Apenas unos días después de escucharlos en el MadCool, muy pronto pudimos constatar que ni, por un lado, el gran escenario exterior donde fueron ubicados, ni, por otro, la temprana hora diurna que la organización del recién estrenado evento les había adjudicado el día en el que todo el mundo esperaba ansioso la llegada del dios Neil Young, hacían justicia al torrencial poderío musical que The London Souls son capaces de desplegar en un pequeño local cerrado, como es el caso del imprescindible Loco Club valenciano. Este dúo de aguerridos practicadores de, entre otros palos, el rock and roll más profundo y férreo apenas tardaron unos acordes en demostrar que a éste género no le hacen falta más adornos más que el de la aguda entrega de un tipo creciendo sobre su guitarra eléctrica y la de otro avivándole ese abordaje desde la percusión.
Éste par de neoyorkinos son el guitarrista y cantante Tash Neal y el batería Chris St. Hilaire, y tras una ausencia de conciertos que ha durado casi cuatro años, motivada por un grave accidente sufrido por el primero, han vuelto al ruedo internacional de modo apabullante. Se nota con prontitud que tienen ganas de brindar en directo el magnífico trabajo discográfico que presentaron el año pasado. Se trata de HERE COME THE GIRLS, su segundo álbum, una estupenda muestra de la concentrada versatilidad con la que acometen una sugestiva puesta al día del rock and roll más clásico. Tal y como a buen seguro ha sucedido en todas y cada una de las citas de su extensa agenda, en Valencia dieron buena cuenta de esta segunda tentativa dentro de una trayectoria que, auguramos, será extensa y jugosa.
Lo primero que cabe destacar del directo de The London Souls es la vibrante seriedad con la que ejecutan los temas emplazados. Su sonido es siempre rotundo, áspero, vibrante, encendido y, sobre todo, negado a cualquier tentación grandilocuente. Neal impone con su voz una sequedad casi metálica, adecuadísima a la urgencia que requiere la atractiva opresión desde la que emplazan su actitud en el escenario. Ni que decir tiene que la complicidad entre ambos músicos es total. Siempre atento al despliegue de vigor escénico con el que el guitarrista reclama la atención del público, St. Hilaire se propone como el perfecto acompañante dentro de esta explosiva ceremonia de pureza y vindicación en la que se acomodó combativamente el desarrollo de toda la velada.
Como ya ha quedado dicho, el guión de ésta lo fijaba el repaso pormenorizado de HERE COME THE GIRLS. Al igual que sucede en el disco, pese a que la uniformidad de calidades habida entre todos los temas es manifiesta, no puede quien esto escribe dejar de destacar la rotundidad y la fiereza con la que fueron despachadas las que creemos mejores piezas de aquel : en directo adquiere un plus de vitalidad la agresiva elegancia rockera de aldabonazos como STEADY, ALONE o HONEY, aunque, como cabía esperar, el momento cumbre de la actuación lo definió las excelentes interpretaciónes de la brutal ALL TIED DOWN y de la soberbia WHEN I´M WITH YOU. Hubo tiempo, por supuesto, para el repaso a temas de su primer álbum. Incluso para una impagable versión del GET BACK de The Beatles. No se le pudo pedir más a la noche.
Fotos: Sergio Hernández/@_sergismundo_