El Futuro Era Poster

 

Título original: El futuro ya no es lo que era

Año: 2016

Duración: 106 min.

País: España

Director:  Pedro Barbero

Guión: Pedro Barbero

Fotografía:  Juan Carlos Gómez

Reparto:  Dani Rovira, Carmen Maura, Carolina Bang, Lucía de la Fuente, Saúl Barceló, José Corbacho, Yolanda Ramos, Eduardo Velasco, Luisa Martín, Andrea Rosillo, Enrique Villén

Productora:  TVE / Zebra Producciones

Nota: 0

Lo peor que le puede pasar una comedia es que la gracia la posea el drama proyectado en la sala de al lado. La de EL FUTURO YA NO ES LO QUE ERA no está ni en las antípodas. Pedro Barbero  ha perpetrado la infamia chistoide más cuñada del año, la (des)gracia patética, la bobada inútil, la chusca parafernalia de lo insulso con ínfulas, el cruento periplo desagradable que va del reír al hazmerreir. Nos hallamos, sin duda alguna, frente al perfecto compendio de protocolos de lo que jamás debe volver a ser consentido: el manual de instrucciones idóneo para el descalabro, el repateo y la defunción creativa.

El film inEl Futuro Ya No Es Lo Que Era Imagen1tenta narrar las desventuras de Carlos, un tipo que se gana de la vida transformándose en la identidad de un futurólogo televisivo llamado Kar-EL. Carlos es un tipo con la vida completamente en crisis, por culpa de su pacata forma de intentar sobrellevar los problemas que tiene alrededor: está separado, sólo, no es capaz de congeniar con sus hijos, pese a los desaforados y ridículos intentos por lograr una cierta conexión con ellos, no mantiene una buena relación con su exmujer. Sólo halla alivio cuando se acerca a su madre, una famosa actriz de teatro,  de la que nadie sabe que él es su único vástago.

El principal problema de esta tropelía fílmica es que se queda en ese obvio planteamiento de la inmadurez del protagonista. No existe otra cosa sino el machaconeo indecente, hartazgonante y fatuo de esa parálisis, de esa crisis, de esa flagrante insolvencia. El guión (o panfleto del idóneo desperdicio de cajón escritorio) no es capaz de vertebrar una mínima ilación narrativa, que, por un lado, haga desentenderse al film de esa monolítica obcecación, y, por otro, airee, aligere, trate de imponer un cierto engranaje argumental mediante el cual observemos un cierto desarrollo de aquella.

EL FUTURO YA NO ES LO QUE ERA, a fuerza de hacerse la dicha un lío, empeñada una y otra vez en presentar lo presentado, en describir lo descrito, carece del ingrediente principal sobre el que se sostiene la comedia clásica: una historia, esto es, un cúmulo de enredos o giros narrativos gracias a los cuales se ahonda en la idea central esgrimida. El Futuro Ya No Es Lo Que Era Imagen2Vamos a ver, esto es como si por ir a una farmacia de urgencia a comprar una caja de condones una ya piensa que ha follado… como si me compro un felpudo con “Welcome” y ya me creo que he comprado La Cantora, la finca no penitenciaria de la Pantoja… Como si Falete se compra un camión de brócoli y dice que ha adelgazado los tres trailers que le sobran… Todo proceso tiene un principio, es cierto. Pero quedarse en el principio no te lleva a la meta. Que se sepa, Indurain no ganó sus Tours yendo por la mañana al control de firmas. Tuvo que pedalear un poquito. EL FUTURO YA NO ES LO QUE ERA es una bici con pedales pero sin ruedas.

Así las cosas, visto que el argumento es un cero atrancado a la izquierda, Barbero parece querer jugarse la presunta validez de dos bazas: una, los diálogos esgrimidos; dos, la gracia de su omnipresente actor protagonista.El Futuro Era 1 Por desgracia para el codirector de la lamentable TUNO NEGRO, no le funcionan ninguna de las dos. Los diálogos escritos para la ocasión atufan a resto de monólogo teatral difunto, despreciado, hecho pedazos en el fondo de una papelera. Petulancia de bote, ironía de cartón piedra, grandilocuencia de fotonovela, engreimiento de manual de autoayuda para deprimidos sin causa, el fraseo escuchado no vale ni para salvarse de un suicidio en episodios. La letra de la salchipapa de Leticia Sabater parece Woody Allen comparada con esta reiterada acumulación de obviedades chascarrilleras, con este ristro de consejos de cuñado con más pasta que tú.

Por su parte, Dani Rovira se luce que te cagas. Se luce en el noble arte de no tener nada que lucir. A medio camino entre un remedo de Paco León haciendo de Remedios Cervantes y el primo hipsterprovinciano de Alfredo Landa, el intérprete viene a confirmar que lo suyo fue flor de ocho putos apellidos. Con una dicción sin batería, gripada, modorrera,  insulsa, insufriblemente letal  para los infames y abusones diálogos en off que le toca defender, el intérprete se estrella sin cinturón en un trabajo que es un airbag explotado en los morros de quien lo contempla. Para más desgracia suya, le toca compartir escena con la gran Carmen Maura (el único aliciente verdadero que posee el film)  en demasiadas ocasiones: a la protagonista de MUJERES AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVIOS, Rovira le dura lo que un caramelo a la salida de un centro de diabéticos curados. Vamos, como comparar históricamente el Coliseo de Roma con la casa de Gran Hermano.  Avisados quedan, EL FUTURO NO ES LO QUE ERA  es lo que parece: un porvenir intestinal pinchado en un palo. Quien quiera una buena de echadores de cartas, que se imagine FRAGOR DE TANGAS LEOPARDOS, la peli porno de Rappel  y la pitonisa Lola. De vela negra seguro que hace Dani Rovira.

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