Miike Snow
Happy To You
[Downtown, Universal Republic; 2012]
7.5
Hace tres años como un soplo de aire fresco venido de Suecia nos llegaban los vientos electrónicos de Miike Snow, un grupo que cuenta en sus filas con dos respetadísimos productores Christian Karlsson y Pontus Winnberg que como ya dijimos en su día “se saben el truco”.
Un truco que consiste en todo tipo de arreglos sobre una melodía con la consecución del hit pegadizo e inmediato, pero un segundo disco debe traer mucho más que un par de buenos chisterazos sobre una mesa y Miike Snow lo sabe, de ahí que se haya tomado el debido tiempo para sacar a la luz “Happy To You”. “Happy To You” que consigue lo que se propone, ser actual, ser desenfadado, no pretende desgarrar tu alma, son pocas sus pretensiones, pero consigue una muy importante divertir y aportar ideas.
Si en su debut el disco arrancaba con la incontestable “Animal”, un hit que muchos grupos no consiguen sacar durante toda una trayectoria, una salida que dejaba al oyente boquiabierto, esta vez la idea ha sido otra. Con “Enter The jokers Lair” comienza la andadura de esta felicidad de manera introductoria para dar paso a la primera sacudida, “The Wave”, otro single de “categoría especial”, pero esta vez de contención, de percusión sobresaliente, algo que en directo quedará muy conseguida. En este segundo Lp no se exprime la fórmula de su éxito, y nos brinda momentos mucho más brillantes de la voz de Andrew Wyatt (vocalista), mejor tocada y mucho más protagonista.
Tras dos intentonas conscientes, de dejar las revoluciones bajas primer disparo al pecho de este “Happy To You”, “Devils Work” es lo que todo el mundo esperaba de los suecos y que han sabido distribuir a lo largo de las diez canciones y es que quedar encasillado en un grupo rompepistas es demasiado peligroso así que mejor no agotar al público, aunque los experimentos fallidos de “Vase” y “God Save the Divorce” estropean un disco que tiene una segunda parte cargada de cosas interesantes.
La divertidísima “Bavarian #1 (Say You Will)” comienza un cierre de disco mayúsculo, silbidos ajustes y apertura para “Pretender”, canción que está mucho más en la onda de su primer largo y que luce de excelente manera en mitad del disco. Lykke Li se suma a la creación de sus compatriotas en la excelente “Black Tin Box” de factura compleja y atmósferas pesadas que nada tiene que ver con el cañonazo que ya conocíamos de “Paddling Out”, desmelenadora y articulada solo para saltar y gritar, que cierra el disco por todo lo alto, gamberra, guarra, intrascendente, moderna, eso y mucho más es “Paddling Out”.
Un disco tibio, que ha estado cerca de convertirse en el disco más fresco del año, con momentos memorablemente interesantes, este segundo asalto es la prueba de atraer al público más efímero intentando mantener al que nos descubrimos ante las “Sylvia”, “Animal”, o “Black & Blue”. Buen trabajo de los suecos que en directo (como vimos en Coachella) será un disfrute gigante. Dale al botón de la magia que Miike Snow ha llegado a la ciudad.