El último día del ARF presentaba un cartel bastante inferior con respecto al de jueves y viernes, demasiado folk para mi gusto, no obstante y pese al cansancio acumulado desde el jueves nos marcamos una ruta que incluía a artistas y grupos de la talla de New Bomb Turks, Band of Horses, Brian Setzer o Gregg Allman entre otros.
Foto: © Musicsnapper
Después de recuperar fuerzas al medio día con la visita obligada a La Calle Cuchillería, hago un inciso aquí para recomendaros la exquisita tapa de txampis del Txistu, nos dirigimos hacia el festival con un calor insoportable y con la hora justa para ver a la mítica banda de Punk Rock procedente de Ohio, New Bomb Turks. Debo reconocer que de la jornada del sábado éste era el único grupo que realmente me apetecía ver de verdad. Y no me defraudaron en absoluto. Más de 20 años encima de los escenarios y 9 discos a sus espaldas son un legado lo suficientemente extenso como para permitirse el lujo de perdérselos. Eso mismo debieron pensar los cientos de personas que pese al asfixiante calor (¡¡se llegaron a los 37ºC en Vitoria!!) se dieron cita a las 6 de la tarde en el escenario Ken Beith Stage.
Sin duda fue uno de los conciertos más divertidos de todo el festival, pero es que cuando un personaje como Eric Davidson está al frente, el desmelene está asegurado. No paró ni un solo segundo de gastar bromas a técnicos, personal de seguridad, público y acabo subiéndose literalmente por las estructuras de la carpa al no poder lanzarse al público debido a los más de dos metros de foso que le separaban. Un concierto de punk auténtico, rápido, agresivo, irreverente, los 50 minutos mejor aprovechados del festival, mojito en mano.
El concierto de Avett Brothers sirvió para relajarnos a la sombra que proporcionaba la pequeña arboleda a la izquierda del escenario principal. Una gran banda de folk-rock donde banjos, violines, teclados y las emotivas voces de los hermanos Avett, nos hicieron pasar un agradable rato.
Foto: © Musicsnapper
Tiempo para uno de los platos fuertes de la tarde, Band Of Horses, aún con un sol abrasador y en la sauna en la que se había convertido el escenario secundario del Azkena. Los de Seattle, que venían directos del DCODE festival de Madrid presentando su último disco ‘Infinite Arms’ , cerraban gira Europea en Vitoria, y esto se notó en las ganas y cercanía con el público que pusieron a lo largo de toda su actuación.
Sus temas más conocidos como el ‘Is There a Gosht’ o la preciosa ‘ No One’s Gonna Love You’ funcionaron a la perfección en directo, y Band Of Horses, liderados por un entregado Ben Bridwell a la guitarra y voz, dejaron una buenísima sensación en todos los aspectos en su despedida. Buen concierto.
Con la espinita clavada por perderme a Gregg Allman, volvimos al escenario principal para el esperado concierto de Brian Setzer, líder indiscutible de los míticos Stray Cats, que venía acompañado de los Rockabilly Riot. Éste posiblemente era el concierto grande del día, sobre todo después de comprobar la cantidad de ‘pin-ups’ y rockabillies que pululaban de un lado a otro chorreando litros de gomina.
Foto: © Musicsnapper
Lejos de ser un fan de este estilo y todo lo que le rodea, el concierto ofrecido por Brian Setzer, que empezó tocando junto al contrabajista Johnny Hatton y el baterista Noah Levy y que acabó con 2 baterías y 2 contrabajos además de un teclado sobre el escenario, estuvo a la altura de lo previsto. Energía y clase para un potente directo que consiguió hacer mover las caderas al público que llenaba por completo el Solomon Burke Stage, a pesar de un comienzo titubeante debido a los típicos problemas de sonido iniciales de este escenario. Sonaron algunos temas clásicos de los Stray Cats como el ‘Sexy & 17’ o el ‘Rumble in Brighton’ para acabar con toda la banda encima del escenario cerrando con el ‘Rock this Town’. Grandísimo músico Brain Setzer, todo un privilegio haber visto a este maestro de la guitarra, y en general muy buen concierto, aunque al final tanto contrabajo y tanto swing se me hicieron repetitivos.
Este fue prácticamente mi fin de festival en lo que a conciertos se refiere, ya que salvo unos minutos con Thin Lizzy desde la barra, aburridísimos a más no poder, el resto de la noche lo pasamos en el Casino echando el resto. Una lástima la caída a última hora de Danzig porque hubiera sido el broche perfecto a este décimo aniversario del Azkena Rock Festival, que a nivel general me ha dejando un buenísimo sabor de boca y al que espero volver en futuras ediciones.
