Corazones De Acero 2014 Imagen 1

Título original: Fury

Año: 2014

Duración: 128 min.

País: Estados Unidos

Director: David Ayer

Guión: David Ayer

Música: Steven Price

Fotografía: Roman Vasyanov

Reparto: Brad Pitt, Logan Lerman, Shia LaBeouf, Jon Bernthal, Michael Peña, Xavier Samuel, Scott Eastwood, Jonathan Bailey, Branko Tomovic, Adam Ganne, Jim Parrack, Laurence Spellman, Brad William Henke, Kevin Vance, Jason Isaacs, Anamaria Marinca, Alicia von Rittberg, Daniel Betts, Stella Stocker

Productora: Coproducción Estados Unidos-Reino Unido-China; Sony Pictures Entertainment / Columbia Pictures / Qed International

Nota: 6.9

Estimable producción bélica la que firma el irregular, aunque nada despreciable David Ayer. Afortunadamente, esta inmersión en un género tan sujeto a convencionalismos ideológicos viene a postularse como una honesta crónica dramática en la que, por encima de todo, el realizador busca obsesivamente la captura de una verosimilitud ambiental dentro de la cual acoger con fiereza el deambular de sus asfixiados personajes. El autor de DUEÑOS DE LA CALLE logra su objetivo de forma meridianamente aguerrida, sincera y frontal.

Al igual que ocurriere en la interesante, pero finalmente fallida SIN TREGUA (hasta la presente, la mejor de las obras de Ayer), el film, estructuralmente, se sostiene en torno a una sucesión de episodios. Si en aquella lo narrado eran las vicisitudes cotidianas de dos agentes de policía patrullando por los barrios más peligrosos de la ciudad de Los Angeles, en esta ocasión, dando un muy significativo viraje espacio-temporal a esa estrategia episódica, la acción resulta trasladada a uno de los momentos más importantes de la historia del pasado siglo XX: CORAZONES DE HIERRO viene a inmiscuirse en los albores de la 2ª Guerra Mundial, concretamente en el momento en el que el final parecía estar cercano, y las tropas americanas debieron acometer el definitivo acercamiento hasta Berlín enfrentándose a ese fatídico enemigo que constituyó el ejército alemán en franca retirada y con las órdenes de Hitler de hacer el más daño posible antes de la rendición.

Con todo, el elemento más sorpresivo de la atractiva proposición bélica no lo define esa demarcación temporal (sin ir más lejos, George Clooney sitúa cronológicamente los hechos de su aberrante THE MONUMENT MEN en esas mismas postrimerías del devastador conflicto), sino la mediación de un habitáculo dentro y desde el cual van a situarse la mayoría de los hechos narrados. Nos referimos a un tanque, cuyo nombre,  Fury, no en balde es el título original del film.corazones-de-acero-2014-imagen-2 Éste  narra, fundamentalmente, las distintas misiones que se les va a asignar al grupo de cinco hombres que integran la unidad que lo conduce y utiliza como arma de combate en ese intento desesperado por aniquilar al ejército enemigo.

La película asienta su devenir integrando con mucha solvencia varias premisas intencionales: una, la crudeza contemplativa encaminada a definir la situación limítrofe en la que se mueven sin descanso los personajes; dos, la severa explotación del ámbito estrecho, cerrado y multifuncional del interior del tanque; tres, la imbricación del relato de superación personal y adaptación al medio que supone la presencia de un personaje como el joven soldado que es obligado a integrar la unidad protagonista; y cuatro, la significación de todo conflicto bélico como humano chapoteo degradado en el fango más insoportable de la insensatez humana.

En este sentido, cabe afirmar que la puesta en escena privilegiada por Ayer es soberbia. Las imágenes logran transmitir con prontitud la sensación desquiciante, infernal, cruenta y endemoniada que impone todo conflicto bélico. La plúmbea tonalidad de la fotografía abunda muy pertinentemente en esa ausencia de calidez: la incomodidad ambiental anega los planos de desahucio y fatalidad. corazones-de-acero-2014-imagen-5Las imágenes de las cadenas locomotoras del tanque llenas de barro, los interiores nada confortables de éste, las puntuales imágenes de cuerpos sin vida amontonados, colgados, chafados cual podredumbre convertida pronto en basura corrupta del camino conforman una negrura, un enmohecimiento, una laceración paisajística que va herrumbrando el comportamiento de los personajes: sobrevivir a cualquier precio ante la perenne inminencia de convertirse en blanco definitivo del enemigo, aniquilar a éste por encima de cualquier otra premisa se convierten en el imperativo máximo de tan abrumada encrucijada circunstancial.

Durante la mayor parte del metraje, el retrato de situaciones (magnífica la secuencia en casa de las dos mujeres alemanas, impecables las dos secuencias de ataques con tanques) y personajes (ese plano del sargento Collier arrodillado, escondido, tratando de que nadie vea su impensado desahogo temeroso; el choque de caracteres que propicia el camino a la superación de congojas del novato Norman -excelente Logan Lerman-) hace de CORAZONES DE ACERO un potente ejercicio de cine bélico dramático. Sin embargo, la media hora final está a punto de desbaratar la franca honestidad de un ejercicio hasta ese momento alejado de cualquier atisbo de ensalzamiento heroico desaforado. La (excesivamente) larga secuencia final se posiciona justo en el ámbito opuesto a esa meditada mesura, haciendo que la valoración del film vea menoscabada su potencia. Lástima. Ese epílogo es justo el que el film no había reclamado en ningún momento.

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