Fue el día 14 de Octubre de 2010, cuando me regaló este libro, Noches Blancas, una persona que está cambiando mi vida por completo y a la que tengo tantas cosas que agradecer. Sin duda mi vida sin él no sería la misma.
El relato es publicado por primera vez en 1848 y numerosas veces reeditado debido al éxito que su autor, F. M. Dostoyevski, consigue con éste y otros dos relatos más, “El pequeño héroe” y “Un episodio vergonzoso”, escritos ambos recluido en prisión. Se editan juntos los tres relatos en una novela por primera vez en 1982, por “El libro de Bolsillo”.
Éste relato Dostoyevski se estructura en cinco capítulos donde se narran las conversaciones entre una bella señorita, Nastenka, y el autor que se describe a sí mismo a través del protagonista de la historia, haciendo que el lector se meta de lleno en los rincones más pintorescos de la ciudad de San Petersburgo. “Noches blancas” puede definirse como una tragedia comentada por un soñador, con la personal visión sentimental, reflexiva e irónica de Dostoyevski. Sueño y realidad se confunden y entrecruzan, teniendo en cuenta la imaginación ardiente de un soñador que se encuentra con una joven en una serie seguida de noches heladas, culminando en una mañana con una carta tan cálida que podía derretir el aliento helado de cualquier ser vivo.
Uno de los párrafos que más me gustó fue el siguiente, además resume perfectamente la situación en la que nos encontramos afortunadamente muchos….
“¡Pero hay que ver cómo la alegría y la felicidad hermosean al hombre! ¡Cómo hierve de amor el corazón! Es como si uno quisiera fundir su propio corazón con el corazón de otro, como si quisiera que todo se regocijara, que todo riera. ¡Y qué contagiosa es esa alegría!
