Beatles Eight Poster

 

Título original: The Beatles: Eight Days a Week - The Touring Years

Año: 2016

Duración: 120 min.

País: Reino Unido

Director:  Ron Howard

Guión:  Mark Monroe (Historia: P.G. Morgan)

Fotografía:  Michael Wood

Reparto:  Documentary, John Lennon, Paul McCartney, George Harrison, Ringo Starr

Productora:  Apple Corps / Imagine Entertainment / White Horse Pictures

Nota: 6.5

A estas alturas del concierto, huelga decir que aBeatles Eight 4bordar un auténtico hito cultural como son The Beatles no debe resultar tarea fácil. No porque la frondosa estela de su legendario espectro, ni mucho menos, se haya agotada o haya visto extinguida la fértil disposición de su emérita influencia, sino porque resulta bastante espinoso responder a la cuestión de qué queda por contar que no se sepa sobre ellos, dilucidar qué ángulo de aproximación singular resta aún por ser dirimido. El dilema, en definitiva, de The Beatles  como sempiterna tentación sobre la que incidir, pero también como lugar común avasallado, curtidísimo de conocimiento a disposición de la luz pública, tanto para meros aficionados como para los innumerables adictos a la inexpugnable fortaleza de su trono en el Olimpo.

Al muchas veces anodino Ron Howard le ha bastado con la recuperación de una apreciable cantidad de material inédito acerca de las tumultuosas giras que el grupo realizó entre 1962 y 1966, año en el que decidieron no tocar más en público. En principio, no parece ésta mala ni exigua excusa para emprender un acercamiento documental  fundamentado en la novedad que supone la posesión de imágenes nunca vista antes puestas al alcance de los medios de comunicación y, de paso, aprovechar para la remasterización de alguno ya conocido mediante el que apoyar el hilo narrativo emplazado por Howard para ordenar las grabaciones audiovisuales que han caído en su mano.

Desde ese punto de vista, THE BEATLES: EIGHT DAYS A WEEK-THE TOURING YEARS se antoja un film con causa, esto es, con bagaje, en principio, suficiente para que la lógica expectación generada ante su estreno esté plenamente justificada. Lamentablemente, aunque su visionado no carezca de interés, la orientación cinematográfica elegida por el realizador para estructurar, dar sentido, ajustar el material disponible no es, ni mucho menos, la más arriesgada y, por lo tanto, la más interesante.Beatles Eight 3 Sobre todo, si tenemos en cuenta el bagaje para la pantalla grande que el grupo protagonizó a las órdenes del siempre infravalorado Richard Lester, lo primero que cabe destacar es que el autor de APOLO XIII ha propiciado una opción en exceso clásica, demasiado escorada hacia el documental más sumiso con los protocolos que el género impone.

El film, tal y como ha quedado dicho, se ciñe al ámbito más mediático de entre todos los que combinaron los archifamosos chicos de Liverpool: al que tiene que ver con su itinerario de cara al público, esto es, a la evolución en el modo con el que concretaron su disposición sobre un escenario, partiendo de, por ejemplo,  los pequeñísimos locales en su etapa de Hamburgo hasta llegar a los mastodónticos estadios deportivos empleados para dar cabida a sus miles de fans en Estados Unidos. Evidentemente, la elección es muy lógica puesto que el material de partida corresponde en su mayoría a grabaciones no conocidas de su trayectoria como grupo actuando, como banda disfrutando plenamente de su oficio, como innovadores ejecutando en vivo las creaciones decididas en estudio, como amigos encantados de la exitosa fertilidad de su alianza.

El director, por ello, decide obviar un acercamiento, por ejemplo,  íntimo en el que atender la subjetividad de cada uno de los componentes o en el que indagar en las claves artísticas que originaron la incuestionable y grandiosa revolución musical por ellos gestada. Beatles Eight 1Nada de todo esto aparece analizado, puesto que el objetivo impuesto es otro. THE BEATLES: EIGHT DAYS A WEEK-THE TOURING YEARS atiende con estricta univocidad a The Beatles como molécula gestadora de una criatura desarrollada de forma mucho más magna a la preconizada, como pequeño engranaje convertido en apisonadora artística, como bisoña y entusiasta pieza de orfebrería musical, mutada en factoría funcionando a plena producción, claro está, olvidándose de las fuerzas que los orfebres habrían de ir esquilmando al goce en el intento. El film traza, mediante la perfecta recuperación del sonido de las imágenes inéditas, la ruta de un camino que empezó con la pujanza bisoña, ilusionada y modesta de cuatro tipos convencidos de su fecunda fortaleza inventora hasta el hastío al certificar que el disfrute de la fiesta compartida en público había terminado: desde los tiempos de The Cavern y Hamburgo hasta el 30 de enero de 1969, fecha en la que tuvo lugar el mítico “Concierto de la Azotea”, en la sede de la Apple, que acabó convirtiéndose en el último concierto de la banda.

Sin embargo, como ha quedado sugerido, el film, siempre ágil y efectivo, no trasciende más que en contados momentos la mera mostración de las imágenes ahora exhibidas. Howard se muestra más como un ordenador cronológico de éstas que como un investigador que, aprovechando semejante y excepcional tesitura, se proponga acompañar el descubrimiento de una hondura indagativa que estuviere a la altura del material entre manos. Esto no acontece jamás. Desde un punto de vista estrictamente historicista, THE BEATLES: EIGHT DAYAS A WEEK-THE TOURING DAY no viene a aportar nada a lo ya sabido. Apoya con pruebas no aportadas lo que era de sobra público, cayendo, por culpa del director, en flagrantes errores como son la mayor parte de los testimonios aportados por las entrevistas (sólo valen la pena las palabras de Elvis Costello, y, claro está, las de Paul McArtney y Ringo Star).  Queda, cómo no, la emoción de percibirlos de modo tan excepcional. El trabajo sobre las imágenes permite disfrutar de un sonido que capacita al espectador en la sala a transportarse a la condición de espectador en el espacio del concierto. Emotivo, sí, pero insuficiente, también.

 

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