Crowd Musicland

Hay veces que parece que a un festival se le pone todo en contra para que pueda desarrollarse de una forma normal.

Es decir, que el asistente solo tenga que preocuparse de pasarlo bien y disfrutar de la música. No fue el caso de Musicland, al que parece que le miró un tuerto o que los organizadores se encontraron con un gato negro mientras iban pasando por debajo de una escalera porque vamos ni preparándose para la prueba de gafe libre en las Olimpiadas les sale así.

Los problemas empezaron la noche anterior pero no hablaré de ellos porque no estaba presente, aunque algunos de sus efectos persistían desde la mañana del sábado como es el caso de la lluvia y cuando ésta cae y se mezcla con la tierra y se produce el barro. Y como todos sabemos solo hay un festival donde el barro sea cool y se llama Glastonbury. En el resto de festivales que exista barro es un inconveniente y en el Musicland fue algo que se desbordó. Pero esto no fue el único problema importante de este festival, desasjustes como variar al menos 3 veces el orden y lugar de los conciertos, cerrar un escenario o que te dejaran entrar en un sitio y a los cinco minutos te echaran los de seguridad sin ninguna explicación. Entre tanto caos hay también que agradecer al departamento de prensa su gran labor para mantenernos informados de los cambios que se producían.

Pasando al plano musical que es lo que nos importa, empezamos la tarde con una sesión de Marco Carola, vamos lo que se dice un desayuno contundente, que era lo que querían los asistentes, zapatilla y tralla, sin concesiones pero que hacían disfrutar a los reunidos para escuchar al napolitano. Una de las sorpresas que me lleve en el festival fue con Umek, el DJ esloveno se encuentra dentro de los sonidos que tanto gustan en el clubbing inglés y a los asistentes al festival que disfrutaron de su sesión y eso que tenía una difícil tarea al pinchar justo antes de una de las estrellas de este festival: Carl Cox, que congregó a todo los presentes a su espectáculo, momento mítico de la tarde cuando por los luminosos se podía leer: “Carl Cox brings you the Sun” y justo en ese momento para de llover y salen los pocos rayos de sol que nos acompañaron en todo el festival que unido a un público entregado a su show hicieron que fuese uno de los momentos álgidos de la jornada. Tras él, cambiar de nuevo de escenario para ver a Layo and Bushwacka! los dueños de uno de los que fue uno de los clubs míticos de Londres The End y volver a rememorar tiempos pasados, Simian Mobile Disco mola más por lo que hacen que por lo que pinchan y quedó presente en su sesión donde estuvieron un poco desganados y ausentes.

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La sesión de Booka Shade hizo disfrutar a los valientes que seguían de noche jugándosela a cada paso en el barro. Y tras ellos la traca final que empezó con Two Many Djs con una sesión que lo mismo te pinchan M83 o The Rapture que se pasan a los Chemical Brothers vamos que a esas horas ya daba igual ocho que ochenta y la gente te iba a bailar lo que le pusiesen. Acabamos con unos esperadísimos Bloody Beetroots que conectaron con el público todavía presente para un gran final de fiesta que cerró esta arriesgada propuesta que esperemos se consolide en el cada vez más animado panorama festivalero de la Capital.

Fotos: Toni Delong

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