Niño y Pistola y Nadadora conquistan el sur, las dos bandas gallegas firmaron una gran actuación en Málaga.
Foto: César Moreno
Gracias a la iniciativa ciudadana de los organizadores del ciclo de conciertos Wild Winter, los malagueños pudieron disfrutar de dos bandas muy interesantes que no tienen por costumbre hacer muchas paradas por el sur de la Península.
De hecho, tanto para Nadadora como para Niño y Pistola ,ahora Arthur & the Writers, esta era su primera actuación en la capital de la Costa del Sol. Estos últimos, con muchos kilómetros a la espalda (Vigo-Elche-Málaga y les esperaba la vuelta a casa cruzando la península), subieron los primeros al escenario de La Caja Blanca para dar un concierto sobresaliente que confirma las buenas sensaciones que transmite la escucha de su último trabajo en directo. El cuarteto de Bayona vive un momento dulce en su carrera: atrás han dejado una etapa inicial no muy satisfactoria y un nombre que han cambiado por el de Arthur & the Writers, cambio justificado con una interesante biografía inventada de cada miembro del grupo. En directo suenan claros, con la potencia justa para no ensuciar sus canciones pop en las que reconocieron con humor influencias de Neil Young y Kula Shaker. Comenzaron su repertorio con “She Was So”, una de los mejores temas de su nuevo álbum, cuyos primeros acordes suenan al “On My Mind” de The Sunday Drivers.
Los gallegos recuerdan en ocasiones a Jero Romero y los suyos, y no sería descabellado pensar que pudieran ocupar en unos años el espacio dejado por los toledanos en el trono de la independencia musical patria. Desde luego, después de escuchar el single “Catch the Sun”, queda claro que talento tienen de sobra. Por su parte, Nadadora resolvió eficazmente su actuación con un setlist corto pero intenso, en el que predominaron los temas de su nuevo disco, Luz, oscuridad, luz, frente a los éxitos de anteriores trabajos como “Tú y cuántos como tú” o “Antes de saberlo”, que abrió el espectáculo. La voz y presencia al frente del grupo de Sara Atán otorga al grupo de una sensualidad que se mezcla con la otra voz principal, la de Gonzalo Abalo, y juntos llevan las canciones de Nadadora a una dimensión espacial al ritmo que marca la batería y el bajo. Al interpretar temas como “1987.0” o “El sueño ardiendo” queda claro que la banda progresa adecuadamente en la búsqueda de un sonido que les lleve un paso adelante en su trayectoria.