Ozric Tentacles inunda de psicodelia el Lago de Bornos
Ya casi estaba terminando la temporada de festivales en la provincia de Cádiz y para sorpresa de muchos el “Festival del Lago de Bornos” volvía tras un intervalo de cinco años. La fecha elegida fue el sábado 27 de Agosto y esta vez, distinto a ediciones anteriores, el escenario se armó en la ribera del lago con fantásticas vistas a la sierra de Grazalema.
Este año integraban el cartel: Chiveca oriundos de Olvera, El Tubo Elástico, de Jerez de la Frontera y como plato principal, los ingleses Ozric Tentacles. Minutos después de las 22 horas, Chiveca estaba en acción. Apoyados por un muy buen sonido, nos llevaban por el camino de la fusión entre música celta, flamenco con toques de jazz y el más exquisito rock progresivo de los 70. Anunciaron nuevo material pronto a salir y el festejo de sus 15 años. Después de su actuación, era el turno de El Tubo Elástico, ¡menudo directo se marcaron los jerezanos! Fusión de estilos muy diversos con pasajes de rock progresivo adornado con unos climax con mucho sentimiento y perfectamente ejecutados. Hubo temas para todos los gustos, con “Rojo” una canción que arranca con mucha fuerza y donde todos se lucen; con “Ispra” aparecieron los ecos y un riff que te invitaba a volar y a disfrutar de la belleza del entorno.
Cuando pensábamos que todo acababa salieron con una tremenda versión de “La marcha de los enanitos” de los históricos Imán. Todo el mundo aplaudiendo y con ganas de más, pero ya no quedaba mucho tiempo y se despidieron, saboreando este show irrepetible, con “Vampiros y gominolas”. Se respiraba mucha expectativa en el ambiente y ahora sí, pasados 45 minutos de las 12 de la noche se escucharon los primeros acordes: Ozric Tentacles estaban sonando en vivo y en Bornos. Parecía un sueño hecho realidad ya que el sonido era inmejorable, temas como “Sacred Turf” o “Xingu” marcaban el ritmo, ante el asombro de los allí presentes. El increíble riff de “Sniffing Dog” que salía de la guitarra de Ed Wynne sonaba atronador en aquella noche fantástica. Sumado a esto, las sólidas notas del bajo de Brandi Wynne , los golpes precisos y técnicos de Balázs Szende en batería y toda la armonía de Silas Wynne en los teclados, hacían que la energía circulara a la velocidad de la luz. Vendrían “Sploosh”, “Changa malasa” y “Mooncalf” del inoxidable disco del 2009 “The Yumyum tree”. Esto no se detenía y nos encontrábamos viajando con “Epiphlioy” y “Zenlike Creature” de su más reciente trabajo.
Se acercaba el final con “Throbbe” y una excelente versión del clásico “Sultana Detrii”. Aún quedaba el infaltable “Eternal Wheel” en donde Brandi se descolgó el bajo y se metió entre el público a saludar y fotografiarse con los seguidores más fieles. Fueron dos horas que pasaron demasiado rápido, dos horas de psicodelia pura, dos horas de un show histórico en la ribera del lago de Bornos.
Texto y fotos : Juan Cufre