En la noche del viernes una Joy Eslava casi llena fue testigo de la puesta de largo de los temas incluídos en el último trabajo de los granadinos, Náufragos.
La banda, que tras más de 15 años en el negocio de la música, arrastran un abanico muy variado de fans, ya que algunos le siguen desde los inicios con "Mano, parque, paseo", otros fueron de mutación tardía con "Las noches de insomnio", probablemente, el disco que más les haya dado a conocer en el panorama nacional. Pero no importa la antigüedad mutante, lo realmente importante es que los Niños Mutantes siguen cumpliendo espectativas trabajo tras trabajo, y eso es básicamente lo que vinieron a demostrar a la mítica (y mística) sala madrileña.
Salieron con muchas ganas, eso se les notaba, en los zapateos sobre el escenario de Juan Alberto, y en la conexión en todo momento de la banda con el público. Tan solo cuatro temas del nuevo trabajo bastaron para que se notara el nivel de satisfacción del público, "La Puerta", "Náufragos", "El Infierno" y "Querer Sin Querer" fueron las encargadas del precalentamiento y los primeros coreos, sobre todo con la que da título al último trabajo.
Pero no se iban a olvidar de, posiblemente, el disco que supuso un antes y un después en su dilatada carrera, volvimos a revivir "Las Noches de Insomnio", "Los Días Complicados" y "Mi Mala Memoria", para llegar al primer momento de "ojitos de ilusión" de los mutantes más veteranos con la, siempre efectiva, "Veneno-Polen".
Tras seguir hacer sonando las canciones de estreno como "El Miedo", "Caerán Los Bancos" o "Empezar de Cero", llegó el momento íntimo de la noche, en el que toda la banda se tomó un descanso, excepto Juan Alberto, que interpreto algunos temas en acústico. Probablemente el momento más mágico de la noche, en el que sonó "Florecer" y "Mi Niño No Quiere Dormir", el momento más emotivo e íntimo de la noche, ya que fue coreada por el público al completo.
Ya enfrentándose al final del recital con "Dame Tu Mano", a la que se volvió a unir la banda al completo. Una fiesta que iba llegando a su fin, pero en la que hubo sitio para todo un himno mutante, al que le deben mucho, como es "Errante". Y como primer fin de fiesta "La Voz".
El tiempo previo a los bises, fue aprovechado para agradecer, entre otras cosas el apoyo y expresar el estado de emoción generalizado por el ambiente vivido aquella noche, en la que incluso contaban con invitados ilustres. Varios bises fueron necesarios para dar el concierto por terminado, de nuevo otro regalo como fue "Manual de Autoayuda", la archiconocida versión de "Como Yo Te Amo", "Hundir la Flota", una versión de una canción de Franco Battiato, catalogada por Juan Alberto como "una fricada que nos encanta" y otro de los grandes clásicos "Sapos y Culebras".
Después de tan magna exhibición de energía, emoción y calidad puesta sobre las tablas solo me queda afirmar que yo soy mutante ¿y vosotros?
Texto y Fotos: Nieves Solano
