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Guacamelee! es un juego de acción y plataformas programado por el modesto estudio canadiense DrinkBox, autores de Tales from Space: About a Blob, lanzado para PS3, PS Vita y Pc (mediante Steam) en 2013 y consolas de última generación. Que además acogerán su última y “refinitiva” versión mejorada y ampliada llamada Super Turbo Champion Edition. Si, ya se que suena a coña, pero es su nombre oficial...
Para entender la mecánica de este juego no nos vendría mal ponernos en precedentes jugables y recordar obras como Metroid de Nintendo, donde la exploración ganaba una importancia capital, no exenta de cierta acción, ya que Guacamelee! sigue los mismos derroteros de indagación del terreno, aunque con un toquecillo de beatem ́up que le sienta muy bien.
En esta ocasión se nos pone al alcance un mapa general con las localizaciones del juego y otro más minucioso con los intrincados pasillos de cada una de las zonas de forma individual. De esta manera cuando llegamos a una zona el mapa se nos presenta totalmente oscuro, y a medida que investigamos sus pasajes se nos irá mostrando en el plano, intentando no solo encontrar la salida si no también todos sus recovecos y secretos. Tengo que reconocer que esta es la parte del juego que más me gusta.
Mientras vamos descubriendo los entresijos del juego debemos derrotar a las huestes del malote de turno, Carlos Calaca, a base de puñetazos y patadas, ya está, sin más ni más. Para ello contaremos con un gran número de golpes que iremos aumentando según avancemos la historia (incluso pudiendo llegar a comprarlos con las monedas que vamos acumulando al eliminar enemigos), haciéndonos así con un enorme arsenal de combos que se traducirán en “hits” según vayamos encadenando golpes en base a nuestra habilidad.
Pero algunos de estos golpes no solo nos servirán para acabar con enemigos, si no también para abrir ciertos recodos del mapa que en un principio nos eran inaccesibles. Por ejemplo, tenemos cuatro golpes especiales, cada uno de ellos se corresponde con un color. De esta forma si nos topamos con un tótem de color obstaculizando el camino deberemos utilizar el golpe correspondiente a ese color. Evidentemente no tendremos dichos golpes especiales desde el primer momento, los iremos adquiriendo poco a poco.
El software recrea a la perfección la idiosincrasia y el folclore mejicano a través de un apartado estético maravilloso plasmado todo en un perfecto 2D. Tanto los personajes como los decorados lucen de forma maravillosa, y más en HD. Hasta en la versión de PS Vita, que es la que he jugado, el resultado es admirable. El trabajo artístico es de los más divertidos que me he topado en mucho tiempo, con ese colorido y esos ángulos rectos que evocan con exquisitez la cultura mejicana. Sin olvidarnos de las continuas referencias a videojuegos clásicos que se ven a lo largo de toda la aventura, incluso estando “mejicanizadas” se reconocen a la perfección (genial la alusión a las estatuas Chozo de Metorid), todo envuelto con un desternillante sentido del humor que inunda todo el juego y que te hará esbozar una sonrisa en más de una ocasión.
A nivel sonoro el juego va en concordancia con su estética, en el que se hace uso de ritmos que bien nos podría recordar a los mariachis, con tonos alegres y amenos, no exentos de cierta tensión cuando es necesario, aunque reconozco que en ciertos momentos se me hacían algo repetitivos.
El objetivo del juego me recuerda plenamente a los de muchos videojuegos de la época de 8 bits, es tan simple como rescatar a la hija del presidente de Pueblucho (se llama así el lugar), raptada por el susodicho Carlos Calaca,
una especie de “Skeletor “ charro proveniente del inframundo y al que el protagonista, Juan, debe hacer frente mediante una máscara típica de lucha libre mejicana y que le otorgará ciertos poderes, a parte de devolverle al mundo de los vivos, ya que Calaca se lo cepilla al comienzo del juego.
¿Pero qué es lo que hace realmente diferente a este juego? A nivel de gameplay lo que llama la atención es la posibilidad de poder alternar entre el mundo de los vivos y el de los muertos, que en un principio haremos mediante una especie de vórtices y que más tarde podremos manipular a voluntad pulsando un simple botón. Justo en ese momento es cuando empieza de verdad el juego, ya que el concepto de coordinación ganará gran protagonismo, puesto que a la vez que saltamos debemos ir alternando entre ambos mundos para poder alcanzar ciertas plataformas que en el otro mundo no están. Es cuando la aventura alcanza momentos jugables muy locos y nuestra habilidad se pondrá a prueba hasta el infinito y más allá. Afectando no solo a las plataformas, si no también a los enemigos, que aunque podamos verlos solo serán “golpeables” en cierta dimensión. Sinceramente, con este juego he hecho cosas con los mandos que pensaba que sería incapaz de hacer.
Como veis el juego posee un cariz plataformero bastante pronunciado, menos mal que los controles son casi perfectos, y responden muy bien a nuestra acción sobre los botones. Si no fuera así el juego sería totalmente injugable. Y más si tenemos en cuenta algunos caminos alternativos que no son obligatorios para ver el final del juego y que se convierten en retos solo aptos para los más hábiles con el pad.
Vamos, que si queréis un juego de exploración y plataformas esto es lo que estáis buscando, un magnífico juego, muy jugable, que presenta un gran desafío para los más experimentados y que te mantendrá enganchando hasta que lo acabes.
