El pasado viernes asistimos a un recital de una de las bandas más de moda en el panorama gallego y que pronto lo será del español.
Maryland es un cojunto con forma de quinteto que viene de Vigo que en Sevilla tuvo que sobreponerse a una enfermedad de su batería titular “fuimos a un centro y cogimos a este niño” y que baila peligrosamente entre dos aguas revueltas.
Sus influencias más profundas podríamos decir que son Teenage Fanclub aunque en ejecución Nada Surf o Placebo los han perfilado bastante en el directo y es un terreno peligroso porque es un banda demasiado joven para secar un disco de culto y no acaban de golpear al público con un Hit tan masivo como alguno de los californianos. Debemos de decir que para esto se inventaron las versiones, echamos de menos alguna para un cambio de tercio en el trascurso del bolo, hasta aquí la parte más opinable.
Desde los primeros acordes de “Fury Road” la actitud de la banda, en la siempre difícil Fun Club sevillana, fue la de ir a por todas hablando con los asistentes en un perfecto "Gallego Standard". Con una entrada decente, sin abarrotar, de público los gallegos hicieron disfrutar al personal con las canciones de su “Surprise” en menor medida y sobre todo de “Get Cold Feet” el disco que parece haber empujado a la banda hacia un sonido más personal y reconocible.
Un sonido con sello de los noventa y bien arropado por los coros, Maryland lució sus mejores piezas ante un respetable que se fue calentando poco a poco, especialmente bien sonaron la coreable “Lost” y “Too Cold” de su último ep, “Something To Share”. Aunque el momento más importante de un grupo es cuando desnudo, afronta una canción tan interesante como “For Me Today” , a capela, para acabar por bajar al ruidoso final con sus dos piezas más reconocibles “Red Boots” y “Atom Bomb”.
Un quinteto que promete y que defiende con mucho acierto su repertorio, no sobra ni falta nada, hace falta un poco más de tiempo para ver a estos herederos de ese Power Pop americano subidos en escenarios mayores.
