El viernes pudimos disfrutar de otro de los grandes atractivos del cartel, Travis, y el sábado fue el día grande de la música nacional, con una excelsa actuación de Standstill
El cansancio empezaba a hacer aparición y como consecuencia la tardía llegada al recinto nos hizo perdernos a León Benavente, una lástima, porque estamos ante una banda con uno de los discos más atractivos del año.
Por suerte pudimos llegar a tiempo para los canadienses The Corner. Ya habían llegado rumores a nuestros oídos de que tenían mucho que ofrecer, pero queríamos verlo con nuestros propios ojos, y así era. Quizás fue tener poca suerte que el público estuviera más a otras cosas que al escenario Castilla y León es Vida, pero los de Toronto lo intentaron, aunque el tiempo fue en su contra. Esperamos poder tener otra oportunidad de disfrutarlos en un ambiente algo más íntimo y seguro que más favorecedor.
Uno de los conciertos que esperábamos con más ansia era el de Travis, los escoceses presentaban en el escenario Ribera del Duero varios de los temas de su recién estrenado Where You Stand. Liderados por un Francis Healy, que no cesó de comunicarse con el público, también hubo momentos para recordar sus éxitos pasados como Flowers in the Window o Closer e incluso para hacer alguna croqueta por el escenario.
El mismo viernes pudimos ver a Lori Meyers y a Dorian. Los primeros hicieron lo que mejor se les da, congregar a fieles (y no tanto) y moverlos a ritmo de los temas que conforman Impronta, con el ya clásico final de Noni descamisado mientras corea el estribillo de Alta Fidelidad. Contaron también con la presencia del productor Sebastian Krys que les acompañó sobre el escenario en Mi Realidad.
Por su parte, los catalanes Dorian, desplegaban sus sintetizadores con un público bastante más tranquilo. Quizás el frío empezaba a azotar a los asistentes, aunque siempre despiertan del letargo cuando suenan temas como Tormenta de Arena o A Cualquier Otra Parte. Marc, fue uno de los muchos que celebró el buen estado de salud del que goza el Sonorama.
Uno de los grandes perjudicados con el horario en esta edición del Sonorama fueron McEnroe, y es que ni la calidad que destilan sus trabajos de estudio consiguieron mover a mucha gente hacia el escenario Castilla y León es Vida el sábado a eso de las siete de la tarde. Nosotros no nos lo quisimos perder, y si bien es cierto que el repertorio de los vascos es de los que se disfrutan mejor a media luz, siempre existe la posibilidad de cerrar los ojos y dejarse llevar.
La ración de psicodelía venía de la mano de Stay, aún a pleno sol tan solo unos cuantos valientes decidieron dejar la sombra de la torre de sonido para acercarse a ver como los catalanes desgranaban The Fourth Dimension en el escenario principal.
Del recital de Havalina se podría decir que ejecutaron un setlist perfecto, con un público mucho más entregado que en los primeros conciertos de la tarde. Con un apoteósico final, propiciado por un corte (injusto) de la última canción de los madrileños sobre el escenario, Incursiones, la cuál acabamos escuchando tan solo por el sonido de los monitores del escenario. Uno de los momentos más mágicos del festival, ya que, el público, lejos de achantarse, se dejó la voz en ayudar a Cabezalí y los suyos a terminar la canción por todo lo alto. Momentos de hermandad sonorámica entre los asistentes.
Xoel López, parece haber sido poseído por los espíritus del otro lado del Atlántico, que no son del todo malos, pero tanta felicidad abruma. Lo que de verdad nos gusta a los modernos de pro son las canciones para llorar y revolcarnos de dolor en nuestros propios dramas. Por “suerte”, Xoel, nos ayudó a remover nuestras entrañas y no hubo mejor modo que cuando sonaba El Amor no es lo que Piensas, de su época con Deluxe.
Para sacar nuestra fe a relucir estaban en el cartel Pony Bravo, que sin poder hacer prueba de sonido previa, se sacaron de la chistera todos los temazos de De Palmas y Cacería, junto con los ya clásicos Noche de Setas, La Rave de Dios e incluso, la sorpresa de la noche, Ninja de Fuego.
Por su parte Standstill parece que han decidido crear un espectáculo audiovisual para cada gira, en esta ocasión nos encontramos con Cénit, que ha sido diseñado especialmente para su último trabajo, Dentro de la Luz. Los catalanes estaban respaldados por cinco pantallas a modo de ventanas, sobre las que se proyectaban imágenes que acompañaban a temas como Adiós, Madre, Cuídate o Tocar El Cielo. También tuvimos ocasión de dejarnos la voz con ¿Por Qué me Llamas a Estas Horas? Y con la desgarradora Feliz en tu Día. Y nos recordaron una vez más que romper un silencio así ya tiene perdón.
El hermanamiento sevillano-catalán resultante de la unión de The New Raemon con Maga fue celebrado por muchos, se nota que hay mucha química entre todos. Un concierto heterogéneo en el que intercalaban temas de ambas bandas (Diecinueve, La Cafetera, Silencio, Maratón Man,...) llegando a hacer incluso algún spin-off. Como broche de gala, ambas todos aunaron fuerzas para dejarnos a deber un baile.
Con bastante retraso, provocado por una actuación que se alargó más en otro escenario, salían a escena los mallorquines L.A., que con su rock sureño nos hicieron olvidar el frío y meternos de lleno en el contenido de su último trabajo Dualize. El sueño y el cansancio nos vencía y con los acordes de Hands nos fuimos alejando del recinto, todo muy idílico.
Y así fue nuestro Sonorama 16, nos quedamos esperando a la edición 17 del festival del buen rollo.
Fotos: Toni Delong
