La segunda jornada de este Territorios se presentaba como la mejor equilibrada y así fue.
La jornada amaneció con un cambio de horarios propiciado por las quejas a través de las Redes Sociales por el solape entre Shotta y Calle 13 y mostrando una gran profesionalidad hubo movimientos para que se pudiera disfrutar de ambos bolos completos, un nuevo acierto de la organización.
Así que nos dispusimos a disfrutar de Shotta y Dj Rune además de la ya clásica corte de invitados en el escenario como Jotandjota, Endikah , Nerviozo, y los mejor recibidos por el público Morodo y su “hermano” Tote , con el que al compartió varias canciones, “No voy a cambiar” , “Muchas gracias” , “mi política”, “silencio” , “Ven”, con esta última llegó la histeria. Otro de los temas destacados fue “sincero” de Flowesia, que propició una de las escenas del festival con mecheros dispositivos móviles al aire para dar “mucha Luz”. También hizo referencia a la Mala Rodriguez ,aunque no estuvo presente en el escenario, cuando empezó a sonar “One love”
Si el concierto no estaba siendo ya una apisonadora el momentazo de Jotandjota y Shotta en plena batalla de gallos hacia las delicias de los presentes. Y para terminar, Morodo al escenario, para hacer FELICIDAD donde la gente quemó las naves cantando y bailando. Gran defensa en casa del género de Shotta y toda su gente, buen arranque que seguiría con la descarga final del rock de Ilegales. El rock de toda la vida, ese rock con Denominación de Origen que se necesita una buena cerveza y un buen colega para disfrutarlo, que hasta en su último ramillete de canciones, la vida es fuego, suena auténtico, todos “al Bar”, la mala noticia ya se barruntaba en el escenario mayor, íbamos a tener un buen retraso para ver a Calle 13.
Casi una hora para ser un poco más exacto para ver a los Puerto Riqueños, pero claro ver el Backline de la banda hacía presagiar que la espera iba a merecer la pena. Y así fue, aunque fue muy patente durante todo el concierto la oscilación en el sonido, daba la sensación que la banda arrancaba cada tema de manera inofensiva hasta llegar a atronar con ese reggaeton intelectual marca de la casa. La propuesta está llena de percusión autóctona que dotan al show de muchísima personalidad, es un rap analógico, inclasificable, con unas letras brillantes como en “El Aguante”, una radiografía creíble y veraz de los humanos. Aunque los mejores momentos los darían la sensible “Ojos Color Sol” y sobretodo esa fiesta a lo Tata-Golosa de “Atrévete Te Te”. Impresionante hit narrado de manera impecable. Un show de una hora y media haciendo patente lo que eran, cabezas cartel.
El retraso del escenario principal propicio que Supersubmarina coincidiera de pleno con Calle 13 y claro, en un cartel donde el “indie” es minoría, nos encontramos una situación a la que el grupo de Baeza no está acostumbrado. Un escenario con la gente justa. Supersubmarina, últimamente habituados a que le tiren las bragas desde el público y a que el respetable cante todas y cada una de sus letras se encontraba con un escenario cálido en las primeras filas pero frío en su parte de atrás.
Vaya por delante que jamás le hemos escrito una buena crónica al grupo. No por nada, sino porque no les hemos visto jamás remar en circunstancias adversas, pues bien esta será la primera vez que hablemos bien de ellos, que digo bien, muy bien. Una gran elección de temas, sin colaboraciones huecas, ni imbecilidades de modelos de H&M, cinco tipos dejándose los cuernos defendiendo sus canciones con rotundidad, eso fue lo que vimos. La diversidad de estilos en la música de los baezanos hace que te puedas encontrar canciones como “En mis venas” una especie de adaptación de Muse al español o “Arena y Sal” (momentazo del concierto) que podría haber compuesto Morrissey y sus Smiths. Limpieza general en el sonido, con una actitud aceptable a pesar del notable cabreo, pero que a sus fans de verdad (que sí estaban) les vino de perlas, para verlos en un festival en la gloria. Y a los que no creíamos pues nos hace ver que estábamos equivocados, enhorabuena por el bolo, y esperemos que coincidáis siempre con el cabeza de cartel de turno si vamos a ver lo que vimos. Mención especial para el cierre del concierto con “Over & Over” de Hot Chip en la megafonía que sacó de nuestros poros la última gota de sudor bailando.
Tras reponer fuerzas en unas barras súper ágiles, uno de los puntos fuertes del festival llegó el momento de comprobar que son capaces de hacer The Ting Tings. Un grupo de esos que llena las estanterías de los “One Hit Wonder”. Un directo que apuntaba a intrascendente con el cierre del clásico chupinazo y a casa, pues “Great Dj” salió la segunda para dejarlo claro y los británicos se marcaron un show mucho más sorprendente de lo que daban las casas de apuestas. A caballo entre lo analógico y el Dj Set, la banda mezclaba ese electroPunk de su primer disco con el ese funky de discoteca que ha sacado en Super Critical. Katie White derrocha carisma en el escenario y eso, sumado a un concepto sencillo pero efectivo hacen el resto.
Tras ellos, otro de esos momentos clásicos de la vergüenza ajena con Bomba Estéreo. Incomestible show, además de indescifrable y hortera, con un sonido no bajo, enlatado que sacaba aún más las impresionantes carencias que la banda muestra sobre el escenario. Ni “La Fiesta” hizo que allí más allá de las tres primeras filas se viviera algo acorde con el título de la canción. Menos mal que el bueno de Paul Ritch, tampoco se complicó demasiado, acabo la fiesta poniendo bits hasta casi el amanecer.
Notable segunda jornada del festival que debe definirse, intentar abarcar demasiados palos hace que el público no acabe de cogerle el punto a la programación, demasiados alti bajos estilistas. Por lo demás el festival es un valor seguro, se está en la gloria, los precios están acordes con la realidad y siempre te llevas gratas sorpresas. A por otros 18.