Ryuichi Sakamoto

Llegamos al recinto unos 15 minutos antes de la actuación y nos sorprendió ver tanto público, sinceramente no esperábamos encontrar un teatro lleno para ver a Sakamoto, y dicho sea de paso, nos alegró mucho.

 

El concierto se celebró en el Nuevo teatro Infanta Leonor de Jaén que esperemos que siga apostando por estas propuestas, tan arriesgadas.

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Se apagan las luces y por expreso deseo del compositor se nos pide que no nos levantemos de los asientos como mínimo en los 20 primeros minutos. Se cierran las puertas no solo del teatro sino del recinto y se oscurece todo (dejando fuera a algunos asistentes que vinieron de muy lejos para disfrutar de este concierto). Al iluminarse poco a poco  las luces vemos la silueta de una persona, Ryuichi acaricia su piano. Con una música de fondo toca poco a poco las cuerdas de su piano al descubierto. Los primeros sonidos parecen ruido, un ruido que poco a poco se va calmando y nos introduce en una tranquila atmósfera, lentamente nos vamos olvidando de todo inmersos en la música del nipón. Comienza el piano tras la introducción, Hibari es la elegida para seguir con el concierto. Tras esto lo escuchamos hablar, nos dice “buenas noches” y nos comenta los dos temas anteriores. No parece un hombre de demasiadas palabras.

Un genio que en su puesta en escena utilizó dos pianos, o un piano y una especie de pianola controlada por un ordenador cuyas teclas eran pulsadas al aire sin interlocutor, como si de un truco de magia se tratara. Temas como Composition 0919 sorprendían con esta puesta en escena, tema difícil que gusta mucho más en directo. Cabe destacar algunos momentos álgidos, momentos en los que vimos proyectadas frases a medio camino entre la filosofía y el paternalismo de alguien que ya empieza a mirar la juventud desde lejos. Bibo No Aozora nos hizo estremecer y alguna sonrisa nos fue robada en Behind the Mask. Tras los bises, acabamos como no podía ser de otra manera, con Merry Christmas Mr. Lawrence.

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Sakamoto parece haber encontrado el equilibrio entre lo digital y lo analógico, un camino que no ha debido ser fácil a tenor de ver sus propias versiones en su último disco. No es fácil mantener la cabeza fría habiendo sido el precursor de gran parte de la música actual japonesa, creando verdaderas corrientes,  no solo a nivel cinematográfico sino en toda una cultura, basta ver algo de anime para encontrar esa herencia prematura en multitud de composiciones.

Teatro lleno demostrando una cosa, debemos de apostar más por este tipo de conciertos. Y una felicitación especial para la organización por haber arriesgado y haber demostrado que está a la altura.

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