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Miles no olvida quién es.

En los últimos años, noviembre ha sido un mes mágico en lo que a conciertos se refiere pero si ponemos la lupa en esta semana nos encontramos con una oferta muy jugosa para todos los gustos con The Posies, The Growlers, Los Coronas, TAB, The Dodos, Suede y Youth Lagoon concentrados en 7 días. Si añadimos una lente de aumento en el jueves, las solapaciones eran dignas del Primavera Sound: Pixies, Modeselektor y Miles Kane. La modernidad madrileña convulsionaba. 

Con esta disyuntiva entre manos, el joven inglés llegaba a Joy Eslava con todo vendido y una cola de más de doscientas personas dos horas antes de que empezase el concierto. Bendita juventud. Y no era por casualidad si echamos la vista atrás: miembro de The Little Flames, líder de The Rascals, co-líder de The Last Shadow Puppets junto a Alex Turner (ojalá un segundo disco para 2014) y prolífica carrera en solitario. Veintisiete años tiene la criatura.

Lleno hasta el segundo palco estaba el teatro cuando saltó Miles al escenario con pantalones blancos y camisa medio abierta. Dicen que ha perdido sex appeal con su corte de pelo; el carisma sigue intacto. Como un torbellino entre los gritos de la multitud empezó a sonar You’re Gonna Get It – escrita junto a Paul Weller, cuidado con eso - seguida de Taking Over dando buena cuenta de su último trabajo Don't Forget Who You Are. Agradecimientos, intentos de hablar en castellano y primer brote psicótico colectivo con Rearrange.

La comunión entre artista y público era total con las carantoñas de él a las primeras filas y con los regalos de ellas en forma de bandera del Liverpool. Conocido aficionado del equipo de la orilla del Mersey, se le vio encantado el día de antes en la orilla del Manzanares. Sabe de fútbol el muchacho.

Alternando canciones de sus dos  únicos discos continuaba la velada con What Condition Am I In?, Quicksand, Better Than That, Kingcrawler y Give Up. Alargando el final de esta última enlazaron con la versión de Sympathy for the Devil de Rolling Stones, con el público haciendo los coros del mítico uh uuuh. 

Un cambio de guitarra más – era el octavo – y unos pasos de baile que recordaban a una mala imitación de Elvis, nos llevaba a Darkness in Our Hearts para bajar el tempo por primera vez en todo el concierto y dar un respiro con la balada Take The Night From Me, pero fue un espejismo ya que siguieron My Fantasy, Tonight e Inhaler. Impresionado estaba Kane con la respuesta del público que no paraba de cantar todos y cada uno de sus temas y así lo dejó claro con un explícito You’re fucking amazing!. Esto si se le entendió perfectamente.

El punto final lo puso Don't Forget Who You Are, la canción que da título a su más reciente trabajo y el éxtasis en la pista. Parón de rigor de 5 minutos y Miles salió para el bis acompañado únicamente de una de sus guitarras para tocas en acústico Colour Of The Trap. La guinda llegó, como no podía ser de otra forma, con Come Closer y una reverencia sabiendo que había dejado satisfechos a todos los presentes.

La sombra de Alex Turner es alargada y eso lo entendió Miles Kane desde el principio que, guiado por sus anteriores formaciones y explotando lo que le han dado las últimas marionetas, ha sabido encontrar su propio camino sin tener que pedir perdón ni permiso a nadie.

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