Arctic Monkeys Suck It And See

 


Arctic Monkeys

Suck it and see

[Domino Rec/EMI; 2011]

8.5


 

Tras aquel escupitajo de mala leche adolescente que a la postre sería su exitoso debut llamado Whatever People Say I Am, That's What I'm Not, los chicos de Sheffield alcanzan la mayoría de edad con Suck it and see. Cuarto disco y muestra definitiva de la madurez de sus sonido. Los monos se hacen mayores y la banda que revolucionó la forma de consumir música hace unos años pide paso con el disco que les dará su estrella en el paseo de la música británica.

Un sonido que ha divagado en sus anteriores dos entregas. Un paseo por tierra de nadie en el que han comprendido que la sorpresa de su primer disco estaba irremediablemente reñida con seguir explotando la misma fuente en nuevos discos. Lo que funcionó ayer no tiene por qué hacerlo mañana y arrastrando dos discos más bien mediocres, los ingleses lo han cogido. Y parece que lo han cogido muy bien, porque entre los doce cortes de su cuarto álbum encontramos un rock elegante y mucho más cercano al pop de lo que habían hecho hasta ahora.  

Prueba de esta madurez artística se refleja en la declaraciones de la banda a Mondo Sonoro hace unos meses en referencia a su nuevo disco,“Puede ser el mejor porque intentamos ser cada vez mejores, y el hecho de que sea el último siempre te hace tener predilección por él. Lo que lo hace diferente es que tiene una mezcla de los tres discos anteriores, y como novedad encontramos la forma tradicional de escribir las letras y trabajar las estructuras... elementos de los que habíamos prescindido antes y que en esta ocasión hemos decidimos buscar”

Hasta Alex Turner parece haber aprendido a cantar dejando de pelearse con las notas dictadas por la banda. Ya no escupe sus imberbes letras como un Gallagher más.  Ahora incluso parece adoptar matices vocales como en Piledriver platz. Quizás algo de culpa del estirón de los monos lo tenga James Ford del dúo Simian Mobile Disco con el que habían colaborado en su anterior largo Humbug. En él ya se vislumbraban maneras que ahora se han asentado con el productor a los mandos de la totalidad del trabajo de producción.

El estira y afloja, los últimos coletazos de la adolescencia sonora y la resistencia a hacerse mayores se aprecia en She’s Thunderstorms con la que abren el disco, peleándose entre sonar contundentes con la batería de Matt Helders o suaves como la voz de Turner. Mientras tanto, los cristalinos riffs directos a la yugular de The hellcat spangled shalala apuntan con insistencia a ese rock elegante, casi pop que inunda el disco y que atraviesa las escuchas en forma de hit instantáneo.

Aunque no lo celebremos aún, a lo chicos les queda camino por recorrer y superar unas letras que tampoco apuntan demasiado más allá de las pistas de baile y las chicas que mueven bien el cucu como en su anodina y primeriza I bet you look good on the dancefloor con la que se hicieron famosos. Además de contar con cortes tan turbadores como Brick by brick o Library pictures que obligarán a más de uno a borrarlas del iPod para no ensuciar un conjunto de orfebrería tan trabajado.

Una parte final con Suck it and see y ese trallazo espectacular que es That's Where You're Wrong echan el cierre de la mejor manera posible, dejando a las claras las intenciones de la banda “Suena definitivamente a rock, que es lo que de verdad queríamos”. Un sonido que ha madurado, que ha crecido tras tres discos y seis años. Ahora sí, los monos piden paso en las listas de lo mejor de este 2011 y sobretodo, entre los grandes de la historia de la música de las islas. Que se dice pronto.

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