El SOS 4.8 cierra su edición más exitosa con unas cifras mareantes. 40.000 personas por día abarrotaron el recinto de este SOS 4.8 de Murcia.
Foto: Laboratorio Clandestino
Tras la excelente edición de 2010, este año se presentaba como un reto para la organización del festival. Impecable la de este año, puliendo detalles que el año pasado no acabaron de gustar a todos como el camping. Por lo que pudimos hablar durante el festival, con algunos usuarios, este año fue un éxito. Como punto de la logística más negativo, destacaremos la falta de cobertura telefónica. Aunque sumaremos que en redes como Twitter #sos48 llego a ser TT durante todo el fin de semana, un importante tanto de los responsables de comunicación, que animaron bastante el asunto.
Un viernes que se presentaba como la jornada más interesante del fin de semana y que comenzamos con unos desentonados The Kooks. No esperábamos mucho de su puesta en escena, pero no consiguieron enganchar al público ni con sus grandes hits como la "rock band-eada" “Naive”, el escenario quedó demasiado grande para los frios chicos de Brighton. Tras Kooks tuvimos que optar por ver solo un rato a Triángulo de amor Bizarro que siguen siendo una apuesta segura, el escenario pequeño hizo que muchas actuaciones lucieran de manera magistral, TAB consiguieron mantener el listón muy alto, y descargaron a mitad de concierto sus temas más conocidos del encumbrado "Año Santo" para deleite de los paladares más ruidosos.
Foto: Laboratorio Clandestino
Tras una buena dosis de decibelios, un mal ubicado Yann Tiersen ofrecía su versión más eléctrica acorde con su último trabajo “Dust Lane”. Mal ubicado porque el escenario grande acaba siendo punto de encuentro de todo el mundo, y más cuando la siguiente banda es Vetusta Morla, desluciendo bastante la actuación del francés por el inmenso ruido de los asistentes. Aún así recital en toda regla del maestro, con intercambio de violín y guitarra para una de las grandes atracciones festivaleras. Aunque si hablamos de atracción el primer concierto de Vetusta Morla tras la publicación de su segundo, “Mapas”, fue lo más esperado de la noche.
Con tan solo una semana en la red, la gente abarrotaba el escenario principal, y ya cantaba la gran mayoría de sus nuevos temas, unos temas que formando en conjunto un mejor disco que “un día en el mundo” no acaban de levantar tantas pasiones como los primeros. Es una primera toma de contacto, pero el grupo no dio la sensación encontrarse cómodo y a pesar de despuntar con canciones como “Copenhague” no acabó de ser todo lo especial que sus fans quisieran, pequeña decepción la que nos llevamos con los madrileños aunque tengo el presentimiento que una vez la gira vaya más rodada la cosa va a ser muy distinta.
Al mismo tiempo que Vetusta, These New Puritans hacian acto de presencia en el auditorio y si algo se podía esperar del show Hidden Live eran un par de cosas: La primera es que el Auditorio Mondosonoro era el mejor lugar para albergar tal despliegue de instrumentos, voces y cacharrería, y la segunda es que la decencia del público a aquéllas alturas de la tarde sería cuanto menos cuestionable. Sin embargo, y dejando a un lado lo mencionado, vivimos momentos realmente espectaculares durante el concierto que cerraba la primera parte del viernes. Con “We Want War” como momento clave del bolo, gozamos de un coro de niños muy bien incorporado en la impresionante puesta en escena, pero sufrimos un sonido deficiente que dejaba en segundo plano a la orquesta de viento que tanto protagonismo tiene en el álbum en temas como “Attack Music”. El lugar era el indicado, pero no se le sacó el partido que se esperaba.
Foto: Laboratorio Clandestino
Tal vez hasta aquí el viernes nos dio más tritezas que alegrías pero la salida al escenario Jagermeister de Two Door Cinema Club, con un aforo por encima de la capacidad, Que agobio!, iba a cambiar las tornas. Un disco cargado de Hits es lo que tiene, la gente saltó y bailó cada uno de las canciones. Los irlandeses sonaron divertidos e hicieron pocas florituras sabiendo dónde están las limitaciones de cada uno, la noche dio giro de 180 grados, escuchar "Something Good Can Work" o "Do You Want It All?" ayudó. Posiblemente las más coreadas por el público. Dando paso a la gran atracción “a priori” de la noche MGMT.
MGMT son un grupo que han tenido “mala suerte”. Mala suerte en sacar en su primer álbum dos canciones como “Time To Pretend” (la segunda) y “Kids” (Karaoke total), porque quitarse la vitola de Hype va a ser difícil así. Su segundo trabajo “Congratulations” es un disco mucho más elaborado que requiere de un directo de más trabajo y menos fiesta. Y esto a las 00:30 de la noche en un festival es difícil de explicar. Con seis músicos sobre el escenario sonaron canciones que creimos olvidadas como “The Youth” y apuestas seguras tal “Its working” , y una extrañamente calmada “Brian Eno”. Cierre con la canción que da nombre al segundo Lp, con percepción de haber visto un gran concierto pero que no era ni mucho menos lo que el público esperaba, sensaciones encontradas. Demasiada exigencia a este grupo que defiende a las mil maravillas lo que tiene, y lo que tiene no es solo las dos canciones anteriormente nombradas.
Foto: Laboratorio Clandestino
Y de la calma de MGMT a la locura en The Bloody Betroots Deathcrew 77. Vaya por delante que a mi, la música de los italianos no se acerca ni lo más remoto a mis gustos, pero que al colocar el inmenso cartel que rezaba “ Church Of Noise” y comenzar el show, supe que estaba ante algo enorme. Este concierto dio además un momento muy curioso, que fue ver salir del mismo a Antonio Luque (Sr. Chinarro). Los de la máscara producen uno de los directos más salvajes que yo he visto. Todo es en directo, guitarras, voces, bajos y una batería que es un metrónomo a la velocidad de la luz. Durante el directo vimos correr, saltar, cantar coger guitarras por los aires, una coreografia al milimetro de producción y fiesta a raudales que acabó con los allí presentes, después de ver esto, pensé, que nada más debía empañar mi viernes.
