Still Corners
Strange Pleasures
[Sub Pop; 2013]
Calificación:
Escúchalo en: Spotify
Vivimos un momento en el que evadirse, dejar que el alma se separe del cuerpo o el cuerpo del alma se hace fundamental para poder pasar el mero trámite de ver un noticiario. Una situación que ha venido acompañada por la explosión del Pop ambiental, o dream pop o como quieran llamarlo, una música evocadora ideal para transportarse o colocarse cualquier momento de la semana.
Bandas como Washed Out o Beach House ya han dejado patente que son las que llevan el timón y las que ocupan las cartelerías aunque en los ángulos muertos siguen quedando nombres como el de este dúo, Still Corners.
Un grupo que en mayo nos presentaba bajo Sub Pop (no podían ser otros) su segundo disco Strange Pleasures, que sucede a "Creatures of an Hour" de 2011. ¿qué ha cambiado desde entonces entre Tessa Murray y Greg Hughes en estos dos años? Posiblemente nada, simplemente se han hecho más perezosos y más ambientales, si uno es malicioso, dirá que son unos oportunistas que han pasado de un estilo más sesentero a un desembarco en el Ambient influenciado de principios de los noventa para salir a la palestra tras la sombra de The XX o los nombrados anteriormente.
Este segundo disco viene encabezado por la perla "The Trip" una pieza que, como "Cuckoo", consigue llamar nuestra atención y dejarnos babeando ante el altavoz, ese sonido de teclados combinado con los rasgados de guitarra hacen que cualquier oyente consiga dejar lo que este haciendo y la voz. AY la voz, Tessa Murray ha conseguido perfilar su voz mucho más al estilo musical tan personal que proponen en este disco, como un susurro nos canta en "Benginning to blue" o en la sonámbula "I Cant Sleep". Aunque si el disco tiene un disparo certero, ese es "Berlin Lovers", menudo hit de sonido retorcido que se volvió adictiva cuando escuchamos por primera vez el bucle "So Young", deliciosa.
En la cara B del disco, como viene siendo habitual, encontramos otro tipo de propuestas como "Future Age", donde la percusión y la filigrana mística cohabitan de manera extraña.
Pero claro si los lucimientos musicales llegaron antes, los vocales se dejan ver en "Going Back to Strange" y en el último corte, el que da nombre al título, donde la producción de vientos acaba por compactar una oscura canción. Entre medias "Beatcity" al más puro estilo Grimes, o la intrascendente "Midnight Drive" que nada tiene que ver con M83 aunque pareciera. Casi finalizando los toques de guitarra dormida en "We killed the Moonlight" recuerdan en exceso a los trucos que utilizan The XX aunque guardan la distancia.
Una gran colección de sonidos pop que hacen de este disco un gran trabajo, un paso al lado de Still Corners tras su debut pero que para los amantes del Dream Pop, que ahora se cuentan por legiones, debería de estar en un altar.