La jornada del sábado presentaba otra de las novedades de esta edición y es que se podría disfrutar de forma gratuita de tres conciertos al mediodía en la Plaza Mayor de Guadalajara. Serían Los Nastys los encargados de abrir escenario, seguidos por The Noises y finalmente Correos serían los que cerrasen esta magnífica apuesta que congregó a numerosos curiosos.
Ya por la tarde y de nuevo en el recinto oficial del festival, se apreciaba ya a primera hora una mayor afluencia que en la jornada anterior, probablemente por la comparecencia de los madrileños Vetusta Morla como plato fuerte de la noche. Muy a destacar, de igual modo, la presencia de los más pequeños que se les vio corretear y subirse a espaldas de sus padres durante buena parte de la tarde, para disfrutar de la buena música.
Nuestra primera cita fue con el siempre sorprendente Ángel Stanich, que a las 19h era el encargado de abrir el escenario Gigante. Tras este buen arranque, la gente se repartía entre sendos escenarios para poder disfrutar de los directos de Daniel Marco y Full. Pero fue a eso de las 21h cuando el escenario Gigante ya mostraba un aspecto espléndido para recibir a los ya veteranos Dover, que están de vuelta al rock más potente que les hizo estar en lo más alto del panorama musical nacional hace casi 20 años. Fue un momento muy esperado el poder revivir temas antaño coreados de arriba abajo y ver como siguen teniendo un tirón espectacular entre los más jóvenes y veteranos. Las hermanas Llanos demostraron estar en forma y entrelazar sus nuevos temas con los clásicos de sus ya míticos Devil came to me y Late at night.
A estas alturas, nos decantamos por el rock local de los potentes Idealipsticks en el acogedor escenario Guadalajara, presentado su último trabajo Surreal as reality, así como de la nueva etapa del sevillano Albertucho, que bajo el nombre de Capitán Cobarde, está a punto de lanzar su nuevo disco con un giro en su música hacia el folk más americano.
Llegado el momento y con todo preparado, Vetusta Morla salió a escena como los máximos aspirantes a copar las portadas del día siguiente. No es fácil analizar un concierto de una banda que ya has visto, sólo en su última gira, por tercera vez, y es que ya sabes lo que es, ya sabes lo que te espera, pero no por ello dejan de sorprender y de mostrarse como una de las bandas con más enchufe y descaro de la actualidad. Con La Deriva hicieron un guiño a la actualidad socio-política: “No más sirios a la deriva” se le pudo escuchar a Pucho. En menos tiempo del que están acostumbrados, repasaron temas de sus tres discos de estudio, apreciándose una clara mejoría en el sonido del escenario Gigante. Los arreglos en muchos de los temas, hacen ver que se trata de unos grandes músicos y compositores encima del escenario.
Con el plato fuerte ya vendido, tocaba cerrar el festival con los siempre relevantes El columpio asesino, que no dejan indiferente a nadie que acude a ver su puesta en escena y baila al son de alguno de sus hits como Toro. A una hora poco propicia y con poco tiempo para demostrar su valía, Paco subía con su melena rubia al escenario principal para defender de manera exquisita los temas de su último disco If.
Así concluía nuestra presencia en el festival, que deja muy buen sabor de boca y que tras esta magnífica acogida, presagiamos mejores datos de asistencia, pese al encanto que pueda perder, en futuras ediciones. Larga vida al Gigante!!