Tïtulo: Ahora o Nunca
Año: 2015
Duración: 91 min.
País: España
Director: María Ripoll
Guión: Jorge Lara, Francisco Roncal
Fotografía: Pau Esteve Birba
Reparto: Dani Rovira, María Valverde, Clara Lago, Joaquín Núñez, Jordi Sánchez, Alicia Rubio, Víctor Sevilla, Yolanda Ramos, Gracia Olayo, Marcel Borràs, Melody, Carlos Cuevas, Anna Gras
Productora: Atresmedia Cine / Canal+ España / AXN
Nota: 0
Los partes médicos siguen empeorando. El paciente no sólo muestra signos de evidente degradación, sino que parece empeñado en congratularla. Diagnóstico: seguimos instalados en la infamia. La comedia española, definitivamente, se ha convertido en campo abonado para el bochorno, el desahogo, la bagatela, el timo y otras cosas de tirar con la cadena. La mona se viste de seda, pero sigue tirando al monte.
Se podía intuir que, tras el estruendoso éxito de esa apoteosis de lo chusco, lo facilongo y el chisterío regional que fue OCHO APELLIDOS VASCOS, esa infamia con acentos, que es a la comedia lo que el nuevo himen de Leticia Sabater es a la evolución genética del ornitorrinco, nos iba a esperar una temporadita en el infierno. Nos hemos quedado cortos en el vaticinio, cual pitonisa Lola esnifando tinte negro para velas. AHORA O NUNCA no es una temporadita corta en el infierno: es el infierno con contrato indefinido y con un demonio fanático de Antonio Resines.
La cosa va de bodorrio. Eva y Álex deciden casarse. Hace ya mucho tiempo desde que se vieron desnudos por primera vez y ambos coinciden en que ya es hora de matrimoniarse con vistas a un altar. La cuestión es que, los muy políglotas, el altar deciden instalarlo no en la iglesia del barrio de la novia, sino en Inglaterra, justo en el pueblecito campestre en el que se conocieron años atrás durante un verano en el que acudieron hasta allí a aprender inglés. Un problema con el vestido nupcial de Eva hace que Álex, junto con un buen número de invitados, entre ellos, su padre y su futuro suegro, vaya hasta allí un día más tarde que Eva y el resto de familiares y amigos. Cuando Álex está a punto de embarcar, una huelga de controladores aéreos da a l traste con el plan establecido. El film narra los esfuerzos de Álex por llegar a la cita recorriendo Europa y las distintas vicisitudes que acontecen a Eva esperándole.
El problema principal de AHORA NUNCA es el mismo contra el que se estrellan la mayoría de ejemplos comediantes que el cine español –excepción hecha de, por ejemplo, las dos “Carminas” de Paco León- bien enchufándonos últimamente: el absoluto desprecio a la inteligencia espectadora con el que está concebido el guión que sustenta el grosero producto. El libreto de la última película de una irreconocible tras la cámara María Ripoll es un burdo compendio de todos los virus posibles: incivil abandono a los tópicos más flácidos, vistos y oxidados, punible dejadez televisiva de la peor calaña, insuficiencia de brocha gorda en la pincelación de los personajes, machaconante insistencia en el chisterío de saldo, descalabro en la progresión narrativa de los distintos episodios, capricho desahogado en la concatenación de éstos: vamos a ver, la película no presta ni como para episodio piloto de una versión “neohimenada” de ANA Y LOS SIETE protagonizada por Leticia Sabater y su rajostro por estrenar contra la barra de baile.
Que a estas alturas tengamos que reírnos de comentarios del tipo: “Tía, el cantante de la orquesta tiene un micrófono así”, de castellanaciones de vocablos ingleses, o de chulerías patrias de cagarse en los tulipanes holandeses… Que tengamos que vérnoslas con una de las realizaciones más chapuceras, desentonadas, arrítmicas, baratas y descafeinadas de los últimos tiempos (la labor de María Ripoll tras la cámara es infame)… Que tengamos que soportar la definitiva coronación de Dani Rovira como nuevo icono desinflado de la gracia monologuera, confundida con vis cómica de primer grado… que la palabra comedia quede convertida en paraguas con agujeros, porque la seriedad necesaria para su urdimbre haya sido taladrada a orificio limpio… El no va más… A la comicidad inteligente, nueva, liberada de las rancias ataduras sempiternas se le ha quedado el rostro de un himen antiguo defenestrado en el cubo de desperdicios de un quirófano. No se ríe uno ni por la sonrisa vertical.
