El segundo día, sábado, dejaba claro que era el día fuerte con la presencia de los nombres más masivos del cartel, llegados de diferentes partes de la geografía española con un objetivo bien claro, disfrutar una vez más de los británicos Madness.
Foto: peremasramon.net
Antes de su hora hubo tiempo para disfrutar de infinidad de actuaciones de altísimo nivel. La rapera francesa Keny Arkana, convertida en un icono de la lucha y el activismo sociopolítico. Aunque era a primera hora, el público presente coreaba canción tras canción y celebraba sus mensajes. Un problema con el backline de dEUS mandó al grupo belga a las tantas de la madrugada, recolocando a Los Tiki Phantoms a la hora de Retribution Gospel Choir y a estos a la hora de dEUS. Así, el grupo de surf ofreció un concierto macarra y lleno de guitarras afiladas y vibratios, buscando la participación del público, jugando con él y repartiendo máscaras de cartón igualitas que las que llevan ellos. Llegaba el italiano Alborosie con su Shengen Clan y no defraudó, a pesar de que su último trabajo no esté a la altura de su obra. Reconvirtiendo muchos temas de reggae pausado en un dancehall más festivo, animó al público y no se dejó sus clásicos en el tintero, reservando “Kingston Town”, su tema más conocido, para cerrar su actuación.
Foto: peremasramon.net
Era el turno de Retribution Gospel Choir, el proyecto de Alan Sparhawk, miembro de Low, donde da rienda suelta a sus aspiraciones más rockeras, una hora de rock en estado puro donde el trío ofreció una descarga continua llena de guitarras afiladas y baterías frenéticas. Una pena el poco público que se acercó a presenciar tamaña actuación, algo que no bajó los ánimos de la banda para dar lo mejor de si mismos. Otro de los grandes momentos del festival fue sin lugar a dudas la actuación de Calle 13.
Foto: Hara Amorós
El dúo portorriqueño venía acompañado de una excelente banda que convirtió el hip hop cargado de sonidos latinos y caribeños en una celebración por todo lo alto de la música latina, de la auténtica. Le insufló vida y ritmo a los temas ideados por Visitante y las letras de Residente, un frontman como pocos. Hubo momentos para el mensaje y la crítica, aliñados con sus temas más famosos, pues tampoco dieron tregua y de buenas a primeras ya repasaron algunos de los éxitos de su aclamado “Los De Atrás Vienen Conmigo” como “No Hay Nadie Como Tú” o “Ven Y Críticame”. Uno de los momentos más emotivos fue cuando interpretaron “Latinoamérica” y debido a un retraso al principio del concierto, casi nos perdemos su mayor éxito, “Atrévete-te-te”, que empezó justo cuando hacían acto de presencia Madness.
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Con su habitual rito de abrir con “One Step Beyond” empezó la clásico formación de ska, que siguió con “Embarrassment” y “The Prince”. Con un setlist preciso y calculado desde hace tiempo, aunque no sorprenda mucho no deja de impresionar la energía y el empeño que ponen en ofrecer siempre una actuación para el recuerdo y la habitual ristra de clásicos de la banda guardada para el final, con bis incluido en el que remataron la faena. El concierto con más público del festival y con el público más entregado y mayor número de temas coreados. El joven Joan Colomo es todo un personaje y habiéndole visto en anteriores ocasiones, me sentía obligado a acercarme una vez más, máximo teniendo como alternativa la propuesta agotada y cansina de Obrint Pas. Joan Colomo, personaje excéntrico capaz de escribir melodías pop de manual y alternarlo con folk cargado de descacharrantes historias y finalizar el concierto con una versión de Mozart articulada mediante loops vocales suyos hechos al momento, ofreció una actuación divertida, amena y diferente a lo que se viene haciendo por estas tierras. Hay que ser justos con él y darle una atención mayor, porque aquí hay chicha.
Foto: peremasramon.net
Public Enemy, uno de los grandes reclamos del festival, una de las instituciones y nombres clave del hip hop, llegaban con una banda y hasta 4 mc’s de apoyo para repasar muchos de sus clásicos, pero también para hacer medleys de algunos temás míticos del hip hop o incluso melodías como “Seven Nation Army”. El concierto discurrió entre la nostalgia y la autoparodia. Una banda impresionante, liderada por dos bajistas que llevaban la batuta, Flavor Flav y Chuck D parecen agotar sus últimas oportunidades mientras dirigen sus pasos hacía el retiro dorado, quizá una opción a tener en cuenta ya. Finalizábamos el festival con la Tokyo Ska Paradise Orchestra. Los japoneses son una máquina engrasada que funciona a la perfección y despliega un ska frenético y alegre. Quizá el público ya empezaba a mostrar síntomas de cansancio o quizá fue porque se dejaron varios de sus clásicos, pero la actuación no terminó de convencer, a pesar de su entrega.
Con los japoneses dábamos por terminado el festival, dos días en el que el cartel hizo honor al nombre del festival y pudimos disfrutar de una gran variedad de maneras de disfrutar y de ver la música, que lo que importa es disfrutar de una buena actuación en directo y que lo demás es insustancial. Dado el éxito de público y de cartel, es de suponer que la edición de 2012 se prevé igual o más interesante aún. Ya contamos las horas.
