Segunda jornada, me levanto a eso de las dos de la tarde y no he dormido mucho, afortunadamente la noche se alargó y se nos junto la noche con el día.
Ducha y tiramos para la plaza, donde nos esperan César, Alejandro y otros cuantos más que todavía no han ido a dormir ni tienen ganas de hacerlo. Ante el terrible calor que hace se empieza una guerra de agua, con botellas de litro y medio de agua mineral casi congeladas que cumplieron dos funciones espabilarnos y refrescarnos. Tras la batalla el grupo decide separarse y unos nos vamos a comer y otros a seguir la fiesta. Otro ratico más en El Castillo para degustar ese delicioso y reparador gazpacho y un excelente secreto ibérico del que damos buena cuenta. Cafelito y a dormir la siesta.
Son las ocho de la tarde y es hora de una ducha, preparamos el equipo y nos vamos para el festival, donde nos están esperando en primera fila las de Groupie tu madre unas chicas supersimpáticas de las que sospecho que acamparon al lado de la valla de seguridad y no se movieron de allí en todo el festival, bueno todas no, una de ellas, Marypepa surtía de jamón a sus compañeras groupies. Llego tarde para ver a los Cats on Fire, una pena que me perdiese a los finlandeses pero todavía no he conseguido el don de la ubicuidad y también tengo que cumplir compromisos sociales, aunque una de las ventajas de este festival es que puedes hablar tranquilamente con las bandas en el backstage e incluso hacerles unas cuantas fotos divertidas.
Tras los finlandeses, le toco el turno a Ellos, Guille y Santi saben como divertirse en el escenario y eso se transmite al público que disfrutó de lo lindo, muy buena su versión de “Huesos” Todo lo contrario me ocurre con La Bien Querida me aburre muchísimo y como me pasa a mí y le ocurre a mucha gente que estaba entre el público, Ana Fernández tiene problemas de comunicación ya sea en la rueda de prensa o en el escenario, le cuesta mucho superar la timidez que por momentos parece que se transforma en pavor y en privado pase pero delante del público es problemático y eso que la banda que acompaña es muy buena solo recordar a David Fernández para darse cuenta de que hay calidad entre sus acompañantes.
Tras ella, uno de los momentazos de la noche Sexy Sadie los mallorquines eran uno de los más esperados este año, tras su disolución, volver a verlos tocar de nuevo fue una gran alegría y eso que gracias a un control exhaustivo a su furgoneta por parte de la Benemérita estuvieron a punto de no llegar a la hora para tocar pero al final todo volvió a su cauce y nos hicieron bailar con sus clásicos.
Llego el momento esperado por todos, ver a los que han hecho el disco del año y la decretada por los más prestigiosos jueces del indie nacional como la canción del verano, sí son los navarros El Columpio Asesino que demostraron en su actuación su maestría y madurez que hicieron bailar al público durante toda su espectáculo y dejaron casi para el final ese melocotonazo que es “Toro”. Permítanme una broma popera se han fijado el parecido razonable que hay entre el guitarra de El Columpio Asesino y Dave Gahan.
Denver era una de los grupos más esperados y es que el pop naïve y adolescente de los chilenos tiene bastante predicamento entre los pobladores de este festival, particularmente creo que son un grupo que deberán renovarse tanto estilísticamente como musicalmente o su paso por el mundo del pop será efímero, eso si, la boquita de piñón de la cantante enamoró a mas de uno.
Para cerrar el turno de los grupos, le tocó a Shining Crane una banda que lo primero que tiene que hacer es definirse, cantar en inglés o en español, hacer pop o rock o electro (ja,ja,ja) porque la mezcla da pena, una música más cercana a los 40 que a lo que se espera en un festival de este tipo pero bueno nadie es perfecto y alguien le tiene que tocar ser designado como el peor concierto del festival.
Fin de fiesta con DJ Rojiblanco e hijo, tras Shining Crane los que quedábamos por la ladera éramos “lo peorcito del mercado” pero con ganas de darlo todo en la posible última actuación del Contempopránea. Yo espero que no sea la última vez que amanezco en tan bello paraje, así que esperemos que Agustín sepa tomar la decisión correcta y el año que viene todos seamos felices como lo hemos sido durante esta edición.
Todavía quedaban unas pocas energías que quemar en El Castillo antes de irse a dormir, para despedirse hasta el año que viene de uno de los mejores fines de semana del año.
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