Colplay Madrid By Víctor Lerena Efe

El fantasma de la cancelación sobrevoló las cabezas de las casi 55.000 personas que se congregaron en el Estadio Vicente Calderón la tarde del domingo para presenciar el único concierto en España, dentro de la gira de Mylo Xyloto, de los británicos Coldplay.

Echar un vistazo al cielo, era algo inevitable, ya que se sucedieron pequeños chaparrones a lo largo de toda la tarde. Sobre las 19:30 cuando salió al escenario la primera de los teloneros, Rita Ora, empezó la tormenta. Rayos y truenos que, por desgracia, no eran efectos del espectáculo, si no que la climatología se había empeñado en amenazarnos seriamente con la posibilidade de la cancelación. Mientras que Rita Ora, salía de tan desagradable situación estoicamente bailando, eso sí, bajo un velador de plástico y la lluvia empezaba a intensificarse. Sin posibilidad de salir del estadio, una vez dentro, el ingenio se agudiza, y aquellos, unos pocos, que no habían acarreado con un chubasquero, corrieron a refugiarse bajo la plataforma para personas discapacitadas.

Después de un buen chaparrón, un poco antes de las nueve de la noche, sale al escenario Marina and the Diamonds, para ella fue más fácil, ya que había cesado la lluvia y el sol decidió saludarnos tímidamente para tranquilizar los ánimos. La galesa, de ascendencia griega, vió desde el escenario como el Vicente Calderón comenzaba a llenarse hasta la bandera. Ella amenizó la espera tocando varios de sus temas como I'm Not a Robot, Hollywood o la genial Mowgli's Road. Perfecto para empezar a calentar los pies.

El ambientazo en el Calderón se hacía patente, entre olas del público de la grada, que cada vez se iba animando más y más, pasaban algunos minutos de las 22:00 y comenzó a sonar el tema principal de Regreso al Futuro. De repente, las pulseras que entregaban a la entrada y que iban controladas por radiofrecuencia, comenzaron a iluminarse, ya con Coldplay sobre el escenario, colores, confeti, luces y Hurts Like Heaven para terminar de entrar en calor, primeros bailes sincronizados entre el público, como las lucecitas de las pulseras ¡qué gran invento!

Si bien, la mayor parte del setlist estaba compuesto por temas del último álbum de estudio de los británicos, se hicieron concesiones de sus anteriores trabajos. La primera en inundarnos los ojos fue In My Place, con un público ya totalmente entregado. Pulseras al aire, decenas de globos con el mapamundi botando y confeti con diferentes formas para animar mucho más al personal mientras Chris y los suyos interpretaban Major Minus y Lovers In Japan.

Y el temido momento lacrimógeno no se hizo esperar, ya que el piano nos introduce a The Scientist, una de esas canciones que te hace querer abrazar a la persona más querida, o a la almohada en su defecto. Por si no fuera suficiente, después se tornaron todas las luces de color amarillo, y ya que la abundante lluvia no había conseguido estropearme el maquillaje, Yellow sí que lo hizo. Mal día para olvidarme las gafas de llorar en casa.

Por suerte, pudimos guardar el pañuelito, pero no muy lejos, el setlist nos llevó de nuevo a recordar trabajos anteriores con Violet Hill y God Put A Smile Upon Your Face, la cual tuvo un inicio acústico pero que luego retomaron con toda su fuerza.

Aunque no todo es bueno, la noche tuvo su momento "raro" con Rihanna en pantalla mientras sonaba Princess of China, puede ser que esto provocara una breve desconexión del público durante algunos temas al cual consiguieron recuperar a base de gaitas, que sonaron en todo su esplendor en

Don't Let It Break Your Heart antecesora de uno de los momentos más épicos de la noche.

Viva la Vida, o de como quedarte para varios días turuleto repasando mentalmente cada "uuuuoooooohhhhhh" sucedido en el Calderón, la cual acabó con un Chris Martin tirado por la pasarela aprovechando alguno de los interludios para agradecer al público español y reconocernos su cariño. Sin dejar de bajar las pulsaciones, y con todo el estadio coloreado completamente por las luces de las pulseras, siguieron con la épica de estadio con Charlie Brown y, otra de las más coreadas, Paradise. Ese "para para paradise" bien se prestó a ello.

Tras un brevísimo descanso, y con algo de desconcierto, de repente aparece Chris Martin en otra pasarela al fondo del Calderón hizo posible que algunos de los que estaban más alejados del escenario le tuvieran más cerca, al menos por algunos minutos. Allí, Chris, comenzó con Us Against The World, a la que se le fueron sumando poco a poco los otros miembros de la banda. Speed of Sound fue otro de los temas elegidos para tocar en ese lugar especial, con un comienzo acústico, pero final con máximo apogeo ya con toda la banda sobre el escenario principal, con ese maravilloso estribillo que "automágicamente" te hace creer que puedes volar y vuelas.

Se acercaba el fin, un final que sabíamos que tenía que llegar, pero que, sinceramente, esperabamos que hubiera sido algo más tarde. Pero nos dejaron volar un poco más con Clocks, para volver a empañarnos los ojos con Fix You, que sonó más preciosa, si cabe, que en el X & Y. Pero señores, no nos querían dejar con lágrimas en los ojos, así que el fin de fiesta lo pusieron su particular "Ritmo de la noche" o Every Teardrop Is a Waterfall.

Chris, nosotros también os queremos. Gracias y volved pronto.

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