Sección: OFICIAL
Dirección: Rebecca Lenkiewick
Reparto: Emma Mackey, Vicky Krieps, Fiona Shaw, Vincent Perez, Yann Gael, Patsy Ferran.
Nota: 1.5
Comentario crítico:
No son pocas las aportaciones fílmicas que se adentran en ese pugnativo terreno de intensidades genético/familiares que suele ser la relación entre madres e hijas. Desde luego, HOT MILK ha llegado para no aportar nada nuevo a este, la mayoría de las veces, campo de minas interrelacional.
El debut de la dramaturga y escritora cinematográfica Rebecca Lenkiewick se declara completamente incapaz de proponer una sola contribución sólida a este reconocible núcleo de agrias desavenencias. La guionista de la IDA de Pawel Pawlikowski naufraga abrumadoramente en el intento de dotar de coherencia y veracidad dramáticas al entramado de encuentros y discordias urdido dentro de esta historia que decide implicar como telón de fondo espacial un rincón del Mediterráneo andaluz.
Hasta ese solitario, escasamente turístico punto de la costa, llegan Fiona y su hija Sofía. La primera padece una extraña dolencia que la mantiene privada en una silla de ruedas. El motivo de su viaje es una cita médica con un especialista que les asegura la cura de la parálisis. Madre e hija no mantienen una relación ni mucho menos cordial. La aparición de una extraña viajera comenzará a desencadenar en Sofía una serie de inquietudes que afectarán a la maltrecha confianza dispensada a su madre.
El principal problema del film es la tosquedad y la simpleza celadora con la que la realizadora agrede al presunto clima perturbador implícito en las intenciones del relato. Lenkiewick concreta una puesta en escena pacata, tajante en exceso, que no logra verter a los planos la incertidumbre vislumbrada. El morbo intentado queda reducido a trasgresión de cartón piedra.
Los personajes no escapan a la mecánica condición de marionetas antipáticas, rutinarias, enfurruñadas sin causa, movidas al antojo de un psicologismo más propio de un serial televisivo suspendido de emisión que del drama familiar oscuro que maquina. De resultas de semejante barullo de torpezas, banalidades y desafueros, el film deja de interesarse a sí mismo mucho antes que al espectador.
