Gravity Sandra Bullock Imagen 1

 Título original: Gravity

Año: 2013

Duración: 90 min.

País: Estados Unidos

Director: Alfonso Cuarón

Guión: Alfonso Cuarón, Jonás Cuarón

Música: Steven Price

Fotografía: Emmanuel Lubezki

Reparto: Sandra Bullock, George Clooney

Productora: Warner Bros. Pictures / Esperanto Filmoj / Heyday Films

Nota: 8.8

La historia del cine es un relato que puede ser contado de muchas maneras. De tantas como numerosos ángulos impone y precisa el arte más complejo que ha dado la facultad humana de descubrir. Quizás,  uno desde el cual  aquella ha sido pergeñada pocas veces sea el de la acumulación de avances técnicos, sin la cual la evolución del Séptimo Arte hasta nuestros días no sería la que ahora, según algunos, disfrutamos, según otros, padecemos.

No es lugar éste para pormenorizar el vasto listado de efemérides que dispone la historia de los hitos industriales que han ido modulando la evolución del dispositivo tecnológico que procura la imagen en movimiento (el logro del sonido, del color, de los distintos formatos de pantalla, la experiencia tridimensional, etc). De hecho, el paso del tiempo ha hecho que los films preconizadores de una determinada novedad no hayan sido considerados clave si nos atenemos al parámetro artístico como único desde el cual emplazar el repaso a los hitos de la Historia del Cine.

Quien esto escribe es de los que piensa que una obra cinematográfica en la que se fragua, se da a conocer o postula un adelanto de índole meramente tecnológica sólo tiene validez en tanto en cuanto esa novedad actúa como elemento sometido a una necesidad creativa auspiciada por las características y las singularidades intrínsecas del film en cuestión.

De esta forma, por ejemplo, AVATAR, de James Cameron, a pesar de su incuestionable prodigio analógico, sólo cabría ser tildada de lujosa basura cinematográfica, puesto que no era sino una aparatosa excusa mediante la que su realizador cacareaba universalmente la maravilla de un electrodoméstico audiovisual que sólo satisfacía la vanidad caprichosa y dolarista del creador de TITANIC.

Por fortuna, GRAVITY se desmarca abismalmente de aquella desfachatez colmada de azulete. La obra de Alfonso Cuarón apabulla por la nobleza, la sensatez, la cordura y el coraje con el que son convocadas la novedad icónica y la necesidad del film por preconizarla. gravity-pelicula-foto-4El film no cuajaría su grandeza de no ser por la efectividad de los logros dirimidos por su equipo artístico y de producción, pero éstos no lucirían con la misma subyugación de no estar al servicio de una obra que los precisa como elemento integrante de un todo superior que es el largometraje en su totalidad.

GRAVITY nos propone un adentramiento en el terreno de la narración espacial que adquiere su deslumbrante magnificencia al estar hechas confluir con efectiva solidez dos puntos de partida estructuradores de la operación que, en principio, podrían correr el riesgo de no apoyarse el uno en el otro, sino de repelerse entre sí. De un lado, la posibilidad de conseguir imponer en pantalla imágenes, modos de filmación, soluciones visuales no concretados en pantalla hasta hoy y, de otro, la gestación de un entramado narrativo escasísimo de ambiciones narrativas complejizantes. Parquedad, purga argumental frente a dispositivo escénico innovador y ambicioso.

El film se fundamenta sobre una historia sencillísima, depurada, libre de la más mínima intencionalidad bifurcativa, sorprendente o de suspense: dos astronautas inmersos en una rutinaria misión espacial, de súbito, se ven sorprendidos por la violenta irrupción de una tormenta de deshechos provenientes de una explosión en cadena que ha afectado a varias estaciones espaciales. De resultas, los dos quedan perdidos en el espacio a expensas de su experiencia, el oxígeno que les quedad en los trajes y de la remota posibilidad de llegar hasta una plataforma desde la cual regresar ala Tierra. GRAVITYnarra los noventa minutos de la titánica lucha por la supervivencia de estos dos personajes.gravity-pelicula-foto-2 La linealidad del relato es máxima, férrea, inquebrantable.

Ahora bien, la sorpresa es el modo que Cuarón ha ideado para capturar esa brutal experiencia agónica. El autor de Y TU MAMÁ TAMBIÉN se saca de la manga un sublime dispositivo escénico que le permite conseguir el milagro de filmar la ingravidez, la plenitud de la soledad espacial, el infinito intangible de ese misterio inabarcable, la inconmensurable hipnosis que supone tener el privilegio de disponer, como de fondo de escenario,  del paisaje más hermoso que los seres humanos pueden admirar: el planeta Tierra visto desde lo más alto, en su circular totalidad, en su imperfecta pequeñez galáctica, rugosa, giratoria y aislada.

Causa auténtica estupefacción asistir al hallazgo de, por ejemplo, como consigue emplazar en el plano el silencio absoluto del espacio. En ese dilema de la teórica sencillez de los propósitos narrativos y la dificultad de encuadrarlos como nunca antes han sido dispuestos es en donde el film modula su incatalogable esplendor artístico. Los imposibles planos secuencia no son gratuitos, ni están impuestos en calidad de alarde realizativo, sino que están al servicio de ese mandato: el de que el plano respire la inmensa profundidad de campo que alberga, acecha y acorrala a los protagonistas. Los movimientos de cámara adquieren, en un principio,  elegancia de coreografía etérea, ubícua levedad deslizante,  volátil omnipresencia dispuesta para el deleite de esa honda armonía lejana, pero también, posteriormente, urgencia por el pánico irresolube, premura adhesiva para la angustia respirada.

Podríamos hablar de los discutibles últimos quince minutos, pero no lo haremos. En su lugar, no vamos a cesar de recomendar que pasen y vean... porque no sólo van a ver lo nunca visto, sino que van a sentirlo, a escucharlo, a embelesarse y a sufrir con ello. Un balcón con vistas al planeta tiene sus riesgos. Exijan cinturón en la butaca... 

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