriores productos ya presentados. Estamos ante una voz esplendorosa que ya le gustaría tener a Melendi en su programa de Telecinco.
La carrera de Soledad empezó en Valencia. Los bares de los barrios de Benimaclet, Ruzafa, El Carmen o las principales salas de la capital del Turia se han arrodillado ante el talento que desprende esta mujer singular y valiente. WILD FISHING es su primer album, un trabajo en el que ella misma ha desempeñado la tarea de producir, acompañada Jesús de Santos (exmiembro de Polar) y Carlos Soler. Todos demuestran que las ganas de trabajar repercuten siempre en el resultado final del producto.
Hay veces que, con tan solo los primeros 30 segundos de un tema, un artista es capaz de convencerte del talento que posee. Con “Black Light Forest” ocurre esta celérica confirmación. Bastan sus primeros compases para que todas las virtudes de la artista queden exhibidas con rotundidad. Por fortuna, el resto del álbum contribuye a que esta presunción no se convierta un decepcionante espejismo.
El folk está presente en una gran parte de este notable trabajo. “Homeless”, ”Black Light in Forest” o “Angel’s Songs” ejemplifican a la perfección cuáles son sus raíces musicales. No obstante, la comparación con grandes artistas como “Patti Smith” o “P.J. Harvey” es más que evidente: “Unhappy With Crown” o “Wild Fishing” evidencian el gusto de la chilena por transitar el ámbito del más genuino rock alternativo. También comprobamos una decidida apuesta por el blues cuando esos patrones repetitivos propios del género fluyen desde el singular timbre de su voz en sorpresas como“He is” o “Birds”.
Soledad Vélez ofrece un muy estimulante disco, que aporta savia nueva a la ciudad de Valencia. Gracias a aportaciones de la calidad de la suya, la capital del Turia va revivificando una escena ya largo tiempo estancada, que, por ello, tiene cada día más seguidores.